viernes, 24 de agosto de 2012

Convicciones y legado.


Luchamos por su futuro
 Por Eduardo

Manuel:
No me conoces. Yo también he sufrido en carne propia a los burócratas. Algunas investigaciones mías pudieron en su momento haber ahorrado al país millones de dólares. Muchas no fueron introducidas por algunos de esos personajes que hacen más daño a Cuba que los propios yanquis. Uno de ellos, ya fallecido, llegó a prohibir mi entrada en una de las empresas de mi provincia, a la cual le había desarrollado una tecnología de restauración de las máquinas más importantes de su ciclo productivo, porque en una reunión del PCC, lo denuncié por poner frenos a la aplicación de la nueva tecnología.
Sin embargo, todavía hoy sigo luchando y usando los conocimientos que me dio la Revolución, para tratar de ponerlos al servicio de mis semejantes. Si me conocieras sabrías que si alguna persona no es nada dogmática, ni intransigente, ni retrógrada soy yo. Soy un revolucionario, en todo lo que el sentido de esa palabra indica. Yo tenía un compañero de entrenamiento en mis años de deportista, que me decía, - Asere, hablando como tú hablas me meto a comunista. Y te cuento que fue la primera persona a la que hoy hablar del tema de los "Derechos Humanos", allá por los años 80. Era, y espero que siga siendo, porque le deseo lo mejor del mundo, gusano a rajatabla.

Hoy vive en el exterior, y ha visitado Cuba. Y a pesar de que no pensamos ni remotamente igual, me senté con él y hablamos, como lo que siempre fuimos, buenos compañeros, hasta de política. Como ya vive en el capitalismo, y no llegó a hacerse millonario, su visión de sus sueños de primera juventud ha cambiado un poco, sobre todo porque ahora para mantenerse y cuidar a la familia que creó, tiene que romperse el lomo trabajando como un mulo. Es posible que ahora esté desempleado, porque nunca le gustó estudiar, solo practicar artes marciales.
En conclusiones, que aunque tengo como todo cubano mi pequeña cuota de responsabilidad en nuestros problemas internos nuestros, no me encuentro en los más altos niveles de la toma de decisiones de este país, porque solo soy un profesor universitario, que cada día como le dije a Gabriel se levanta a las 5.30 am a preparar la fuerza técnica de este país, y a meterse en las empresas de mi provincia para mediante el uso de la Ciencia y la Técnica, introducir nuevos conceptos que nos ayuden a revolucionar la base tecnológica de mi Patria. Además como una tarea adicional, me he impuesto bloguear y dar mi visión de Cuba y su Revolución en las redes Sociales.
Mis concepciones filosóficas no se limitan solo al marxismo, leo lo mismo a Zaratustra (Zoroastro en persa), que a Confucio, que Bertrand Russell, que a Kant, que a Feuerbach, que a Jean Paul Sartre, que el Corán, la Biblia, la Cábala y la Torah, en fin que mi cerebro trabaja en muchas direcciones y solo no se equivoca en una cosa, en el sentido del patriotismo que me legaron mis padres y mis abuelos, que por demás al leer a Martí cada día se refuerza, y que nada tienen que ver con las que promulga la oligarquía batistiana que se fue para Miami, y que hoy trata de reconquistar este país. No puede ser de otra manera, si se nace en pesebre como Cristo se aprende que “– Primero pasará un camello por el ojo de una aguja, que un rico entre al Reino de Dios”.
Y de Martí, quien quiso echar su suerte con los pobres de la tierra, aprendimos muchos cubanos, que el amor a la Patria, “es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca”. No son vanas consignas, nuestras ideas son el escudo que nos sostiene. Decía Martí que cuando hay muchos hombres sin decoro, hay otros que llevan en sí el decoro de todos los hombres. Los que haciéndose pasar por revolucionarios, hunden el diente en la carne de la Patria, por meros intereses personales, no representan a los ideales supremos del socialismo y el comunismo, como los inquisidores como Torquemada, y los curas que se vivían del robo de los diezmos de los fieles, nunca representaron las ideas del Redentor.
Y Manuel, discrepo contigo, nadie como el gobierno cubano ha protegido a sus niños, sus ancianos, y su gente en general. El pueblo cubano posee niveles de educación, salud, alimentación y acceso a los servicios básicos, que están muy por encima del resto de los países del Tercer Mundo, y en algunos casos por encima de los países desarrollados. Por ejemplo la mortalidad infantil en Cuba está por debajo de la de Nueva York. ¿Que existen problemas? Claro que los hay. Pero muchos de ellos, los internos, los nuestros, son consecuencia directa de las carencias que a nivel de país, ocasiona el bloqueo yanqui. Pudiera ponerte muchos ejemplos, pero ya este comentario se me ha hecho muy extenso.

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