El Che prisionero en la Higuera, junto a él Félix Rodríguez Mendigutía |
Por Eduardo
Anónimo:
Félix Rodríguez no solo ayudó a
capturar al Che como usted dice. El mismo ordenó al Sargento Jaime Terán
asesinar al Che. Lo confesó a la revista española Cambio 16, edición del 18 de
diciembre de 1998: “Salí y mandé a Terán que cumpliera la orden. Le dije que le
disparara por debajo del cuello, pues tenía que parecer muerto en combate”.
Le reproduzco dos fragmentos de
artículos reproducidos en nuestra prensa del periodista e investigador
canadiense
“Según su propio testimonio desclasificado, en
junio de 1967, Félix Rodríguez recibe una llamada de un oficial de la CIA que
se identifica como Larry S. quien le propone sumarse a una operación destinada
a capturar al Che Guevara cuya presencia en Bolivia está confirmada. Rodríguez
usará el nombre de “Félix Ramos Medina”. Terminará con el apodo de “El Gato”.
Viajará con otro mercenario cubano americano de apellido González, con
el cual llega a La Paz, la capital boliviana, el 2 de agosto de 1967. Son
recibidos por el oficial de caso, denominado Jim, y un oficial boliviano de
inmigración. La estación CIA es dirigida por John Tilton. Otro
cubano-americano, Gustavo Villoldo, se sumará pronto a Rodríguez y González.
El 31 de agosto, Rodríguez tiene una primera oportunidad de ejercer sus
“talentos” en materia de interrogatorio. José Castillo Chávez, “Paco”, un
miembro de la tropa del Che cae preso. Rodríguez se desplaza por avión desde
Santa Cruz hasta Vallegrande, acompañado por el Mayor Arnaldo Saucedo.
El 22 de septiembre, los guerrilleros toman el caserío de Alto Seco
pero luego caen en una emboscada en la población de Jagüey donde mueren Coco
Pedredo, Manuel Hernández Osorio y Mario Gutiérrez Arcaya. Los militares atan
los cadáveres sobre unos burros y aparecen así ante los campesinos horrorizados
de Pucará, a poca distancia. El informe sobre el incidente estará entregado
directamente al agente de la CIA Félix Ramos.
Este día el guerrillero Antonio “León” Domínguez Flores aprovecha el
combate para alejarse de sus compañeros y luego entregarse al ejército.
“El Gato” Ramos se encargará de sacarle toda la
información. Incluso torturándolo y usándolo de informante al encarcelarlo
junto al guerrillero preso Ciro Roberto Bustos.
La traición de León y la muerte de tres compañeros significaron
indiscutiblemente un golpe muy grave para la guerrilla del Che.
Rodríguez afirma que impulsó entonces al Coronel Joaquín Zenteno Anaya,
jefe de la Octava Division del Ejército boliviano, desplazar a su 2do Batallón
de Rangers desde su cuartel general de La Esperanza hacia Vallegrande.
Los soldados bolivianos conformando el batallón han sido entrenados por
los instructores dirigidos por el Mayor norteamericano de Tropas Especiales
“Pappy” Shelton.
El 29 de septiembre, el Coronel Zenteno ordena a sus 650 Rangers
dirigirse hacia el sector de Vallegrande con el objetivo de rodear a la tropa
guerrillera. Rodríguez acompaña. Protegiendo más que nunca su verdadera
identidad, el oficial CIA se hace designar exclusivamente bajo el nombre de
“Capitán Ramos”.
El 30 de septiembre, el Che y su grupo son ubicados en el sector de
Valle Serrano.
El 8 de octubre, en los alrededores de las 3:30 de la tarde, el Che cae
preso después de agotar sus municiones en un combate donde recibe una herida en
la pierna. El enfrentamiento dejó muertos a tres guerrilleros y dos soldados.
A las 4:00 PM, es conducido frente a un capitán de apellido Prado quien
ordena a su operador radio de avisar a Vallegrande de la captura.”
INSULTA AL CHE AMARRADO EN EL SUELO
El mensaje “Caída de Ramón confirmada” revela la noticia al Coronel
Zenteno en Vallegrande quien, asombrado, exige una segunda confirmación y luego
de obtenerla ordena el traslado del Che a La Higuera… justo antes de avisar a
Félix Rodríguez, en Vallegrande, con otro mensaje en clave.
En las horas siguientes, el Presidente norteamericano Lyndon B. Johnson
es avisado por su asesor Walt Rostow, con un memorándum urgente, que el Che
está preso en Bolivia.
Según su versión de los eventos, Félix “Ramos” Rodríguez llega en
helicóptero a La Higuera a las 6:15 de la mañana, el día 9, con Zenteno Anaya
quien dejó en Vallegrande a su propio jefe de inteligencia, Saucedo Parada, por
falta de espacio en el pequeño aparato. “El Gato” trae un potente radio y una
cámara.
Observa al Che tendido en el suelo, los brazos
atados en la espalda y sus pies amarrados y empieza a insultarlo con desprecio.
Luego, transmite con su radio un mensaje cifrado a la estación CIA más
cercana para su retransmisión hacia el cuartel general de la CIA en Langley,
Virginia. Empezó a fotografiar sistemáticamente todos los documentos
encontrados con el Che, incluso su diario, página por página.
Realiza un número de fotos del Che que la CIA
mantiene secretas hasta hoy.
Este mismo día, el dictador boliviano Barrientos recibe del embajador
norteamericano Henderson la orden de muerte del Che.
Félix Rodríguez recibe luego un mensaje cifrado dando el código
establecido para la ejecución.
Según los documentos norteamericanos desclasificados, será el propio
mercenario cubano americano que informará, una hora más tarde, al Coronel
boliviano Zenteno de la decisión.
Sobre este tema, Ramos-Rodríguez pretenderá luego que tenía la orden de
sus superiores de la CIA de mantener al Che vivo “a todo costo”. Según sus
pretensiones, la CIA y el Gobierno norteamericano habían preparado condiciones
para llevarse al Che a Panamá, usando “helicópteros y aviones”. Lo que no
corresponde de ninguna manera a lo que sucederá.
Rodríguez afirmará que frente al Coronel Zenteno quien dice que debe
obedecer a las órdenes recibidas (a través de Ramos), decidió “dejar la
historia seguir su curso”.
En su relación de los eventos, Rodríguez-Ramos, agente de la CIA y
torturador formado en Fort Bennings toma la precaución de atribuirse
sentimientos humanitarios, algo obviamente absurdo de parte de una crápula de
tal dimensión.
Aquellas afirmaciones del hombre que luego participará, en
Vietnam, en la operación de exterminio de militantes comunistas
denominada “Phoenix” -una verdadera masacre- sólo merecen estar
archivadas al lado de las frases inventadas del Che que la CIA difundió y sigue
difundiendo, hasta en Internet.
Lo cierto es que será al “Capitán Ramos” y no
al coronel boliviano a quien llega la orientación de matar al Che. “El Gato” la
comunica al coronel boliviano y luego dirige la ejecución.
Según el joven soldado Eduardo Huerta
Lorenzetti quien estaba de guardia en la escuelita donde yace el Guerrillero
Heroico, el agente cubano-americano de la CIA entra repentinamente y zarandea
al Che atado por los hombros para que hablara, lo hala bruscamente por la barba
y le grita que lo va a matar.
Huerta trata de intervenir pero “El Gato” lo
amenaza gritándole “¡boliviano de mierda!”.
La discusión quedó interrumpida por la llegada de un cadáver y otro
prisionero, Juan Pablo Chang Navarro “El Chino”, casi ciego.
Ramos le da golpes al preso y luego, con una
bayoneta, le provoca varias heridas intentando que hable, sin lograrlo.
Anónimo:
El
trabajo de que
es mucho más enjundioso sobre las tropelías de este engendro de la política
anticubana, nacido por error en nuestra Patria termina con el testimonio
siguiente en lo concerniente al asesinato del Che
“MANDÉ A TERÁN QUE CUMPLIERA LA ORDEN”
Félix Rodríguez, alias Capitán Ramos, alias “El Gato”, ordena entonces
al Sargento Jaime Terán a asesinar al Che.
Lo confesó a la revista española Cambio 16,
edición del 18 de diciembre de 1998: “Salí y mandé a Terán que cumpliera la
orden. Le dije que debía dispararle por debajo del cuello porque tenía que
parecer muerto en combate”.
Asustado, Terán no llega a disparar sobre el Guerrillero Heroico.
- ¡Dispara cojudo, dispara!, le grita Ramos a
Terán.
Terán sigue sin disparar y sale de la escuelita.
”El Gato” grita amenazas y le ordena
terminantemente entrar de nuevo y cumplir con la orden.
Terán, finalmente, dispara.
Entonces, el agente de la CIA Félix Rodríguez
imitando cobardemente a unos militares presentes, dispara hacia el cuerpo del
Guerrillero Heroico.
Esta misma tarde, Rodríguez sale de La Higuera en helicóptero hacia
Vallegrande.
Contará que al llegar
“sabiendo que la gente de Castro estarían mirando para agentes de la CIA”, se
puso la gorra del ejército boliviano.
El corresponsal de The Guardian, el inglés Richard Gott, escribe en
aquel momento que al llegar el cuerpo del Che en Vallegrande, la operación fue
dejada en manos de un hombre en traje de campaña
cuya descripción corresponde a Félix Rodríguez.
“! VAMOS A LLEVARNOLOS PAL’CARAJO!”
El cadáver fue trasladado a un camión.
Gott contó cómo “Las puertas del camión se abrieron de repente y el
agente americano saltó, emitiendo un grito de guerra: “!Vamos a llevárnoslos
pal’carajo!”
A uno de los corresponsales quien le preguntaba
de dónde venía, Ramos-Rodríguez le contestó bruscamente: “¡De ninguna parte!”
Gott anotó cómo “El Gato” miraba iracundo cada vez que una cámara era
dirigida hacia él. También observó cómo este “capitán” estaba hablando
con los oficiales de mayor grado “en términos familiares”.
En el hotel de Vallegrande, los agentes de la
CIA, encabezados por Félix “El Gato” Rodríguez, y oficiales bolivianos,
festejaron la muerte del Che.
Según los testigos, Félix Rodríguez abrió una
botella de whisky y brindó a los presentes.
En las horas siguientes, “El Gato” también participó en la decisión de
cortarle las manos al Che para su posterior identificación.
Terminada su bochornosa misión de sicario, Félix Rodríguez salió de
Vallegrande para Santa Cruz, luego a Panamá y finalmente a Estados Unidos.
Anónimo:
Si según sus indicadores o
concepciones, Félix Rodríguez Mendigutía no tomó parte directa en el asesinato
del Che, entonces usted y yo no tenemos nada que debatir o discutir. Podrá
decirme que este relato es un infundio comunista, pero la verdad histórica es
inexorable. El error de muchos de estos asesinos es subestimar a veces a esos
pobres campesinos iletrados o soldados provenientes de las capas más humildes
de la población de nuestros pueblos, y que en silencio, en la mayoría de los
casos aterrados por el miedo a dejar de existir, presenciaron muchos hechos de barbarie
en los tiempos en que nuestras tierras eran asoladas por dictaduras brutales.
¿Cómo iba a imaginar Posada
Carriles que aquella joven venezolana, a la cual le mató un hijo por nacer que
llevaba en su vientre de una brutal patada expresando la frase de que, “lo
hacía para que no naciera otro comunista”, que ella sobreviviría para
denunciarlo muchos años después? ¿Quién iba a imaginar que 40 años después, en
ese mismo pueblecito de la Higuera, donde la CIA ordenó matar al Che iba a
existir un consultorio médico cubano, ocupado por un joven doctor cuyo nombre
era Ernesto Guevara? Yo contrariamente a lo que usted expresa tengo mucha más
información verídica de la que usted se imagina. Lástima que el tiempo y el
ancho de banda no me alcancen, por ahora, como expresara un día el Comandante
Chávez, para sostener en las redes sociales un debate más consecutivo.
Nosotros los revolucionarios
latinoamericanos, como expresa frecuentemente el Presidente Rafael Correa
tenemos como divisa: Prohibido Olvidar.
Edu, Comentas:
ResponderEliminar..Yo contrariamente a lo que usted expresa tengo mucha más información verídica de la que usted se imagina.
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?Quien puede tener, Edu, la verdad absoluta?
He leido mucho del propio Che, y lo que de el se escribe. Y te aseguro que las diferencias de opiniones en Miami y la Habana son abismales.
Pense hacerme con el libro de Benigno, que como sabes formo parte de su fracasada guerrilla. ?Pero quien me garantiza que este no modifique los hechos a su conveniencia?
Que las versiones historicas difieren a partir del prisma con que las vemos, es la personalidad de Simon Bolivar, un ejemplo (Te recomiendo la pelicula el libertador y la biografia de Augusto Mijares que asi se titula)
Compara lo que dice Marx que localifica de indolente y que le llamo el "General de las retiradas":
Le gusta proferir sarcasmos contra los ausentes, no lee más que literatura francesa de carácter liviano, es un jinete consumado y baila valses con pasión. Le agrada oírse hablar, y pronunciar brindis le deleita. En la adversidad, y cuando está privado de ayuda exterior, resulta completamente exento de pasioness y arranques temperamentales. Entonces se vuelve apacible, paciente, afable y hasta humilde. Oculta magistralmente sus defectos bajo la urbanidad de un hombre educado en el llamado beau monde, posee un talento casi asiatico para el disimulo y conoce mucho mejor a los hombres que la mayor parte de sus compatriotas.
Y mira este otro comentario de Paez:
..El humor alegre y jovial, el caracter apasible y el trato familiar, hermanaba lo afable del cortesano con lo fogoso del guerrero, Era amigo de bailar, galante y sumamente adicto a las damas, diestro en el manejo del caballo gustabale corer a todo escape por las llanuras del Apure . Para contener a quienes desfallecian en combate, ofrecia su ejemplo, la voz, la espada.
Maravillado de las hazannas de Bolivar, segun su biografo Augusto Mijares, y de la integridad psicologica del heroe, me pregunto como se atrevio Carlos Marx, el Prometeo de Trevers, a quien no le gustaba acercarse a la candela, llamarle al libertador “General de las Retiradas, llegando a presentarlo como cobarde, oportunista, intrigante, chismoso y enredador”
ResponderEliminarCopio de Jose Martí:
“aquel hombre solar, a quien no concibe la imaginación sino cabalgando en carrera frenética, con la cabeza rayana en las nubes, sobre caballo de fuego, asido del rayo, sembrando naciones. Burló montes, enemigos, disciplina, derrotas; burló el tiempo; y cuanto quiso pudo, menos mellar el diente de los ingratos. No hay cosa que le moleste tanto a los que han aspirado en vano a la grandeza, como el espectáculo de un hombre grande; crecen los dientes sin medida al envidioso” (8:175).
“… caudillo singular y magnánimo que aseguró al comercio del mundo y a la posesión fructífera de los hombres libres el suelo en que florecen”