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Tripulantes del crucero MS Braemar saludan a la nación cubana (Foto de Granma) |
Por Eduardo
Como el “Nueva Fidelidad”, aquel
vapor fluvial en el cual Fermina Daza y Florentino Ariza consumaron su amor de cincuenta
y tres años, siete meses y once días con sus noches, y que no podía tocar tierra
en ninguno de los puertos situados en la ribera del Río Magdalena, debido a la
epidemia de cólera; el crucero Británico MS Braemar vagaba por el Caribe sin
encontrar un puerto seguro en el cual desembarcar a su valiosa carga de 682
pasajeros y 381 tripulantes. Dentro de ellos cinco casos positivos a la
COVID-19, y varios pasajeros en cuarentena. Imagino que quizás el capitán del
crucero británico en su idioma hubiese pronunciado en algún momento la versión
inglesa de la famosa del capitán
Diego Samaritano expresada al final de la famosa novela de Gabriel García
Márquez “El amor en los tiempos del cólera”: - ¿Y hasta cuándo cree usted que
podemos seguir en este ir y venir del carajo?