domingo, 19 de junio de 2011

¿La Revolución en contra de los negros?


Foto de Kaloian en Cubadebate
Por Eduardo

Hace algún tiempo mi amigo Tatu, sostuvo en las páginas de la Joven Cuba, un debate acalorado con una abogada cubana de la etnia negra, que se ha convertido en una de las ciber disidentes de la llamada oposición en la isla. En esa ocasión escribí un largo artículo en el blog del cual provengo, y del cual extraigo ahora los elementos esenciales, retirando algunas anécdotas de tipo familiar, que pienso que no aportarían nada significativo a la nueva versión.  Mi motivación la constituye la noticia publicada en el periódico Granma, hoy 17 de junio de 2011, acerca del reconocimiento del Sistema de Organizaciones de las Naciones Unidas, a los avances de Cuba en la lucha contra el racismo y la discriminación racial.
(http://www.granma.cubaweb.cu/2011/06/17/cubamundo/artic03.html)

¿Y tú que haces aquí?
Pregunta del Comandante en Jefe Fidel Castro al único mercenario negro de la Brigada 2506.


Hoy deseaba dedicar un post a la infame inclusión de Cuba, por parte del gobierno yanqui, en una espuria lista donde mi Patria clasifica entre los países practicantes del inmundo tráfico de personas. Sin embargo, la lectura del artículo de Tatu acerca de Laritza Diversent, así como la respuesta de la joven abogada, me motivó a cambiar el tema a abordar en mis comentarios, y referirme a un tema que conozco bien de cerca, y del que he leído un poquito, la cuestión racial en Cuba.
Me motiva asimismo la novedosa aparición de líderes negros dentro de la contrarrevolución cubana, que paradójicamente ha sido heredera de las tendencias más reaccionarias del pensamiento político cubano, lo cual incluye la discriminación al sector negro y mestizo de nuestra población. En nuestras guerras libertarias, el sector dirigente de la burguesía nacional, encabezado por Carlos Manuel de Céspedes, fue más lejos que ningún otro grupo revolucionario en la historia de América. Desde que se inició la lucha en la Demajagua, Céspedes otorgó la libertad a sus esclavos propios, y los llamó hermanos, y días después, ya en sus funciones de Jefe de la Revolución decretó la Abolición de la Esclavitud en el territorio de la República en Armas.
Sin embargo, en los EEUU, la constitución emergida de la Revolución y vigente hasta el día de hoy, no incluía como ciudadanos a los millones de negros esclavos distribuidos por todo el territorio de la Unión. La historia desde ese momento histórico, hasta el ascenso del Presidente Barak Obama al poder es bien conocida. La Guerra de Secesión, los linchamientos, el Ku Kux Klan, los Blacks Panthers, la lucha de Martin Luther King Jr. y el Movimiento de los Derechos Civiles, y todo el largo camino de luchas del pueblo negro de los EEUU, que no ha logrado remover las bases del racismo en el país imperial. El incremento de organizaciones racistas y fascistas, que ya no solo atacan a los negros, sino que ahora dirigen sus agresiones a la población de origen hispano (muchos de los cuáles también son negros), es una de las tendencias actuales del entramado político social de los EEUU.
Existe una película norteamericana llamada Glory, protagonizada por Denzel Washintong, Morgan Freeman, Mathew Broderick y otros muchos grandes actores norteamericanos, que cuenta la historia del primer Regimiento del Ejército de los Estados Unidos, formado única y enteramente por soldados negros. Hay una escena en la que los oficiales blancos proponen al personaje de Morgan Freeman para el ascenso a oficial, y este no puede efectuarse, porque los negros solo podían ascender hasta el grado de sargento. En contraposición histórica, en nuestras guerras independentistas, una pléyade de jefes militares salidos del sector negro y mulato de la población, gracias a sus dotes militares alcanzó las más altas graduaciones dentro de la jerarquía militar del Ejército Mambí. Destacan entre ellos los Generales Antonio, José y Rafael Maceo, Guillermo Moncada, Flor Crombet (descendiente de emigrantes franco haitianos como la abogada Laritza), Quintín Banderas, Agustín Cebreco, y muchos más.
Y no solo hubo Generales negros, hubo Coroneles, Tenientes Coroneles, Comandantes, Capitanes, y  de todos los rangos existentes en la organización militar del Ejército Libertador. ¿Y los soldados? La cantidad de antiguos esclavos de nación y criollos incorporados al Ejército Mambí era tan grande, que al firmarse el Pacto del Zanjón, si bien España no abolió la esclavitud en Cuba hasta 1880, tuvo que admitir que todos los negros que habían luchado en el bando de la Revolución fuesen declarados libres.
En la mayoría de los casos, los oficiales y soldados blancos, no solo obedecían fielmente a sus Jefes  negros, sino que los idolatraban. La historia recoge, que durante la estancia de Maceo en la Habana, eran los famosos “Tacos” de la acera del Louvre, hijos en su mayoría de la alta burguesía habanera, quienes servían de escolta voluntaria al Titán de Bronce en sus paseos por la Capital. Algunos de ellos, incorporados posteriormente a la lucha en la manigua, formaron parte de su escolta. Es conocida la anécdota del capitán de la raza blanca, que se interpuso entre Maceo y un disparo realizado por un soldado español. Aquel héroe antes de morir le pudo decir a su querido Jefe, -Nos vemos en el otro mundo General.
En el crisol de nuestras luchas independentistas, aunque no se puede afirmar que todo fuera color de rosa, y que no existieran sentimientos racistas, por parte de altos oficiales blancos, todos fuimos cubanos, más que negros, blancos, mulatos o chinos, que también los hubo en buena cantidad. Sin embargo, en el bando de España, los negros peleaban en los “Leales Batallones de Pardos y Morenos”. Al desembarcar los yanquis por en la zona oriental, algunos mambises testimonian que se sorprendieron al encontrarse que en las tropas yanquis del contingente expedicionario, los negros combatían en unidades diferentes a las de los blancos. El avituallamiento de las mismas y el trato recibido por parte de la oficialidad gringa a estas tropas, también era bien diferenciado.
Después, con el establecimiento de la Seudo república, y la disolución del Glorioso Ejército Libertador de Cuba, tanto la caricatura de país que se creó con la asesoría yanqui, y el ejército títere de ocupación en su propia tierra, copiaron la estructura segregacionista del ejército norteamericano  y del estado yanqui de la época. Fueron los años tristes en los que al General de Tres Guerras, Quintín Banderas, que había combatido como pocos por la libertad de la Patria, el títere de Estrada Palma le ofreció un puesto de cartero, mientras los Generales y Coroneles blancos, con muchos menos méritos que él, ocupaban los altos mandos y principales jefaturas del elitista Ejército Nacional.
Este año, en Cuba celebraremos el centenario del genocidio cometido por las oligarquías al servicio del imperio sobre los participantes en el levantamiento del Partido de los Independientes de Color. Ya se han estado dedicando programas de nuestra TV, a tan significativa efeméride de la historia nacional. Entre los análisis realizados se encuentra el como y el porqué, un líder negro independentista, Martín Morúa Delgado, fue utilizado por la oligarquía para redactar la controvertida Ley Morúa, que fue el detonante de la revuelta de los Independientes. Estos eran, casi en su totalidad antiguos mambises, que no habían recibido el trato justo de sus antiguos compañeros de trinchera, y llevaron sobre sus hombros la carga mayor de la segregación racial de la naciente república neocolonial.
En Matanzas antes del triunfo de la Revolución los negros debían “sacarle la rosca” al Parque de la Libertad por la acera perimetral, mientras que los que aparentaban ser blancos, paseaban alrededor de la retreta y de la glorieta. Mi papá, que es mulato descendiente de mulato y china en segunda generación, no podía, aunque quisiera, bailar en el Liceo de Matanzas. Tenía, los fines de semana, que ir a bailar a la Unión Matancera, que era la Sociedad de Negros y Mulatos. Cuando mi padre trataba, asimismo de entrar a la Playa de Bueyvaca, que pertenecía al Matanzas Tennis Club, el guardajurado no lo dejaba entrar por ser prieto.
Es verdad que existieron profesionales negros en las tres Universidades cubanas de entonces, pero se podían contar con los dedos de las manos. Para lograrlo debían contar con dinero e influencias. El colmo del racismo de aquella sociedad, es que los burgueses del Havana Country Club, no querían aceptar al tirano Batista como miembro del mismo, pero no porque fuera un asesino, sino porque era negro.
Este post lleva sentimientos encontrados, puesto que mi familia mestiza como o lo soy, me crió en el amor a mis hermanos, independientemente del color de la piel. Sin embargo ahora se quiere esgrimir y atacar a la Revolución Cubana a través del tema racial. Es como si necesitáramos encontrar un Obamita a toda costa. Y algunos de estos compatriotas son más reaccionarios que los blancos contrarrevolucionarios. Uno de los reclamantes en este blog (La joven Cuba) llamó a Laritza, Abogada Afrocubana, y eso me dio una indignación muy grande, porque ese término en nuestro país solo se empleaba en términos culturales. Es decir en referencia a la herencia cultural cubana de origen africana. Los cubanos somos una sola nacionalidad, multiétnica y multicultural, pero somos simplemente eso, cubanos.
Sin embargo la contrarrevolución copia hasta los términos de sus amos del norte. Nunca entendí porqué los negros norteamericano son llamados afroamericans, cuando son tan estadounidenses como los WASP (Whites Anglos Saxons and Protestans). Como no entendía cuando en una discusión con unos andaluces, ellos me aseguraban que Mariah Carey era negra, siendo algunos de ellos más prietos que Mariah. Como tampoco me trago esos videos “Afroamericans” y esas películas, donde las estrella de cine, si son negros nunca se emparejan con las blancas, así sean personas tan conocidas como Denzel Washintong, o Eddie Murphy. Esas clasificaciones raciales sobrarán siempre, ahora que se ha demostrado a través del estudio del Mapa del Genoma Humano, que la palabra raza es un error cuando se analiza al Homo Sapiens Sapiens, y que hablar de ese término biológico, en el ser humano no tiene sentido, porque las diferencias entre los grupos étnicos, son tan pequeñas que las razas humanas no existen.
Ya lo dijo el Apóstol, “Hombre es más que blanco, más que negro, más que mulato, dígase hombre”. Usar el arma del racismo y los prejuicios raciales, por algunos cubanos negros en contra de la Revolución, no solo es una deslealtad con el proceso que garantizó la igualdad de oportunidades a los cubanos de todo tipo, sino una muestra de lo mucho que la filosofía del individualismo y el egoísmo es capaz de inducir en aquellos cuyo egocentrismo les hace creer que son los Mesías llamados a la destrucción de la Sodoma Comunista. A todos ellos yo les contrapongo los grandes líderes negros de esta Revolución, como Almeida, Lazo, Lázaro Peña, que dedicaron su vida a luchar y trabajar por el bien de sus semejantes, ajenos a cualquier tipo de falso protagonismo y liderazgos mediáticos.
Más allá de los traidores que han ocultado su cara oportunista con el ropaje de Revolucionario, lo esencial son los principios. De traidores y flojos está llena la historia de la humanidad, pero como decía Martí a través de Meñique “Todos los pícaros son tontos, los buenos son los que ganan, a la larga”.

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