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Biodigestor de biogás en una finca cubana. Foto: Granma |
Por Eduardo
Desde que
comenzó la Revolución, el Gobierno de los Estados Unidos de América, ha usado
como una de las armas para destruirla, privar a nuestro país de los esenciales
recursos energéticos para su desarrollo. No voy a repetir aquí, por no
extenderme, las medidas primigenias que dieron inicio al bloqueo
norteamericano. Pero una de ellas, es el punto de partida para los análisis que
contiene este artículo; aquella que limitaba las ventas de petróleo
norteamericano a Cuba, y la posterior negativa de las Refinerías Extranjeras a
refinar el petróleo comprado a la URSS, con la consiguiente nacionalización de
las mismas (la Shell era británica, pero era perro de la misma camada, con un
collar ligeramente diferente). En la mente de algunos cubanos todavía resuena
el estribillo de una conguita revolucionaria que proclamaba “Eso no puede
Shell, porque Texaco de aquí”.