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Portada de una edición cubana del ensayo Nuestra América |
Por Eduardo
Hace algún tiempo en el programa televisivo “Mesa Redonda”, el
politólogo hispano francés Ignacio Ramonet expuso el caso de Argentina durante
los gobierno de la Fórmula K (por Kirchner), que en aquellos tiempos poseía crecimientos
económicos estables, con una cobertura de empleo del 90%, sin endeudamiento
externo, y donde la clase media pasó de un 10% al inicio del período
Kirchnerista a un 45%, y sin embargo por un estrecho margen gana la presidencia
un tipo realmente fascista, colaborador del dictador Videla.
Un hombre de 54 años como yo, que conoció lo que fue la Argentina
después del golpe militar y los gobiernos neoliberales al estilo de Menem y De
la Rúa, se sorprende acerca de que
memoria histórica tan corta demostraron tener los argentinos que votaron por
Macri en las presidenciales, y luego en las elecciones regionales. Como casi
siempre pasa, los integrantes de la clase media, que aspiran a llegar a ser
algún día oligarcas, giraron en masa siempre a la derecha. Yo cantaría como
Silvio "Viva el harapo señor, y la mesa sin mantel. Viva el que huela a
callejuela a palabrota y taller".