lunes, 17 de octubre de 2011

Matanzas triplica su producción agrícola

Campesino del complejo arrocero de Calimete en plena faena
 Por Eduardo

Todos los sábados de mi vida, a menos que algún evento de mayor importancia me obligue a prescindir de ellas, ejecuto mis compras semanales en el agromercado de mi barrio. Por experiencia sé, que en esa labor logística emplearé alrededor de hora y media. Sin embargo la semana pasada descubrí, que si al regresar del trabajo, lo cual ocurre alrededor de las 6 de la tarde, acudo a la Placita, nombre que los matanceros denominamos a los agromercados, pudiera efectuar mis compras en solamente unos veinte minutos. Sin embargo, los suministradores de la Placita, generalmente surten el establecimiento los fines de semana. Esa es la razón principal por la cual las colas de sábado y domingo son tan demoradas.
De todas maneras, yo asimilo bien el hecho de estar casi dos horas realizando la cola en compañía de mis vecinos, mediante dos recursos que me han acompañado toda mi vida. El primero es la conversación y el segundo la lectura. Cuando cargo mis jabas de compra, en una de ellas dejo caer uno de mis numerosos libros. Debo también cargar con los espejuelos en su respectivo estuche, porque sin ellos desgraciadamente, ya no puedo leer como antaño.