Veleidades de la doble moral occidental.

Niños de Chernóbil en la Playa de Tarará.
Foto: Radio Habana Cuba

 Por Eduardo

El 24 de febrero no escribí ningún nuevo trabajo, porque con el poco tiempo del que dispongo por estos días, me estoy limitando a tomar algunos de mis viejos trabajos y postearlos en mis redes en dependencia de diferentes conmemoraciones y fechas históricas. En tal sentido ese mismo día republiqué un artículo sobre el 24 de febrero, fecha del inicio de la Guerra Necesaria organizada por nuestro Apóstol José Martí para retomar nuestra lucha por la independencia de la metrópoli española, y sus sucesos en nuestra provincia de Matanzas. Ese mismo día el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin ordenó el inicio de una operación militar en el vecino país de Ucrania.

Enseguida comenzamos a recibir ataques virulentos a partir de un supuesto apoyo de nuestros Partido Comunista de Cuba, Estado y Gobierno a la también supuesta “invasión rusa” a Ucrania. Valiéndose descaradamente del uso de la mentira, tergiversan y ocultan los postulados de las diversas declaraciones de nuestros representantes gubernamentales de política exterior, fundamentalmente de nuestra Declaración Oficial del día 26 de febrero de 2022.

Olímpicamente ocultan el párrafo que expresa:

“Cuba es un país defensor del Derecho Internacional y comprometido con la Carta de las Naciones Unidas, que siempre defenderá la paz y se opondrá al uso o amenaza de la fuerza contra cualquier Estado. Lamentamos profundamente las pérdidas de vidas de civiles inocentes en Ucrania. El pueblo cubano ha tenido y tiene una relación entrañable con el pueblo ucraniano.”

No se puede sin embargo dejar de reconocer como válidos estas otras verdades expresadas en la Declaración:

“El empeño estadounidense en continuar la progresiva expansión de la OTAN hacia las fronteras de la Federación de Rusia, ha conducido a un escenario, con implicaciones de alcance impredecible, que se pudo evitar.

Son conocidos los movimientos militares realizados por los Estados Unidos y la OTAN en meses recientes hacia regiones adyacentes a la Federación de Rusia, precedidos de la entrega de armas modernas a Ucrania, lo que de conjunto equivale a un cerco militar progresivo.

No resulta posible examinar con rigor y honestidad la situación actual de Ucrania, sin valorar detenidamente los justos reclamos de la Federación de Rusia a los Estados Unidos y la OTAN y los factores que han conducido al uso de la fuerza y la no observancia de principios legales y normas internacionales que Cuba suscribe y respalda con todo vigor y son referencia imprescindible, particularmente para los países pequeños, contra el hegemonismo, los abusos de poder y las injusticias.”

El desboque de los alabarderos de la mafia terrorista cubanoamericana llega a extremos de que el más deleznable de sus llamados “influencers” hace referencia a la votación de Cuba a favor de la así llamada “invasión rusa” en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, órgano de ese organismo del cual en estos momentos nuestra Patria no es miembro electo, y mucho menos miembro permanente con derecho a voto. Y es que ni cultura política poseen estos Youtubers del odio y la agresión contra la isla irredenta.

Al prepararme para escribir este post, busqué muchos datos sobre las cifras de muertos, heridos, mutilados, desplazados, torturados, sometidos a sanciones económicas sin paragón, etc., que como resultado de las guerras y agresiones del imperialismo norteamericano y sus aliados colman las cifras de estadísticas macabras y decidí que con las sintéticas palabras con las que culmina la ya antes mencionada Declaración Oficial:

“Cuba rechaza la hipocresía y el doble rasero. Debe recordarse que Estados Unidos y la OTAN en 1999 lanzaron una agresión de gran envergadura contra Yugoslavia, país europeo que fragmentaron, con un alto costo en vidas, en función de sus objetivos geopolíticos, desconociendo la Carta de la ONU.

Los Estados Unidos y algunos aliados han utilizado la fuerza en múltiples ocasiones. Invadieron Estados soberanos para provocar cambios de régimen e intervienen en los asuntos internos de otras naciones que no se pliegan a sus intereses de dominación y que defienden su integridad territorial e independencia.

Son también los responsables de la muerte de cientos de miles de civiles, que denominan «daños colaterales»; de millones de desplazados y de vasta destrucción en toda la geografía de nuestro planeta como resultado de sus guerras de rapiña.”

Se habla por los odiadores de la abstención de Cuba en la votación de la Resolución de la Asamblea General de la ONU condenando la “invasión rusa a Ucrania”. Sin embargo obvian la abstención del actual gobierno ucraniano en la votación de nuestra Resolución en Contra del Bloqueo a Cuba el 23 de julio de 2021. Esa votación, a pesar de lo dolorosa, nunca fue identificada con el pueblo ucraniano.

Para nosotros el pueblo ucraniano son aquellos soviéticos como mi amigo Mijailo, que nos ayudaron a prepararnos en muchas ramas del saber humano, como parte del intercambio internacionalista entre Cuba y la Unión Soviética. También en el imaginario cubano de las relaciones entre los pueblos de Cuba y Ucrania están nuestros “niños de Chérnobil”. Como parte del programa recibieron atención en la isla unos 26 mil niños procedentes de Rusia, Belarús y Ucrania, pero la gran mayoría de esos niños eran ucranianos.

Cuando pelean dos hermanos nuestros, no es posible tomar partido por ninguno de los dos, sino ayudar como decía el Apóstol a “poner remedio blando” al conflicto. Los cubanos como regla general, con las excepciones sabidas de aquellos que optan por la anexión de Cuba al “norte revuelto y brutal que nos desprecia”, aman profundamente a todas las naciones que un día formaron parte de la Unión Soviética. Tampoco entiendo yo como los actuales gobernantes de Ucrania, muchos de ellos declarados seguidores del fascista y criminal de guerra Stepán Bandera, prefieren atacar a sus hermanos ucranianos de origen ruso, y alinearse con Estados Unidos y la OTAN, olvidando que existen tres pueblos que Ucrania, Belarús, y Rusia que descienden de los eslavos orientales que un día fundaron la Rus de Kiev.

En conclusión, que aunque nuestros enemigos traten de vincular a Cuba con el esfuerzo bélico ruso, la realidad es que como siempre, nuestro país apuesta por una solución pacífica y justa, al conflicto surgido como resultado de la nefasta política exterior del imperialismo y sus aliados entre dos pueblos hermanos y entrañables para la gran mayoría de los cubanos.