El respeto al derecho ajeno es la paz.

 Por Eduardo

Orlando:

Búscate la nueva Ley Migratoria, y verás que para visitar Cuba, siendo de origen cubano ya van quedando pocas limitaciones. Y creo que si estás leyendo las noticias, la primera ronda de conversaciones entre Cuba y EEUU comenzará precisamente por el tema migratorio. Dice Kerry que a la Habana acudirá la señora Roberta Jacobson, que como sabes es la Subsecretaria de Estado para el hemisferio americano.

En este aspecto habría que ver qué pasaría con la Ley de Ajuste Cubano, que es uno de los engendros más diabólicos de la política norteamericana hacia Cuba. Pero yo como muchos cubanos estamos muy esperanzados de que respetando nuestras diferencias políticas podamos como decimos en Cuba, poder llevar la fiesta en paz.

Del discurso de Obama se desprende que la idea esencial que defiende en su política es que el contacto “pueblo a pueblo” va a reblandecer el sistema socialista en Cuba, y que de la noche a la mañana o quizás a más largo plazo nos convirtamos en furibundos defensores del capitalismo y la “democracia representativa” al estilo yanqui. 

Yo no creo que eso pase, pero bueno siempre hay personas que se van detrás de la bola alta como tu amada flaca cibermercenaria y además millonaria, o la Regina Coyula, quienes ya dan por sentado que en pocos meses habrá elecciones multipartidistas y pasquines electorales pegados en los postes. Es posible que haya hasta quienes deseen refundar los históricos partidos Liberal y Conservador y salir para la calle a los sones de la “Chambelona” y del “Mayoral”.

Yo sé que eso no va a suceder, porque este proceso no equivale a una rendición de los comunistas cubanos, sino que simplemente responde a un cambio de época en las relaciones Cuba – Estados Unidos. ¿Por qué tener a nuestro país en una lista de países terroristas, cuando nunca ha salido un barco desde Cuba a tirotear las costas yanquis, o ha puesto una bomba en Yumilandia, o ha preparado un atentado para matar a un presidente norteamericano? En sentido contrario la cosa no ha sido igual, pero sabes bien que los cubanos no somos integristas ni talibanes. No nos gusta que nos metan el pie, o nos agredan, pero si no se meten con nosotros nos gusta llevarnos bien con los vecinos.

Una vieja recalcitrante me exigía el sábado en Facebook que el 31 de diciembre no brindara con Coca Cola, sino con Ron, porque un comunista como yo no podía tomar el famoso refresco yanqui. Le respondí: yo tengo todo el derecho del mundo de beber lo que me venga en ganas, y de hecho, todas esas banderas de la iconografía capitalista como la Coca Cola, la Pepsy Cola, la Haineken, la Mac Donald, la Burger King, el pollo de Kentucky frito, etc las he disfrutado. La Coca Cola es muy seca para mi gusto, prefiero la Pepsy por ser más azucarada, y tener un sabor parecido a la Tukola. Yo deseo sinceramente, desde el fondo de mi corazón que todo los que haga mejor la vida de los cubanos, bienvenido sea. Si la Mac Donald quiere vender sus hamburguesas, que vengan las Mac Donald. Nosotros si no tenemos miedo a lo que venga de aquí en adelante. Como dijo un día el primer presidente indio de nuestro continente, Benito Juárez, el Benemérito de las Américas: - “Tanto entre los hombres, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”