viernes, 17 de febrero de 2017

El Che brilla con luz propia.

Fidel y el Che
 Por Eduardo

Irene:
Lo que ese señor Walfrido Mosqueda no dice es que los fusilamientos que se realizaban en la fortaleza de la Cabaña durante el año 1959, período en que el Che era el Comandante de la Plaza, se ejecutaban después de haber sido condenado los reos por Tribunales Revolucionarios, donde no hubo ni uno solo de aquellos asesinos que no tuviera todas las garantías que ellos no le dieron a sus víctimas. Estos pobres infelices han llegado a expresar sin prueba alguna, porque en estos tiempos parece ser que la mentira no es mentira si la dicen los reaccionarios, que el Che era el ejecutor personal de los ajusticiamientos. Pero como dice la canción de Pablo Milanés, “lo que brilla con luz propia, nadie lo puede apagar, su brillo puede alcanzar la oscuridad de otras costas”.
Esa imagen del cadáver del Che, y que este señor quiere mostrar en tono de burla, es la misma a la que los campesinos bolivianos le piden milagros, y que por su similitud con las imágenes del redentor al bajar de la cruz, identifican con San Ernesto de la Higuera. Triste infeliz que no tiene un solo líder entre sus cofrades de la mafia anticubana que exponer al mundo, porque los que no son terroristas confesos, son corruptos que con el dinero de la industria anticubana han construido sus fortunas a partir del sufrimiento del pueblo cubano.