Desde hace algún tiempo quería escribir este texto. Mi principal motivación la constituye la falseada matriz de opinión, casi siempre apoyada en manipulaciones estadísticas, donde se quiere mostrar a la vida en Cuba en los años cincuenta del siglo XX como una especie de “milagro económico”, o una sociedad muy próspera sin mayores problemas económicos, paradigma y vanguardia del desarrollo en América Latina.
Yo aprendí cuando apenas tenía uso de razón, por provenir de
una familia muy pobre en la Cuba capitalista, la verdadera cara de ese capitalismo
dependiente y subdesarrollado, donde campeaban la desigualdad social, desempleo
en gran escala, analfabetismo y pobreza, el hambre y la miseria.
De la lectura de “La Historia me Absolverá”, alegato de
autodefensa del entonces joven abogado Fidel Castro Ruz, ante el juicio en su
contra comenzado el 16 de octubre de 1953 por los asaltos a los cuarteles
Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en Santiago de Cuba y Bayamo
respectivamente, sucedidos el 26 de julio de ese mismo año conocí que: