El poder de los ricos, por los ricos y para los ricos.

Caricatura de Lacoste

 Por Eduardo

El sistema político de los EEUU no es otra cosa que una plutocracia, donde los dos partidos dominantes se reparten cuotas de poder, y que en vez del “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” que pedía Lincoln, se ha instaurado el “poder de los ricos, por los ricos y para los ricos”. Si los bancos de inversión estafan a los ahorristas, el gobierno federal, en vez de encarcelar a los banqueros ladrones, toma el dinero del pueblo para salvar a los estafadores.

El capitalismo está destruyendo los recursos del planeta y provocando la destrucción del ecosistema planetario. El gasto militar con el objetivo de mantener su hegemonía en este contaminado mundo es asquerosamente desmedido. Asistimos a la consumación de locuras tales, como que lo que se gasta en productos cosméticos, bastaría para eliminar el hambre en África. El sistema es tan injusto que un total de 85 personas acumulan más riqueza que los 3570 millones de personas de las capas más pobres del planeta.


O un dato más espeluznante aún, el 1% de los habitantes del globo terráqueo posee la mitad de la riqueza del mundo. Otra cifra de espanto: Las diez personas más ricas de Europa, tienen más dinero que todo el estímulo invertido en el Viejo continente entre el 2008 y el 2010 para reactivar la economía europea. En fin, que si el capitalismo debe desaparecer o la especie humana y el mundo sencillamente pasarán a mejor “vida”.

Un día le pregunté a uno de mis estudiantes, ¿Para qué se usa un Rolex de 15 000 dólares? – Para medir el tiempo profe. Y acto seguido agregué otra pregunta ¿Para qué se usa un Casio digital de 8 dólares? – Para lo mismo profe. Y concluí, esa es la diferencia entre el valor monetario de un objeto y el valor de uso real del mismo. El asunto está en que el futuro de la humanidad no puede ser gastar los recursos de un planeta que son finitos, en una carrera desmedida de derroche que no tiene fin.

Los ricos creen que si se jode el planeta, ellos podrán salvarse. En una Universidad del Caribe conocí a un Holandés, muy buena gente por cierto, y le pregunté ¿Cómo soporta usted el calor de estas regiones? Y su respuesta fue, - No lo sé, porque nunca camino por la calle prácticamente. Ando en carro con aire acondicionado, en la casa tengo aire acondicionado centralizado, la oficina también la tengo climatizada, en fin que vivo en pleno invierno en el trópico, excepto cuando voy a dorarme a la playa.

Esa es la típica mentalidad que defienden los defensores del capitalismo actual. Yo les preguntaría ¿Los niños etíopes que conocí en África, que parecían sacados de las fotos de Auswitchz, en qué sistema viven si no en el capitalismo? ¿Alguien podría creer que esos pobres seres, tendrán algún día el derecho a comprar un Mercedes Benz?

¿O es que es defendible la idea de José María Aznar, cuando el presidente Hugo Chávez le preguntó sobre los haitianos y este le respondió, “esos se jodieron”? Yo sé, por ejemplo, que en un país capitalista, si no tienes un carajal de dólares, no te puedes hacer un tratamiento con citostáticos o cambiarte el corazón, o los riñones. Sin embargo en Cuba, basta con que logres llegar a la puerta de un hospital, y todo lo que haya que hacer por ti se hará sin reparar en gastos, simplemente cuando te cures, te vas para tu casa y se acabó.

Yo recomiendo a aquellos que deseen debatir conmigo, que dejen de lado la retórica de la gusanera de Miami, porque en cuestiones de virtudes y defectos mi país, la sociedad de la Cuba libre y soberana, supera con creces cualquier descalificación que venga de la contrarrevolución.