viernes, 11 de abril de 2014

Crimea retorna a la Madre Rusia.



El paradigma de los nacionalistas ucranianos es Hitler


 Por Eduardo

Nunca me encontré entre mis contemporáneos que despotricaban de las “verdad películas rusas”. Es una verdad histórica que sufrimos una sobresaturación de audiovisuales soviéticos, sobre todo de los dibujos animados, los ahora recordados “muñequitos rusos” en las décadas de los 60, 70 y 80. Sin embargo confieso que a mí me gustaban las películas soviéticas. Entre ellas hubo una comedia que me gustó tanto, que fui al cine a “repetirla” mientras duró su proyección en el desaparecido cine del barrio de Pueblo Nuevo, llamado Matanzas como nuestra ciudad. El filme de marras se intitulaba “Iván Vasilievich cambia de profesión”.
El filme narraba la historia de un científico soviético medio despistado, al que se le ocurrió construir una máquina del tiempo. Durante la prueba de su artefacto, el “Camarada Iván Vasilevich” logra no solo viajar a la época del reinado del Ivan “El Terrible”, sino que el mal afamado monarca sufre con el científico una especie de transmutación, donde el Zar (Iván fue el primero en usar ese título) se traslada al apartamento del soviético, y su homónimo aparece aposentado en las habitaciones reales, que tal y como correspondía a la Rusia del siglo XVI, no poseían todavía el lujo ostentoso de los palacios de Catalina la Grande y Pedro I (también Grande como Catalina).