viernes, 10 de enero de 2014

Desfachatez sin paragón.


Martí y Cuba, una sola alma

 Por Eduardo

Anónimo:
Tu desfachatez no tiene nombre. Establecer un paralelo entre la flaca mercenaria al servicio del imperio y Hemingway o Martí, sí que es una analogía merecedora del Premio Nobel de la sonsería.
Martí, que es del que puedo hablar con más dominio, es un renovador de las letras hispánicas y el primer escritor iberoamericano de la corriente modernista, que da inicio con sus Versos Libres y el Ismaelillo, y que nació precisamente en América, no en España.
A Martí, el inigualable Rubén Darío lo consideraba su maestro, y en nombre de su amistad trató de persuadirlo de que no fuese a la guerra necesaria contra el colonialismo español. Cuando Martí cayó en combate Rubén Darío expresó consternado: ¡Maestro! ¿Qué has hecho?
Martí fue un intelectual además comprometido con la libertad de su país en contra de España y de los Estados Unidos, como lo expresó en su postrera carta a su hermano Manuel Mercado. A la conquista de nuestra definitiva independencia entregó todo lo mejor de su talentosa y fecunda vida, hasta caer combatiendo de frente a los opresores de su Patria, acribillado a balazos, cuando todavía contaba solo con 42 años.
Además de que de historia de Cuba no sabes una puñeta, comparar a esa mercenaria con Martí es un insulto a la vergüenza de los verdaderos patriotas de nuestra invicta isla. No por gusto “el mejor de todos los cubanos”, al decir de Fidel, recibe el calificativo de Héroe Nacional, y Apóstol de nuestra independencia.

Ah, y no la invitamos al evento, porque no compartimos ni la mesa, ni el techo con mercenarios al servicio de la potencia que nos quiere defenestrar la Patria.
A mí nunca me ha interesado participar en los cursitos, fiestas y eventos, preparados por la SINA y otras embajadas de países occidentales, de los cuales tu flaca mercenaria es asidua participante (por la TV cubana ha salido bastante evidencia documental). La escoria debe reunirse con la basura de su misma calaña.

2 comentarios:

  1. donde esta la prueba de mercenarismo senor Edu??? en que va a la embajada Americana??? como mismo Marti se sirvio de los eeuu para dar forma a su concepto de Guerra necesaria??? usted lo que es un tergiversador de realidades y conceptos.....un propagandista al servicio del gobierno no elegido de cuba..... tu lo que no compartes mesa, ni discussion, ni te atreves a un intercambio de ideas con ella porque sabes que estas desnudo, sin argumentos y la flaca te dejaria en ridiculo total con todas esas consignas tontas que te ensenaron a repetir como loro....... en la griteria que formas estas el miedo que llevas.

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    1. Anónimo:
      A mí me sobran los argumentos para discutir con usted y con 100 más como usted, porque sencillamente es muy fácil discutir con alguien que evidentemente desconoce o en caso contrario oculta realidades de la historia de mi Patria. Con la flaca no discutiría nunca porque simplemente un cubano digno no discute con alimañas al servicio de la potencia que pretende ahogar en hambre y enfermedades a los hombres y mujeres de la tierra en que vio la luz. El bloqueo feroz de más de cincuenta año, afectó a mis abuelos, afecta a mis padres, hermanos, a mi hijo, a mi esposa y a mí en lo personal.

      Los más de 3000 muertos, y más de 2500 mutilados e incapacitados por el terrorismo de estado, planificado y financiado por las agencias de inteligencia del gobierno de Estados Unidos y sus mercenarios en contra del proceso revolucionario, son mis hermanos, y es por eso que rechazo en nombre de ellos la actitud mercenaria y rastrera de esa señora, de su cónyugue y de todos los traidores al servicio de la Nueva Roma. La flaca es una hipócrita que se gasta 3000 dólares en twits y después con total desfachatez escribe en su blog, “hoy no sé qué le pondré a mi hijo en el plato”. Eso amigo mío se llama doble moral y descaro.

      Pero como no puedo emplear mi precioso tiempo en ese personaje globo inflado por Yumilandia en su intento de fabricar una figura alternativa al liderazgo revolucionario, le aclaro que pasando por alto su desconocimiento de nuestro sistema democrático donde más del 90% de la población vota (son las elecciones con más alta participación en todo el hemisferio), le aclaro un detalle histórico que usted parece desconocer.

      El dinero con que Martí financió la Guerra Necesario nada tuvo que ver con el dinero federal del gobierno de los Estados Unidos. Fue recogido entre los tabaqueros cubanos de Ibor City, Tampa, Cayo Hueso, y cientos de clubes patrióticos que regados por territorio de los Estados Unidos se agrupaban en torno al Partido Revolucionario Cubano, el partido de la unidad, antecedente directo de nuestro Partido. Martí entendió que solo la unidad en torno a un Partido Único nos daría la fuerza suficiente para alcanzar la independencia. Los obreros entregaban un día de haber que restaba de sus exiguas cuentas, el pecunio necesario para dar de comer a sus hijos. Por si no lo sabe, esa contribución de aquellos humildes cubanos se llamaba “El Día de la Patria”.

      Le aclaro que el gobierno de Estados Unidos pasaba reportes de inteligencia a las autoridades españolas de las actividades conspirativas de los patriotas cubanas. La Agencia de Detectives Pinkerton, que trabajaba para el gobierno federal desde la época de la Guerra de Secesión, espiaba cada paso del Apóstol para sabotear sus planes. Estaba claro que la política de la Fruta Madura se encontraba en medio de esa coyuntura. Estados Unidos aplicó una vez únicamente en su historia la “Ley de Neutralidad”, y fue cuando tras la traición de López de Queralta incautó en el puerto de Fernandina los vapores Baracoa, Amadís y Lagonda, cargados con las ramas compradas con el Día de la Patria de nuestros tabaqueros. Ni le devolvieron las armas al Apóstol, ni el dinero empleado en la compra de los pertrechos.

      Por último, no temo en la vida a otra cosa que no sea el hacer algo que no esté en concordancia con los principios que he defendido toda mi vida, que no son otros que los del socialismo y el comunismo. Un cubano digno no teme a traidores ni a enemigos.

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