Indignados en los Estados Unidos |
Por Eduardo
Si la pretensión de los gobernantes yanquis es que renunciemos al socialismo para copiar su modelo de sociedad están errados. Los 50 años, en que por copiar a los norteamericanos, fabricamos hasta un Capitolio con sus dos hemiciclos, fueron suficientes para este país. La politiquería desatada desde principios del siglo XX por los Liberales y Conservadores, caricaturas aplatanadas de los Partidos Republicano y Demócrata, y otras formaciones políticas posteriores como el Partido Auténtico, con su carga de corrupción que Eduardo Chibás quiso barrer con su campaña de “Vergüenza contra dinero”, sumado a los dos períodos dictatoriales de Gerardo Machado y Fulgencio Batista, bastaron para engendrar la necesidad de crear un modelo de sociedad alternativa al capitalismo tropical, cuyas instituciones “democráticas” no eran más que una mala copia del modelo presidencialista norteamericano.
No hablaré aquí de nuestras instituciones democráticas, con altos niveles de Democracia Participativa, que es la forma en que la mayoría de los cubanos creemos que en realidad el pueblo tiene la oportunidad de decidir asuntos importantes de la vida nacional. Un proceso como la discusión de los Lineamientos aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, no tiene precedentes en el mundo. La mayoría de las transformaciones que se realizan actualmente en nuestro país son el resultado directo de las discusiones en los centros de trabajo, los barrios, las escuelas, las comunidades rurales, en fin son expresión de la voluntad popular.
La Democracia yanqui no es modelo para nadie en el mundo. Lo único que la valida, es el poderío militar del imperio y sus arsenales nucleares. Lo primero que es cuestionable es el alto nivel de abstencionismo que posee. Un sistema de gobierno donde el presidente se elige con solo el 25% del padrón electoral no tiene ninguna credibilidad. En Cuba, a pesar de que el voto no es obligatorio, vota el 95% de la población en edad electoral.
El sistema de colegios electorales también es un engaño, porque puede pasar que alguien como Albert Gore, que por el voto popular no hubiese necesitado ganar en el Estado de la Florida, en virtud de que a nivel de todo el país superaba ampliamente a George W. Bush en la suma total de los votos del pueblo; fue víctima del fraude y despojado de la presidencia, por la acción inescrupulosa de los mafiosos cubano americanos de la Florida. Bush salió presidente y llenó al mundo de guerras, por el voto de uno o dos jueces del Tribunal Supremo. Entonces ¿De que democracia estamos hablando?
En una elección de cualquier tipo en los EEUU, el candidato debe contar con efectivo constante y sonante. Es decir, que si no tienes dinero, y no eres apoyado por la maquinaria electoral de los dos partidos que gobiernan EEUU desde el siglo XIX, sencillamente estás fuera de la competencia. ¿Que participación democrática tienen los indignados de Wall Street en las decisiones de la Casa Blanca? ¿Por qué los del Burro y los del Elefante, no discuten algo parecido a los Lineamientos del PCC, para que el pueblo de los Estados Unidos proponga los cambios que la sociedad necesita?
Esta semana vi en la TV el filme protagonizado por William Hurt, “Demasiado Grandes para caer”, que relata como se desató en el 2008 la crisis hipotecaria y bancaria que todavía golpea al mundo. En el filme se muestra como cuatro o cinco personas de la administración Bush, decidieron regalarles a los banqueros bandidos, miles de millones de dólares de los contribuyentes para salvarles sus bancos. Hay un personaje femenino del equipo de salvataje, que cuando algunos banqueros se resistían a aceptar el trato con la administración federal, pronunció la única frase que en el filme hace alusión al bandidaje y la corrupción entre esos grandes tiburones de las finanzas que expresaba: – Estos, nos han metido en esta crisis ¿Y todavía para firmar el paquete de salvamento, deben consultar a sus juntas directivas?
Este episodio y otros muchos ratifican que, a pesar de que la mayoría de los norteamericanos creen que viven en un sistema democrático, la democracia llora por su ausencia. Por tanto los cubanos no deseamos ese tipo de gobierno, donde el hombre del pueblo sencillo y simple, no tiene ni la más remota participación en la toma de decisiones, y el tráfico de influencias a través de los lobbistas son la práctica común. Hasta el Presidente Obama ha protestado de la mala influencia de los corruptos grupos de poder.
Lo que pasa con el concepto de Democracia es que los yanquis se apropiaron de la palabrita, como se apropiaron del nombre de América, al punto de que cuando en África menciona un cubano que vive en América, asocian inmediatamente que no vive en Cuba, porque para muchas personas en el mundo, decir América equivale a decir Estados Unidos.
El escritor cubano uruguayo Daniel Chavarría, Premio Nacional de Literatura de nuestro país, ha redactado una de las definiciones más geniales de la palabreja democracia. Según Chavarría, y esto se aplica como a ninguna en el caso de la Democracia Made in USA:
“Democracia es una institución milenaria, esclavista o capitalista, que permite chupar sangre y riquezas a la luz pública y con total impunidad.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario