viernes, 15 de julio de 2011

Recuerdos del Período Especial. Somos los nuevos Mambises.

De abajo a arriba, el Yumurí, Versalles y la Bahía.
 Por Eduardo

A todo hombre se le enseña en la vida a no hablar de si mismo más de lo que sea necesario, sobre todo en el entorno de donde provengo. Sin embargo todo hombre tiene el derecho de hacer valer su verdad en descargo de su honor y sus principios. Es evidente que algunos del bando contrarrevolucionario que visita La Joven Cuba me perciben como el enemigo a derrotar. Un comunista de línea dura me llaman, otros me tildan de demagogo, otros insisten en mi supuesto inmovilismo, y casi ninguno entiende porque a pesar de mis supuestas desventajas en el orden material, insisto en defender tanto el sistema social en el que nací y al cual le debo todo lo que soy.
No me referiré en este caso a mi origen humilde, pues ya me he referido a ello en otros artículos y participaciones en la blogosfera. Relataré ahora mis luchas, para en pleno Período Especial llegar a cumplir el sueño de mi vida, que era y siempre ha sido, tener una vida digna al servicio de mis semejantes. Yo me casé a los 27 años, con la que había sido mi novia durante cuatro años, mi compañera de siempre, y la madre de mi hijo, en el año 1989. Ese es el año del famoso discurso de Fidel en Camagüey donde alertó al pueblo, sobre la posibilidad del fin del sistema socialista europeo, y el hecho que casi parecía de ciencia ficción, de que era posible que un día nos despertáramos con la noticia de que la URSS había desaparecido. A mí en lo particular no me sorprendió el anuncio.