Angola marcha adelante.

 Por Eduardo

Soy un admirador de la figura de Nelson Mandela. He vistos varios filmes donde se aborda la figura de este gran héroe de la humanidad. Nunca aparece nada de sus verdaderas ideas de izquierda. En esos filmes el Apartheid se cae como obra del Espíritu Santo, o porque los blancos afrikáners se cansaron de reprimir a la población negra. Cuba, y su efecto en la configuración del nuevo mapa político del África Austral después de los años 90 llora por su ausencia. El papel de Cuba en la caída del Apartheid en Sudáfrica es excluido miserablemente, tanto como el sacrificio de más de 3000 vidas cubanas en tierras angolanas, en momentos cuando todas las potencias occidentales mantenían vínculos, y se orinaban en las sanciones de la ONU que prohibían el comercio con el régimen racista. 

El gobierno de Angola no era títere de nadie. Hace más de 20 años que no existe la Unión Soviética, y el MPLA sigue llevando a esa hermana nación a niveles de desarrollo económico y humano como ni siquiera los cubanos que combatieron en Angola llegaron a imaginarse. En la oficina contigua trabaja en estos momentos una compañera mía que regresó de Angola hace algunos meses después de una misión de 2 años, y me cuenta muchas cosas buenas de nuestros hermanos, que ya quisiéramos que tuviésemos en nuestra Patria. 

Tuve una alumna angolana, llamada Maravilla Domingos, que cuando proyectaron Kangamba me comentó: - Profe, los angolanos no vivimos así como aparece en esa película. Yo le expliqué que esa no era la imagen de la Angola del año 2010, sino de la Angola de los años 80 del siglo XX cuando ella aún no había nacido, pero habían luchado mucho juntos, los cubanos y los angolanos, para que niños como ella nacieran en esa tierra hermosa de la cual se sentía tan orgullosa. Angola es hoy día, y es un orgullo para todos los cubanos revolucionarios, uno de los países más prósperos y con mayor estabilidad política de África, considerado por algunos especialistas, como una potencia emergente. 

El MPLA, después de firmar los acuerdos de paz con la UNITA logró una verdadera concordia nacional. Después de la muerte del Jonas Savimbi, quien si fue toda sus vida un títere de los racistas sudafricanos y de los poderes imperiales, además de uno de los criminales de guerra más notorios de la historia de la humanidad, la mayoría de las tropas y oficiales de la UNITA se incorporaron a las FAPLA y hoy brindan sus testimonios en los documentales que sobre la guerra en Angola hacen diferentes televisoras.

Nunca un antiguo oficial de la UNITA se ha referido a las tropas cubanas como tropas de ocupación o perpetradoras de crímenes de guerra. Entre cubanos y angolanos no existe otra cosa que una deuda de hermandad que nada tiene que ver con riquezas o intereses políticos. De Angola solo trajimos a nuestros muertos, y el amor del pueblo Angolano, que ahora nos tiende su mano solidaria, en muchos escenarios como en la lucha contra el bloqueo yanqui.