Por
Eduardo
Orlando:
En
estos días de vacaciones he visto mucha televisión. Por cierto te comento que
es increíble la cantidad de buenos documentales norteamericanos que ponen los
viernes en la mesa redonda. Sobre los más disimiles temas, la ecología, la
catástrofe financiera y económica que vive Yumilandia, en fin de todo como en
botica. En esos documentales miles de ciudadanos norteamericanos, especialistas
de todos los campos dan sus opiniones, al punto que uno se cuestiona el hecho
de que con tanta gente inteligente que existe en ese país, y tan conscientes que
están de los grandes problemas que aquejan a este mundo, como es posible que
sus políticos y su oligarquía sea tan retrógrada, conservadora y torpe.
Pues
te cuento que uno de esos documentales trataba acerca de la doctrina de la
guerra yanqui, y el hecho de su despliegue tecnológico y excesivo uso de la
fuerza en el campo de operaciones. Un general retirado yanqui (otra cosa que me
sorprende es que después de que se retiran los militares yanquis se vuelven
pacifistas), hablaba de que la guerra en Afganistán, en la cual los yanquis no ponen
una, ha demostrado de que la tecnología no está decidiendo un conflicto en el
cual los enemigos posean alta moral combativa, unidad de acción y liderazgo,
sean todo lo cuestionables que pudieran ser las convicciones de liderazgo que
tengan los talibanes.