No todos tienen el pan de Pánfilo.

Pánfilo, Chequera y Facundo, personajes del popular programa
"Vivir del Cuento". (Foto de Cubasí)

 Por Eduardo

Orlando:

Desde el punto de vista académico y científico, esas clases de economía que describes equivalen a las afirmaciones de un grupo de científicos medioambientalistas de derecha, que fueron contratados por la administración Bush que afirmaban y “demostraban” que el cambio climático con todas sus nefastas consecuencias no está teniendo lugar.  O sea que la disminución del casquete polar y los glaciares, la salinización de los suelos por la excesiva evaporación del agua, y otras afectaciones como sequías extremas , precipitaciones como las que están ocurriendo en Perú, y los actuales huracanes que azotan al Caribe, son una falacia de un grupo de locos encabezados por Green Peace.

Tengo que confesarte que la economía no es mi fuerte sino la ingeniería de materiales, la soldadura, el diseño mecánico y otras materias; pero aún en mi ignorancia, que no llega a ser total porque algo he leído de marxismo y economía política, y a pesar de que la teoría marxista debe ser adecuada a la luz de los nuevos tiempos, todavía el viejo Marx tiene muchas lecciones que darnos. Su teoría de la plusvalía hoy es más válida que nunca, porque lo que en la práctica está sucediendo es que la clase burguesa hoy sigue apropiándose del valor del excedente monetario que queda del trabajo de los obreros, después de pagarles sus salarios.

Pudieras decirme que en Yumilandia un obrero gana al año como promedio $51 726, y que no se siente tan duro en sus espaldas el azote de la explotación del hombre por el hombre. Pero yo te pregunto ¿Cómo solucionarían tus académicos tus académicos antimarxistas que los trabajadores etíopes ganen como promedio al año 456, 25 dólares?

Yo he vivido en Etiopía 2 años, y te digo que el cubano que más pobremente viva, vive como un rey comparado con las míseras condiciones de vida de algunos pobres seres humanos que conocí por esas tierras. Un día un amigo cubano me llamó la atención sobre un particular, en Etiopía casi no hay viejos. Esa imagen cubana de cientos de viejos comprando los mandados en la bodega, o sentados en un parque hablando de la pelota, no pude verla. Después supe que la expectativa de vida en el país era de 62 años.

Comparado con los casi 80 años que vivimos los cubanos (79,39), los etíopes viven 20 años como promedio menos que los cubanos.  Sin embargo, Etiopía es un país como mucho más recursos naturales que Cuba. La diferencia estriba, razones históricas aparte, en que Cuba es un estado que aplica los principios de distribución socialistas, y en algunos casos como la salud y la educación comunistas, mientras que Etiopía se rige por la versión más triste del capitalismo, la de aquellos que fuimos víctima del saqueo colonial, durante los años de la acumulación originaria del capital, y que hoy somos fuente de materias primas y mano de obra baratas para las transnacionales primermundistas.

Para los etíopes y otros habitantes de “los cien y más oscuros rincones del mundo” según la definición del expresidente Bush, no existe vacunas gratis al nacer para todos los niños, ni el litro de leche diario hasta los 7 años, ni el pan de Pánfilo todos los días, ni la atención médica y educación gratuita, ni los subsidios estatales para las familias de más bajos ingresos, y otros beneficios que recibimos los cubanos gracias al sistema socialista, y que por vivir la vida entera con ellos, no valoramos siempre en su justa medida.