viernes, 20 de noviembre de 2015

El Batistato no fue un paraíso, sino un régimen de terror.

El cabo Vigoa, uno de los asesinos batistianos
 Por Eduardo

En su aparente carta de suicidio, Miguel Ángel Quevedo, director de la Revista Bohemia al triunfo de la Revolución, aduce que los 20000 muertos fueron un invento de Enriquito de la Osa. Yo siempre he sospechado acerca del texto de esta misiva. Su contenido me recuerda mucho la lexicología que hasta hoy usan los alabarderos de la gusanera. El estilo no me cuadra con otros trabajos que he leído de Miguel Ángel Quevedo, quien es considerado con justicia por muchos como uno de los grandes periodistas cubanos de todos los tiempos.
Ahora bien, tengo un ejemplar encuadernado de los tres números de la revista Bohemia, Edición de la Libertad, que salieron las tres primeras semanas del triunfo revolucionario. En ella aparecen los nombres de las víctimas del régimen de terror de Batista, uno por uno, y se relatan las circunstancias del fallecimiento del occiso. Un día en el Blog LaJoven Cuba reproduje estas páginas de Bohemia fotocopiadas y el menor insulto que me reglaron fue el de perro esbirro, comunista, lamebotas de Fidel. Inclusive en esas listas se incluyen también los caídos del bando batistiano, que en definitiva, también son víctimas de una cruenta guerra civil provocada por Batista con su golpe de estado del 10 de marzo.