La injusticia es lo normal en este mundo capitalista.

Carlos Marx definió la explotación capitalista

 Por Eduardo

Orlando:

Es interesante como los defensores del capitalismo acuden a la terminología de izquierda para exponer sus ideas. Vaclav Havel nombra a su libro “El Poder de los sin poder”, como si en una sociedad socialista, que es lo que ha existido, no sociedades comunistas, los niveles de desigualdad hubiesen sido considerablemente mayores que en las sociedades capitalistas. De uno de mis propios posts extraje estas cifras:

“El sistema es tan injusto que un total de 85 personas acumulan más riqueza que los 3570 millones de personas de las capas más pobres del planeta. O un dato más espeluznante, el 1% de los habitantes del globo terráqueo posee la mitad de la riqueza del mundo. Otra cifra de espanto: Las diez personas más ricas de Europa, tienen más dinero que todo el estímulo invertido en el Viejo continente entre el 2008 y el 2010 para reactivar la economía europea.”

Este señor habla de que en el socialismo es imposible llevar una vida normal, y yo te pregunto ¿Los que en África mueren de hambre, enfermedades incurables como el Ébola y bien curables como el parasitismo intestinal, llevan una vida “normal”? ¿En qué sistema socioeconómico viven los pobres de este mundo? ¿Los latinos que se cuelan por la frontera sur de Estados Unidos están huyendo de infierno rojo del comunismo?

¿La totalidad de los checos y eslovacos viven ahora mejor que cuando eran ciudadanos de la Checoslovaquia socialista? Yo sé que no es así, porque tengo amigos que estudiaron en Checoslovaquia, han viajado a esos países donde pasaron una juventud en un país muy próspero, donde nunca nada les faltó, y regresaron contando historias como si su paraíso de juventud hubiese desaparecido.

Quizás el hecho de que en los países de Europa Oriental, el socialismo haya llegado en las esteras de los T – 34 rusos, y no haya sido el resultado de revoluciones propias, originadas por las necesidades de liberarse del yugo de los burgueses nacionales y extranjeros; sumado al deseo de los ciudadanos de esos países, antiguos vasallos del imperio austrohúngaro, de vivir a la usanza de los franceses o alemanes occidentales, deseo bien esparcido por las ondas de Radio Europa Libre, haya traído como consecuencia el desmerengamiento del antiguo campo socialista. El imperialismo es experto en sediciones y subversiones. Eso lo sabemos bien los cubanos. Tú mismo no haces otra cosa que dar tu granito de arena en expandir por el mundo el pensamiento neoliberal.

Este señor obvia que cuando un país trata de construir un sistema socialista, o lo bloquean y agreden militarmente como a Cuba, o le preparan un golpe de estado como en Chile, Venezuela u Honduras; o tratan de fomentar la desunión para desintegrar el país como en Bolivia, o les tratan de ahogar económicamente a través de los fondos buitres como a la Argentina. En conclusión, que no hay país que haya podido desarrollar en este mundo una experiencia de la construcción del socialismo en condiciones de paz, sin que no haya recibido el ataque feroz de la reacción y el imperialismo. En la construcción de algunas experiencias socialistas se cometieron errores que dieron al traste con las mismas, pero el “fin de la historia”, a pesar de todas teorizaciones de Fukuyama arriba expuestas por ti, todavía no ha llegado.