viernes, 26 de abril de 2013

A mis queridos estudiantes. Con motivo del 8vo Congreso de la FEU.


Mis estudiantes de la Universidad de Matanzas
 Por Eduardo

Cuando participaba en mi condición de dirigente de la FEU, en numerosas reuniones de Balance de nuestra gloriosa y querida organización, como ahora ustedes, soñábamos en conquistar el cielo por asalto. Tal y como corresponde a la juventud de cada tiempo, reclamábamos mayor protagonismo en la construcción del socialismo, y no pocas veces nos creímos poseedores de toda la verdad.
Muchos de nuestros padres y abuelos comentaban quizás; como algunos de nosotros ahora: - Yo no sé adónde iremos a parar, esta juventud está perdida. Sin embargo, la juventud cubana de mi generación, supo estar a la altura del papel histórico que le correspondía, cuando acudió en un número superior a los 250 000 efectivos, a defender la independencia de Angola, y propinarles a los racistas Sudafricanos en Donguena, Calueque, y Cuito Cuanavale, una costosa derrota militar que condujo al final del oprobioso régimen del Apartheid, en las lejanas y sufridas tierras del continente del cual provienen muchos de nuestros ancestros.
En 1989 comenzó el doloroso proceso que nuestro Comandante en Jefe calificó como el “desmerengamiento” del campo socialista, que dio inicio por la sedición del Sindicato polaco “Solidaridad”, pasó por el derrumbe del muro de Berlín, y culminó con la desintegración de la hasta entonces para nosotros paradigmática e invencible Unión Soviética. Fueron años en que la derecha acudió a todas sus mañas y armas para destruir el Socialismo.