Vapor la Coubre después del sabotaje |
Desde
hace algunos días, mi amigo Tatu, cada vez que se acerca alguna fecha de
recordación Patria me solicita un post. Quizás por aquello de que he vivido el
doble del tiempo que la mayoría de ellos, y que a pesar de mi condición de
ingeniero, he dedicado mucho tiempo al estudio de la historia. Y tal es el caso
que a primera hora de la mañana me sugirió realizar un breve recuento de uno de
los primeros y más brutales actos de terrorismo realizados contra el pueblo
cubano, la voladura en el puerto de la Habana, del vapor francés la Coubre.
A
las pocas horas de llegar Fidel a la Habana, se personó en el entonces Palacio
Presidencial, el agregado militar de la Embajada de EEUU, y solicitó una
audiencia. Al recibirlo Fidel le preguntó acerca del motivo de su visita, a lo
que el yanqui respondió, – Comandante, el Gobierno de mi país, me ha
comisionado para que en esta nueva etapa, nos pongamos de acuerdo acerca de
cómo debemos abordar la asesoría militar a su gobierno. Cuentan testigos
presenciales, que Fidel mordiscando su tabaco le respondió, – Mire señor, al
ejército que ustedes asesoraban, acaba de ser derrotado por el nuestro. Y
agregó señalándole la salida, – Así que ustedes no tienen nada que enseñarnos.
Según los historiadores, ese fue el primer encontronazo registrado
históricamente entre el comandante en Jefe y el Gobierno Yanqui.
Ahora bien, la Dirección de la
Revolución sabía, que todos los esfuerzos dirigidos a garantizar el cumplimiento
del programa contenido en “La Historia me Absolverá”, conduciría a un
enfrentamiento directo con la oligarquía criolla, y afectaría seriamente los
intereses norteamericanos en la isla. Si hasta pocas horas antes de su
precipitada huída, el gobierno norteamericano, había apoyado con suministro
militar abundante a la dictadura de Batista, con el triunfo de la Revolución,
usando el pretexto de los Juicios Revolucionarios, y la aplicación de la
justicia popular a los esbirros de la dictadura, cortó de plano la posibilidad
de compra de suministros bélicos en territorio norteamericano al entonces
incipiente Gobierno Revolucionario.
La
necesidad de defender el territorio cubano, en los días iniciales de 1959, no
partía solamente del hecho de que una agresión a la soberanía cubana proviniese
de un ataque directo del Ejército de los EEUU. En el mes de Agosto de 1959, fue
derrotada la llamada “conspiración trujillista”, que se proponía invadir
nuestro territorio con fuerzas mercenarias reclutadas y organizadas por el
tirano dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
La
posibilidad real, de que Cuba recibiera una agresión armada directa, desde el
exterior y la necesidad de armar al pueblo revolucionario, agrupados en las
Milicias trajo consigo que la Dirección de la Revolución comenzara a realizar
gestiones para la adquisición en el exterior para la compra de armas y
municiones.
A
pesar de que aún no se habían roto las relaciones diplomáticas con Cuba, y que
engendros jurídicos como el Bloqueo, no habían aparecido todavía; el Gobierno
de Estados Unidos, torpedeó sistemáticamente las negociaciones cubanas para la
adquisición de armas en los países de Europa Occidental, signatarios casi
todos, de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, y supeditados en
política exterior a los designios de Washington. Téngase en cuenta, que en
aquel momento histórico, los contactos entre el Gobierno Revolucionario Cubano,
y la URSS, eran prácticamente inexistentes, por tanto, la política de tratar de
destruir la capacidad defensiva de la Revolución Cubana, comenzó, cuando ni
siquiera el primer soviético había posado sus plantas en la Habana.
Uno
de los casos más significativos fue el boicot norteamericano, a la gestión de
los diplomáticos cubanos en el Reino Unido, de adquirir piezas de repuesto para
los anticuados Sea Fury de las Fuerzas Aéreas Revolucionarias, y la posible
sustitución de sus aviones de combate por otros más modernos. No obstante, por
mucho que se esforzaron el cónsul y otros diplomáticos yanquis en presionar al
Ministerio de Relaciones Exteriores de Bélgica, se firmó un importante contrato
que permitió la compra en ese país, de los modernos Fusiles FAL, superiores en
aquel entonces a todos los que empleaba la infantería norteamericana.
Cumpliendo ese contrato, en octubre de 1959, partió hacia la Habana un envío de
armas, embarcado en el vapor francés La Coubre.
El
4 de marzo de 1960, después de la llegada del barco a la Habana, los obreros
portuarios se dedicaban a la descarga. Muchos de ellos, pertenecientes a los diversos
juegos Abakuá de Jesús María, Belén, Cayo Hueso, Atarés, y otros barrios
humildes de la Habana, habían hecho el pacto de silencio ñáñigo de que “Lo que
usted vea aquí, lo que usted haga aquí, lo que usted oiga aquí, cuando usted se
vaya de aquí, déjelo que se quede aquí”. Para esos hombres, la indiscreción en
cuanto a lo que se descargaba de ese barco, no solo era una traición a sus
sagrados preceptos de religión, era sobre todo traición a la Patria, y un
verdadero Abakuá, no traiciona, su condición de hombre, ni traiciona la tierra
donde nació.
En
horas de la mañana se descargaron del buque los “Rompetroncos”, los FAL, que
después batieron el cobre en la Limpia del Escambray y en las arenas de Playa
Girón. Quedaban por descargar 44 toneladas de granadas y 31 de municiones.
Alrededor de las 3:10 p.m., una explosión sacudió el puerto. Destrozó la popa
del barco, y arrancó de cuajo los techos de los almacenes.
Cuando
soldados rebeldes, policías, bomberos, y el pueblo en general, acudieron a
prestar ayuda, una segunda explosión se ensañó con aquellos que, en desafío al
peligro arriesgaban su vida por salvar a sus hermanos. Según se ha sabido
posteriormente, la segunda explosión contaba, que de acuerdo a la costumbre del
Comandante en Jefe de afrontar los peligros en primera línea, al personarse
este u otros altos dirigentes del Gobierno Revolucionario, el fogonazo salvaje
acabara con sus vidas. El saldo doloroso resultó en, un centenar de muertos,
que incluyeron 34 desaparecidos, y aproximadamente 400 heridos o lesionados.
Alguno de esos heridos, quedaron incapacitados de por vida. Dentro de la
tragedia, decenas de mujeres cubanas quedaron viudas y más de 80 niños,
perdieron sus padres.
Al
momento de la explosión el Che, quien trabajaba en el edificio del Instituto
Nacional de Reforma Agraria, al sentir la detonación y apreciar las columnas de
humo y polvo ascendiendo sobre el cielo habanero, acudió de inmediato hasta el
lugar del atentado terrorista. Pasó las horas siguientes, prestando atención
médica a los heridos. De manera rápida se personaron también en el lugar de los
hechos nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, Raúl Castro, Juan Almeida,
Ramiro Valdés y Efigenio Ameijeiras, el entonces presidente Osvaldo Dorticós,
entre otros dirigentes revolucionarios.
Todo
parece indicar, de acuerdo a las investigaciones realizadas por los entonces
incipientes órganos de la Seguridad del Estado, que el salvaje ataque
terrorista estuvo organizado por la CIA, quien puso al mando, del macabro plan
a su oficial de operaciones encubiertas, William Alexander Morgan. Durante la
investigación, se identificó que la explosión inicial tuvo lugar en el interior
del compartimiento superior de la bodega número 6, donde se descargaban las
cajas de granadas. Se demostró asimismo que el lanzamiento en caída libre de
una caja de granadas desde alturas considerables, no provocaba la explosión de
las mismas. Se llegaron a efectuar lanzamientos de los embalajes de granadas
desde una aeronave en vuelo, sin que esto provocara el más mínimo accidente.
Quedaba descartada de esa forma la hipótesis de un error por mala manipulación
de las cajas de granadas. Se trataba de un alevoso plan, un sabotaje criminal
preparado fuera de Cuba.
El
hecho histórico, adquirió al día siguiente una relevancia adicional para la
historia cubana. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el sepelio de las
víctimas, pronunció por primera vez nuestra inmortal consigna de ¡Patria o
Muerte! En este acto además, fue tomada por el fotógrafo Alberto Korda la
célebre foto al Comandante Che Guevara que ha recorrido el mundo.
A
pesar de los grandes destrozos que el sabotaje le causara, el vapor La Coubre,
fue conducido a un dique seco, para ser reparado. Regresó a servicio activo con
la compañía francesa Compagnie Générale Transatlantique hasta 1972, cuando fue
vendido a una compañía naviera en Chipre siendo rebautizado Barbara. El dossier
completo de la investigación de la armadora francesa CGT, sobre el atentado
terrorista al vapor La Coubre, se encuentra clasificado como secreto absoluto,
en la caja fuerte de una fundación marítima francesa, con prohibición de
comunicar, fijada en 150 años, por los servicios jurídicos de los últimos
dueños del buque.
Es
difícil resumir en apenas tres páginas todo el dolor y la tragedia que se
encierran en este hecho doloroso de la historia de Cuba, solo comparable por su
criminalidad con la voladura del avión de Cubana, por Posada Carriles y sus
secuaces en Barbados. Pero decía el Apóstol que “honrar, honra”, y con estas
breves líneas pretendemos que el recuerdo de nuestros hermanos a quienes se les
arrancó la existencia de manera brutal, no quede en el olvido. Tampoco deben
quedar en el olvido la memoria de los marineros franceses que perecieron en el
atentado. Para aquellos humildes portuarios abakuá, que con su sangre regaron
el camino por el que hoy transitamos, y el resto de los compatriotas
sacrificados en esa tarde luctuosa, lleguen las palabras del Maestro:
“Del
semillero de las tumbas levántase impalpable, como los vahos del amanecer, la
virtud inmortal, orea la tierra tímida, azota los rostros viles, empapa el
aire, entra triunfante en los corazones de los vivos: la muerte da jefes, la
muerte da lecciones y ejemplos, la muerte nos lleva el dedo por sobre el libro
de la vida: ¡así, de esos enlaces continuos invisibles, se va tejiendo el alma
de la patria!”
El Guerrillero Heroico. Foto original de Korda, tomada en el entierro de las víctimas de la Coubre |
El inagotable:
ResponderEliminarEdu. No hay otra prueba de sabotaje excepto evidencias circunstanciales usadas siempre que se quiere atizar el odio....Eso se deriva de
tu frase "todo parece indicar...
concuerdo.......
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