viernes, 9 de agosto de 2013

Acerca de mis fuentes de información.


 Por Eduardo

Compañera Delma:
Hace días que recibí de parte de mi amigo Josep Calvet esta serie de interrogantes que usted me dirigió en su Blog Acerca de Cuba. Después salí de vacaciones y hasta hoy no había podido sentarme a escribir, y es por ello que ruego que me disculpe por la demora.
Mire, y partiendo del hecho de que defendemos los mismos principios, yo no comprendo por qué habla de desinformación en el caso de nuestro país. Le cuento que yo básicamente me informo a partir de lo que se publica en Cuba, tanto en la prensa escrita y en la radio y la televisión. Cuando comienza el día despierto con Radio Rebelde, específicamente con el programa Haciendo Radio, o con el Matutino de Radio Reloj. Por la tarde oigo la Mesa Redonda por Radio Rebelde mientras cocino, porque déjeme decirle que el que cocina en mi casa soy yo, no mi esposa, y después de la cena veo el Noticiero Nacional de Televisión.
Como soy Jefe de Departamento en la Universidad de Matanzas recibo la prensa escrita, que en el caso de cualquier cubano, se sabe que son tres periódicos, el Granma, Juventud Rebelde, el Trabajadores, y los jueves el Girón, periódico de nuestra provincia de Matanzas. En Internet solo busco información que me sirva para mi trabajo docente e investigativo como profesor universitario, y como soy un activo bloguero de la Revolución, labor que comencé por un Blog que empecé con otros amigos, La Joven Cuba, leo algo de la blogosfera revolucionaria. 

A diferencia de otros colegas míos, blogueros de la Revolución, no leo nunca la prensa gusana y de los medios occidentales solo leo de vez en cuando la BBC de Londres. Mi teoría en este caso es olvidar la bazofia de la gusanera, y concentrarme en realzar lo mucho de bueno que tiene nuestra Patria, en contraposición a los blogueros de la contrarrevolución que todo lo que escriben de Cuba es negro con pespuntes grises. Aprendí además, que todo lo que se publica en el mundo es producido por tres o cuatro agencias occidentales, la CNN, la AP, la UPI, Reuters, etc. Ya ni inclusive los grandes medios hacen periodismo de investigación. Basta con que uno de los grandes consorcios lance una noticia y miles de órganos de prensa en el mundo la reproducen sin cambiarle ni una coma.
Usted me dice que no ha salido de Cuba. Por mi trabajo yo lo he podido hacer, y le aseguro que he comprobado que el cubano promedio está más informado del mundo que nos rodea y de lo que pasa en él, que la mayoría de las personas en el mundo. El colmo de la implantación de los paradigmas mediáticos es que a mí me preguntaron un día si Cuba quedaba cerca de Rusia, porque un país comunista debía estar geográficamente cerca de la antigua Unión Soviética. Eso me lo preguntó un profesor universitario en África. Si usted siguiera diariamente la prensa de nuestro país, se daría cuenta como esta están cambiando aceleradamente como muchas cosas en la isla.
¿Que todo no es perfecto, y que se puede mejorar mucho más? Es verdad, pero en mi percepción en la Cuba de estos tiempo se está realizando un periodismo que en muchos aspectos supera la orgía de banalidades, realties shows y farandulería de la prensa capitalista, aunque yo no deje de entender que haya personas en el mundo a las cuales les interese saber si Shakira comió verduras con cereal y leche malteada en el desayuno, o si Roman Abramovich compró un super yate de más de 30 metros de eslora cuyo mantenimiento solamente cuesta 20 millones de dólares al año. Este es el tipo de información que muchos desean que se transmita en un país como Cuba, donde cada hora de transmisión televisiva, le cuesta al país una fuerte suma monetaria, aunque para muchos de nosotros los cubanos, ese valor no exista de tan acostumbrados que estamos a que nuestro estado nos garantice muchas gratuidades, que para otros habitantes de este planeta constituyen un quebradero de cabeza diario.
Cuando un sector tan caro como las telecomunicaciones se emplee en un país como el nuestro, bloqueado, agredido en todos los órdenes, incluyendo el ideológico que en estos tiempo se basa en el desconocimiento o la negación de la cultura autóctona de nuestros países, debe ser en mi opinión para elevar los verdaderos y genuinos valores de la nación cubana, y transmitir programas de calidad y que sirvan para elevar la cultura del pueblo, no para fijar valores ajenos a los que defendemos. ¿Por qué emplear horas de transmisión de nuestros modestos canales en transmitir un documental acerca de las casas millonarias de los actores de Hollywood en Beverly Hills o Malibú, cuando se puede transmitir un documental acerca de cómo los sumerios desarrollaron la escritura cuneiforme?
Usted tiene razón cuando dice que la Internet para el cubano promedio es un privilegio, pero hasta el día de hoy el país entero accede a Internet por solamente 200 Mbit por segundo. No sé si domina la parte técnica de la informática, pero le aclaro que Cuba entera tiene menos ancho de banda que muchos usuarios particulares en el primer mundo.
La Universidad de Matanzas desde donde escribo estas líneas se conecta a Internet por solo 256 kilobit por segundo. Es decir compañera, que Internet que es un recurso que se paga bastante caro, y que a los precios actuales, en caso de que el país accediera a un ancho de banda decente, solo podría con los salarios actuales que recibimos ser costeado por nosotros los cubanos si el estado lo subsidia como lo ha hecho con muchos servicios a la población a lo largo de la revolución. Como en muchas otras cosas, el gobierno de nuestro país ha decidido favorecer el uso social de la Internet en función de los Joven Club de computación, los profesionales de la salud, las universidades y los centros de la producción y los servicios que necesita el país. Recientemente se abrieron salas de navegación por Internet en todas las localidades del país.
Yo trabajo en una Universidad, específicamente en la Universidad de Matanzas, donde como profesor tengo acceso a los servicios de Internet durante las 24 horas de todo el año, para mi trabajo. En tal sentido soy un privilegiado como usted dice y comparto con usted esa idea, pero nunca he empleado el ancho de banda que me toca como usuario, cada vez que accedo a Internet, que es solo de 5 kilobit por segundo en otra cosa que no sea en función de mi trabajo, lo cual también incluye el acceso a los medios de comunicación, porque como todos los profesores cubanos, debo prepararme no solo en la parte técnica. Decía José de la Luz y Caballero, uno de los padres de la pedagogía cubana, que “enseñar puede cualquiera, educar solo aquel que sea un Evangelio vivo”, y aunque no he llegado en mi consideración a ese nivel, no desmayo en el empeño de dar cada día mejores clases.

1 comentario:

  1. Estimado Eduardo:
    Sobre el tema de la información en Cuba, me parece como mínimo equivocada su afirmación de que no comprende por qué se habla de desinformación en Cuba. Este es un tema notorio, que el pueblo cubano está cansado de comentar. Bueno, no sólo la gente, sino los mismos dirigentes, y hasta el presidente Raúl! El Congreso de la Unión de Periodistas no deja lugar a dudas sobre eso. Lo que falta en Cuba es transparencia en la información, y no la hay. Como también más espacio de libertad artística y opinión. Por ejemplo, usted condena a la película "Guantanamera" (habrá condenado también "Alicia en el pueblo de maravillas"?). Ahora bien, yo no las condeno, pero el debate verdaderamente revolucionario debe situarse en otro nivel: el de la discusión abierta (no a puertas cerradas) y de la amplia exposición. Así, nosotros podemos debatir sobre una película, PORQUE LA PUDIMOS VER. En ninguna hitótesis acepto la censura, como la que pasó con la obra "Alicia..." y otras. La censura es un fruto de la mentalidad contrarrevoucionaria, estalinista. El verdadero socialismo sólo se construye con el debate, y al parecer más dirigentes, incluyendo Fidel y Raúl,vienen insistiendo en este tema.
    Me parece que usted está retrasado en ese debate. Pero ese tipo de retraso, tan común en la ideología conservadora de muchos cubanos, pone en riesgo el mismo socialismo que dicen defender.
    Atentamente,
    Renato.

    ResponderEliminar