viernes, 20 de julio de 2012

El Apóstol, en otra dimensión.


Martí visto por Raúl Martínez
 Por Eduardo

Orlando:
Aquí te expongo el párrafo completo del inicio de “Karl Marx ha muerto”, tal y como lo solicitas:

“Ved esta gran sala. Karl Marx ha muerto. Como se puso del lado de los débiles, merece honor. Pero no hace bien el que señala el daño, y arde en ansias generosas de ponerle remedio, sino el que enseña remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros. Mas se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde, y espante. Ved esta sala: la preside, rodeado de hojas verdes, el retrato de aquel reformador ardiente, reunidor de hombres de diversos pueblos, y organizador incansable y pujante. La Internacional fue su obra: vienen a honrarlo hombres de todas las naciones. La multitud, que es de bravos braceros, cuya vista enternece y conforta, enseña más músculos que alhajas, y más caras honradas que paños sedosos. El trabajo embellece. Remoza ver a un labriego, a un herrador, o a un marinero. De manejar las fuerzas de la naturaleza, les viene ser hermosos como ellas.”

Yo de verdad que a veces no entiendo las interpretaciones de ustedes acerca de los textos martianos. Cuando dice “Indigna el forzoso abestiamiento de unos hombres en provecho de otros”, de lo que habla es de la explotación del hombre por el hombre, o lo que es lo mismo, aunque no se escriba exactamente igual, de la explotación capitalista. Porque Carlos Marx nunca tuvo un quilo prieto partido por la mitad. Es más, su amigo Engels fue el que tuvo que muchas veces, como decimos en buen cubano, matarle el hambre. El resto del párrafo se refiere a diferencias en cuanto a puntos de vista acerca del método de lucha con respecto a los comunistas de aquella época.
En “El linchamiento de los italianos en Nueva Orleans”, donde Martí decía que no, que los italianos linchados no eran miembros de la Mafia, porque en EEUU no “hay Borbón”, el Apóstol pensaba que la Mafia (Morte A lla Francia Italia Anella), organización que en sus inicios se originó para expulsar a los franceses de Sicilia, primeramente no estaba presente ya en Yumilandia, y en segundo lugar, que no podía dedicarse al negocio del crimen, porque era una organización patriótica. En conclusión, el Apóstol se equivocó por falta de información. Ya la mafia estaba en los EEUU, y ya no era una organización patriótica.
También se equivocó en sus valoraciones acerca de un evento de la vida yanqui, en sus primeros trabajos sobre el amañado juicio de los mártires de Chicago. Su primera crónica describe a los obreros enjuiciados como feroces anarquistas y terroristas. Pero cuando va reparando en lo espurio del juicio, la ilegalidad de las condenas, y el valor de aquellos hombres, se pone como siempre del lado de la justicia.
La información de primera mano que poseía Martí acerca del comunismo era a la que podía acceder a través de la prensa yanqui (la versión del siglo XIX de CNN), dominada desde entonces por los magnates como Hearts, aquel de la campaña “Remember the Maine”. Nada Orlando, que Martí está por sus convicciones revolucionarias bien cerca de las ideas socialistas, y bastante lejos de las ideas que sustentan el capitalismo actual, al cual criticó a rajatabla, y con todo.

Orlando:
A mucha honra, me considero un seguidor del pensamiento de Fidel, aunque él no tenga ni la más remota idea de que existo. Ya ves, tú te encargas de ir por la blogosfera regando veneno de Fidel y el Che, y yo no tengo siquiera un personaje que represente a tu gusanera al cual dedicarle un post, de tan huérfana de líderes que está la contrarrevolución cubana. Pero bueno, yo te voy a exponer mis criterios.
Tú dices que no existe relación entre Fidel y José Martí y yo te voy a exponer algunos ejemplos que si lo demuestran:
  1. Fidel y Martí son antiimperialistas, y los dos declararon en su momento que el objetivo de su vida iba ser el evitar que los yanquis se apoderaran de Cuba. Los gusanos, como cipayos, están locos por entregarle Cuba a los yanquis y sus transnacionales.
  2. Martí y Fidel, los dos, prepararon revoluciones liberadoras, y poniendo su pellejo en juego vinieron a Cuba en pequeños barquitos, desembarcaron en la isla, y pusieron su vida al servicio de la Patria bajo las balas del enemigo. Con la triste excepción de los mercenarios de la 2506, y los bandidos asesinos del Escambray; los contrarrevolucionarios cubanos, llegan hasta la infamia de contratar mercenarios centroamericanos para poner bombas en la Habana, y piden al gobierno yanqui que nos mande los marines, mientras ellos descansan en sus casas de Hialeah, lejos de los bombardeos.
  3. Los contrarrevolucionarios cubanos reciben financiamiento del gobierno que trata de matar por hambre al pueblo de Cuba. Martí y Fidel hicieron la Revolución con el dinero de los sectores más humildes del pueblo cubano, y ninguno de los dos se apropió nunca ni de un centavo. Todos los alabarderos de la Mafia contrarrevolucionaria de Miami, son millonarios, y por si esto fuera poco le tumban dinero al gobierno federal para su campaña anticubana.
  4. Martí y Fidel abogan por la unidad de los pueblos de Latinoamérica. Los contrarrevolucionarios, están locos porque los procesos integradores entre los países del Alba, Mercosur, el Banco del Sur, etc., se vayan a bolina como el papalote, a sabiendas que los únicos que se beneficiarían con ello son los amos del imperio.
Pudiera estar poniéndote ejemplos hasta el infinito, pero te aseguro, que ningún cubano de derechas tiene que ver absolutamente nada con Martí y su prédica liberadora. Mira, deberías meterte en tu cerebrito lo que dice el Apóstol en “Vindicación de Cuba”, para que aprendas un poco de la dignidad de un cubano verdadero. 

Orlando:
Martí tuvo que ocultar sus planes, porque los yanquis se los iban a desbaratar, como al final lo hicieron cuando le incautaron las tres expediciones en el puerto de la Fernandina. ¿Cómo fue posible eso? Por la traición de un cubano al servicio del imperio yanqui, el tal López de Queralta ¿Tú por casualidad no conoces a algún adorador del imperio que se haya prestado para hacerle el trabajo de Judas a los Yumas?
El incautamiento por el gobierno yanqui de las armas del Partido Revolucionario Cubano, ocasionaron que la guerra rápida y generosa que Martí quería, como “remedio blando”, fallara, y nos viéramos envuelto en tres sangrientos años de guerra. ¿Y quiénes se metieron después en esa guerra haciéndose pasar por amigos de los cubanos, para después imponernos una República espuria con el apéndice ignominioso de la Enmienda Platt? ¿Tú no lo sabes? Yo, y millones de cubanos en esta isla sabemos el final de esa triste historia.

6 comentarios:

  1. El inagotable:

    Releeo las maravillosas cronicas de Marti sobre aquellos sucesos:

    ...Júzganse como bestias acorraladas. Todo lo que va creciendo les parece que crece contra ellos. “Mi hija trabaja quince horas para ganar quince centavos.” “No he tenido trabajo este invierno porque pertenezca a una junta de obreros”
    ----

    Edu. La epoca que Marti critica den los EE UU no es aquella.

    Nadie le puede negar empleo un obrero por sindicalista

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  2. El inagotable:

    Edu. Crees, en serio, que quien escribe lo que sigue hubiera subscrito frases como "escoria", gusanos, apatridas. No los queremos, No los necesitamos?

    Copio:

    Miente como un zascandil
    El que diga que me oyó,
    Por no pensar como yo
    Llamar a un cubano «vil».

    Al que comparte la fe—
    La fe que yo no comparto—
    En el cariño del parto,
    Que pudo ser y no fue;

    Al que piensa—¡yo no pienso
    Así!—que, en tanto desdén,
    Es dable un inmenso bien
    Sin un sacrificio inmenso;

    Al que, por odio a la guerra,
    Prefiera—¡yo no prefiero!—
    El comerciante extranjero
    A la virtud de su tierra;

    Ése, ¡quién sabe si arguya
    En vano! ¡si en la mar fia!
    Pero si su tierra es mía,
    También es mi tierra suya.

    ¡Qué dijera yo de aquel
    De opinión diversa, si
    Me llamara vil a mí
    Por no opinar como él!

    Quiero a Cuba amante y una;
    quiero juntar y vencer
    ¿Y empiezo por ofender
    Al que ha nacido en mi cuna?

    No hiero al mismo español,
    de quien la sangre heredé.
    ¿Y fratricida, heriré
    A mi hermano en pena y sol?

    A mis hermanos en pena
    No los he de llamar viles,
    Los viles son los reptiles
    Que viven de fama ajena.


    Pero enfrente del tirano
    Y del extranjero enfrente.
    Al que lo injurie: «¡Detente!»
    Le he de gritar: «¡Es mi hermano!»

    En la patria de mi amor
    Quisiera yo ver nacer
    El pueblo que puede ser,
    Sin odios y sin color.

    Quisiera, en el juego franco
    Del pensamiento sin tasa,
    Ver fabricando la casa
    Rico y pobre, negro y blanco.

    Y cuando todas las manos
    Son pocas para el afán,
    ¡Oh patria, las usarán
    En herirse los hermanos

    Pero al que duda—¡yo no!
    ¡Yo no dudo!—que su tierra
    Puede después de la guerra
    Vivir con paz y con pro;

    Al que comparte la fe—
    La fe que yo no comparto—
    En el cariño del parto,
    Que pudo ser y no fue;

    Al que piensa—¡yo no pienso
    Así!—que, en tanto desdén,
    Es dable un inmenso bien
    Sin un sacrificio inmenso;

    Al que, por odio a la guerra,
    Prefiera—¡yo no prefiero!—
    El comerciante extranjero
    A la virtud de su tierra;

    Ése, ¡quién sabe si arguya
    En vano! ¡si en la mar fia!
    Pero si su tierra es mía,
    También es mi tierra suya.

    Y puede, de igual derecho,
    En brazos de otro soñarla,
    Como sueño en conquistarla
    Mano a mano y pecho a pecho.

    Quiero a Cuba amante y una;
    quiero juntar y vencer
    ¿Y empiezo por ofender
    Al que ha nacido en mi cuna?

    A mis hermanos en pena
    No los he de llamar viles,
    Los viles son los reptiles
    Que viven de fama ajena.

    ¡Pero quisiera ver yo
    Frente a frente al zascandil
    Que dice que llamo vil
    A mi hermano y que me oyó!

    Pero enfrente del tirano
    Y del extranjero enfrente.
    Al que lo injurie: «¡Detente!»
    Le he de gritar: «¡Es mi hermano!»

    En la patria de mi amor
    Quisiera yo ver nacer
    El pueblo que puede ser,
    Sin odios y sin color.

    Quisiera, en el juego franco
    Del pensamiento sin tasa,
    Ver fabricando la casa
    Rico y pobre, negro y blanco.

    Y cuando todas las manos
    Son pocas para el afán,
    ¡Oh patria, las usarán
    En herirse los hermanos!

    Algo en el alma decide,
    En su cólera indignada,
    Que es más vil que el que degrada
    A un pueblo, el que lo divide.

    ¿Quién, con injurias, convence?
    ¿Quién, con epítetos, labra?
    Vence el amor. La palabra
    Sólo cuando justa, vence.

    Si es uno el honor, los modos
    Varios se habrán de juntar:
    ¡Con todos se ha de fundar,
    Para el bienestar de todos!

    Su MARTÍ
    N. Y., 21 de octubre/1889

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  3. El inagotable: - Comentario editado

    Edu se cree, en serio, que quien escribe lo que sigue hubiera subscrito frases como “escoria”, gusanos, apatridas. No los queremos, No los necesitamos?
    Copio:
    Miente como un zascandil
    El que diga que me oyó,
    Por no pensar como yo
    Llamar a un cubano «vil».
    Al que, por odio a la guerra,
    Prefiera—¡yo no prefiero!—
    El comerciante extranjero
    A la virtud de su tierra;
    Ése, ¡quién sabe si arguya
    En vano! ¡si en la mar fia!
    Pero si su tierra es mía,
    También es mi tierra suya.
    Quiero a Cuba amante y una;
    quiero juntar y vencer
    ¿Y empiezo por ofender
    Al que ha nacido en mi cuna?
    A mis hermanos en pena
    No los he de llamar viles,
    Los viles son los reptiles
    Que viven de fama ajena.
    Pero enfrente del tirano
    Y del extranjero enfrente.
    Al que lo injurie: «¡Detente!»
    Le he de gritar: «¡Es mi hermano”
    Quiero a Cuba amante y una;
    quiero juntar y vencer
    ¿Y empiezo por ofender
    Al que ha nacido en mi cuna?

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    1. Orlando:
      Como siempre interpretan ustedes muy oportunistamente al Apóstol. Fíjate en esta estrofa:

      Pero enfrente del tirano
      Y del extranjero enfrente.
      Al que lo injurie: «¡Detente!»
      Le he de gritar: «¡Es mi hermano!»

      Fíjate bien, "Frente del tirano, y del extranjero enfrente". De este verso se desprende que Martí está hablando de la diversidad que existía dentro del movimiento independentista. Entre los patriotas, los había racistas, elementos nacidos del bandidismo como Manuel García, entre los patriotas de la guerra grande y los de nueva adquisición, etc.

      El poema de Martí es un llamado a la unidad entre las fuerzas que se enfrentarían a España en la guerra necesaria, no una conciliación con el elemento integrista cubano. Y es que no podía ser de otra forma, porque en el ejército español en la isla contaba con más de 160 000 cubanos peleando al lado de la corona española. Martí sabía que a esos traidores había que combatirlos con mucha más fuerza quizás que a los propios españoles.

      Un día le preguntaron a Martí también que cual raza era la peor y cual la mejor, y respondió, sin vacilación - La peor raza es la de los viles, y esa por desgracia abunda mucho en todas partes. O sea que yo no puedo creer que Martí no supiera, siendo un genio como fue, que existían cubanos tan viles, como el traidor López de Queralta que denunció a los yanquis la expedición de la Fernandina.

      Yo he leído lo suficiente a Martí para saber que no solo llamaría viles a un grupo numeroso de los que por el sucio dinero, le prestan servicios de toda clase a los yanquis con tal de responder a los sucios intereses del imperio, sino que les endilgaría el calificativo de traidores, vendepatrias y lacayos, que es lo que corresponde en estos casos.

      Ay Orlando, Martí fue demasiado revolucionario y patriota, para que la contrarrevolución cubana, lo pueda tomar de bandera. Quizás puedan engañar con ese discurso revisionista a algún extranjero. A los patriotas cubanos, verdaderos seguidores del Apóstol, no los van a confundir.

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  4. edu, tas jodio socio.... ni una mosca por aqui.... no hay quien te siga por pesado y extremista

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    1. Anónimo:
      Como decía mi abuela, yo no soy monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. De cualquier manera te aclaro, que nunca ha sido mi interés perder el tiempo debatiendo con gusanos y apátridas. Mi blog es por sobre todo una bitácora personal, en la que defiendo las ideas que profeso. Y si a algunas personas de bien en este convulso mundo, les llegan mis mensajes, me daré por bien servido.

      Te aprobé tu comentario, para aclararte esta idea simple, y te repito, las personas como tú, que le lamen las suelas a los yanquis, no son objetos de mi interés y me importa un pepino si me leen o no. Así que ve con el Diablo, porque a Dios no le gustan los traidores, y según cuenta Dante Allighieri en la Divina Comedia los manda a uno de los círculos del infierno.

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