El buque insignia del Almirante Cervera |
Por Eduardo
El pasado viernes, la sección de documentales de la Mesa Redonda transmitió “Camino al desastre”, primer capítulo de la serie de Mundo Latino “Una isla entre dos imperios”. El tema abordado en la realización, lo constituyó el análisis del final de la Guerra Hispano Cubano Norteamericana, específicamente el desastre naval de Santiago de Cuba. Las diversas opiniones acerca de ese hecho histórico, vertidas por diversas personalidades del ámbito académico, tanto cubanas como peninsulares, permitieron al televidente conformar una visión lo suficientemente objetiva del devenir de los acontecimientos, y su impacto en la historia de la isla. Me agradó sobremanera el hecho de que ante la insistencia de su mamá, mi hijo insistiera en posponer su baño hasta que concluyera el documental. Si un niño de estos tiempos, no quiere despegarse de la butaca por ver un documental histórico, habla por sí solo de la calidad del producto artístico en cuestión.
Para mí, el hecho de haber podido disfrutar de la propuesta televisiva, me motivó a escribir un artículo, acerca de aquellos años definitorios para el devenir de la nación Cubana. Los que me seguían en las páginas de La Joven Cuba, y mis actuales lectores, saben que la historia de mi país, es una de mis temáticas invariantes, a pesar de que no soy un graduado de Historia, sino Ingeniero Mecánico. Es por ello que siendo fiel a mis aficiones, redacté las líneas que ahora pongo a la disposición de los lectores.
Cuba, desde que fue descubierta en 1492, hasta el triunfo de la Revolución Cubana el primero de enero de 1959, estuvo sometida al dominio de dos grandes potencias imperiales, España la colonizadora, y los Estados Unidos de Norteamérica, el imperio más poderoso que haya existido jamás en la historia; cuyo emperador puede desaparecer la humanidad entera con solo ordenarlo, a través de un sistema de dominación que incluye, más de 3000 bases militares de todo tipo en todo el mundo (incluyendo esa afrenta a nuestra dignidad nacional que constituye la Base de Guantánamo, devenida centro de torturas y vejaciones de todo tipo), más de 8000 ojivas nucleares con lanzaderas que alcanzan a todo el planeta, y un control de la mayoría de los medios de comunicación, mediante los cuales crean matrices de opinión en las cuales el fin de la historia, y el modelo de globalización neoliberal que proclaman, constituyen el eje central de sus política de dominación.
El Ejército Mambí luchaba contra el poder colonial de una metrópoli en decadencia que sostenía su producto interno bruto, gracias a la renta de la siempre fiel isla de Cuba. Al final de la Guerra del 95, el Ejército Libertador tenía alrededor de 16000 efectivos, mientras que luchaban contra los patriotas un total de casi 100000 guerrilleros nacidos en Cuba, y más de 250000 soldados de línea que España llegó a tener en la isla. Los revolucionarios cubanos siempre se han enfrentado a fuerzas tan poderosas, que solo las enormes cualidades de sacrificio y el patriotismo de nuestra gente han hecho trascender la justeza de nuestra causa.
Porque los comunistas cubanos, les pese o no, y aunque se repita cientos de veces en la retórica made in USA, que somos los representantes de una tiranía, somos los herederos de Martí, Gómez, Céspedes y todos los padres fundadores de la nación cubana. Cualquier patriota cubano que ha trascendido en la historia de nuestro país, necesariamente ha tenido que ser antiimperialista, que no es lo mismo que ser antinorteamericano, porque ningún independentista criollo ha manifestado nunca sentimientos xenófobos en contra del pueblo norteamericano. Luchamos contra los herederos de John Quincy Adams, aquel que dijo que por su propio peso, Cuba debía caer como fruta madura en el regazo yanqui. Porque los que piensan de manera contraria, en realidad no responden a los verdaderos intereses del pueblo cubano, sino que apoyan la política del imperialismo yanqui en contra de nuestro pueblo, y se alinean en tal sentido
Martí escribió víspera de su muerte, a su amigo Manuel Mercado:
“Ya puedo escribir, ya puedo decirle con qué ternura y agradecimiento y respeto lo quiero, y a esa casa que es mía y mi orgullo y obligación; ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber—puesto que lo entiendo y tengo ánimos con qué realizarlo—de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son, levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin.”
Cuando Maceo estuvo en Cuba en el año 1880, la historia relata que en un banquete en su honor, en Santiago de Cuba, como casi siempre entre cubanos surgió el tema político y las diferentes tendencias de entonces, la reformista, la autonomista, el separatismo y la anexión. Un muchachón, le espetó a Maceo: - General, y en caso de que los EEUU intervinieran en una guerra de los cubanos contra España, ¿Que haría usted? A lo que Maceo respondió, - Creo joven, aunque lo creo poco probable, que esa vez yo lucharía al lado de España contra los americanos. También en famosa carta proclamó: “tampoco espero nada de los Americanos, es mejor subir o caer sin ayuda, que contraer deudas de gratitud, con un vecino tan poderoso”.
Por desgracia para Cuba, sus dos líderes independentistas más radicales, el Titán y el Apóstol, murieron demasiado rápido. A Gómez los yanquis no le simpatizaban mucho, pero siempre tuvo un complejo de extranjero del cual nunca llegó a desprenderse del todo. Así que cuando el Gobierno de la República en Armas acepta como valida la Resolución Conjunta, Gómez acató disciplinadamente la decisión del Ejecutivo. Si no hubiera sido por el glorioso ejército mambí, los valientes peninsulares, que en definitiva, compartían lazos de origen común con los cubanos, hubiesen descalabrado a los Rough Riders de Teddy Roosevelt. La toma del Caney y de la Loma de San Juan, dieron muestras del valor estoico de los soldados españoles, endurecidos en una guerra feroz, y la incapacidad del mando yanqui para enfrentar una contienda de esa naturaleza. Esa es la verdad histórica.
Cuando terminó la guerra, los yanquis no solo humillaron a España, sino que después se portaron de manera grosera y prepotente con nuestro ejército. Voy a poner en las palabras del General en Jefe Máximo Gómez, una muestra del descontento que trajo consigo la intervención yanqui en nuestra guerra de independencia.
Escribe en su Diario: "Los americanos están cobrando demasiado caro con la ocupación militar del País, su espontánea intervención, en la guerra que con España hemos sostenido por la Libertad y la Independencia. "Nadie se explica la ocupación. Así como todo espíritu levantado, generoso y humano- se explicaba y aún deseaba la intervención."...”La actitud del Gobierno Americano con el heroico Pueblo Cubano, en estos momentos históricos, nos revela a mi juicio más que un gran negocio”... “Nada más racional y justo, que el dueño de una casa, sea él mismo que la va a vivir con su familia, el que la amueble y adorne a su satisfacción y gusto; y no que se vea obligado a seguir, contra su voluntad y gusto, las imposiciones del vecino. La situación pues, que se le ha creado a este pueblo; de miseria material y de apenamiento, por estar cohibido en todos sus actos de soberanía, es cada día mas aflictiva, y el día que termine tan extraña situación, es posible que no dejen los americanos aquí ni un adarme de simpatía."
Es por eso, que no entiendo la desmemoria histórica de un pequeño sector de nuestra población. No entro en detalles ahora, para no extenderme la humillación que le hicieron a Calixto García, el Lugarteniente General de nuestro Ejército, al no dejarlo entrar con sus tropas victoriosas en tantos combates, y que les sacaron las castañas del fuego a las tropas norteamericanas en más de una ocasión, en la ciudad de Santiago de Cuba. Cuando la derecha cubana, de acuerdo con la embajada yanqui, quiso escamotearle el triunfo a Fidel y el Movimiento 26 de Julio, en 1959, y el Comandante llamó a la Huelga General, lanzó la frase, “Esta vez, los mambises, sí entrarán en Santiago de Cuba”.
El Che decía que no se podía confiar en el Imperialismo “ni tantico así”, y Fidel en un discurso referido a la Defensa se refirió a que los cubanos si queríamos mantener la independencia debíamos estar siempre listos para luchar por ella, aún si en EEUU se implantaba el Socialismo. Después hizo referencia a que las pretensiones territoriales de una gran potencia sobre otra no siempre estaban relacionadas con el sistema político, y puso como ejemplo el ataque de China a Viet Nam en los años 80 y el ataque Soviético a Polonia y Finlandia en los 40.
Imaginen los lectores que ustedes sean la superpotencia, y que cada vez que quieran hacer una barbaridad, hay un pequeño paisito en la ONU, que se les enfrenta y le dice en su cara, ustedes son unos abusadores, se creen los amos del mundo, son un imperio arrogante, expansionista y explotador (cosa que no es mentira). Que si esa misma superpotencia financia regímenes dictatoriales, ese mismo paisito, ayuda a los guerrilleros de izquierda, sirve de refugio a los revolucionarios que huyen, y los prepara para poder continuar su lucha. Imaginen además que preparen una expedición militar con todos los hierros durante casi 2 años, y que en 72 horas ese paisito se la convierta en puré de talco. Imagínense además que amenazan a este pequeño país con un bloqueo naval total y el extermino con el arma atómica, y que los líderes de ese pedazo de tierra además de no capitular, todavía tengan la osadía de no permitir inspecciones a su territorio, de dignos que son. Que ese país resista sin rendirse bloqueos económicos, agresiones biológicas, secuestro y derribos de aviones en pleno vuelo, sabotajes y la muerte de más de 3000 de sus pobladores, y concho, todavía no se rinden, ¿Si ustedes fueran los jefes de la gran potencia?
Por ahí anda la cosa, en lo concerniente al Diferendo Cuba – EEUU. Se dice que la razón es que el gobierno cubano no cede. Es que un gobierno soberano no tiene que ceder en nada porque a su vecino le de la gana. El intento de imposición de la voluntad del gobierno yanqui sobre el pueblo cubano no se negocia. Es un mandato de Martí y Maceo.
En ese marco se asienta la “lucha por la libertad” de los neo-contrarrevolucionarios, aparentemente pacifistas y que tratan de deslindar su accionar de los grupos terroristas de Miami, ya muy desprestigiados para las necesidades del imperio. Toda la literatura bloguera contrarrevolucionaria se basa en seis pilares básicos.
- Sacar el diferendo Cuba – Estados Unidos de la fórmula de la situación actual del país. Las apetencias yanquis sobre la isla desde la época de José Antonio Saco, Varela, y los demás Padres Fundadores de la nación cubana, es un invento de los comunistas. Lo que escribió Martí en Vindicación de Cuba, Nuestra América, y la Carta a Manuel Mercado, son cuentos de camino.
- El Gobierno de la República de Cuba, el único país realmente independiente del Mundo, a quién los yanquis no pueden ordenarle, ni imponerle nada, es el único culpable de la situación económica del país.
- La Generación Histórica de la Revolución Cubana, deben pedirles disculpas a los Imperialistas asesinos de niños, mujeres y ancianos, por la dignidad con la que han dirigido este país. Hay que ser genuflexos, entreguistas y bien lamebotas de los yanquis y entregar el país a las transnacionales para estar en onda con los nuevos tiempos.
- El bloqueo feroz y asesino no existe, es un invento del gobierno cubano para mantener la revolución.
- La Revolución no ha aportado nada que sirva a la vida de los cubanos. Ni aún sus logros reconocidos por organismos internacionales, son otra cosa que fruto de la imaginación de los castristas.
- Los que reciben dinero de una potencia extranjera, para publicar blogs, organizar la contrarrevolución y entregar la Patria a los norteamericanos, no son mercenarios, son luchadores por los derechos humanos.
Sus soluciones para la Patria son sencillas y brillantes. Entregar el país a las transnacionales yanquis para que expolien el país. Privatizar la Educación, la Salud, los servicios de agua y electricidad. ¿Imaginan la desaparecida ENRON, de responsable de la generación energía de la Isla, o la British Petroleum, perforando en Varadero, donde nunca un pozo ha contaminado la Playa a pesar de estar a solo unos metros de las costas?
La Revolución Cubana ha sido una sola. La empezó Céspedes en 1868, y la continuamos haciendo en la actualidad. Acusarnos, de estar en el bando contrario a los héroes de la epopeya independentista, solo denota un desconocimiento de la historia de Cuba, que raya en la total ignorancia.
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