El pueblo de Cuba no sigue a falsos profetas.

El pueblo de Matanzas rinde homenaje a sus héroes y mártires el 7 de diciembre.

Por Eduardo

Al escribir estas líneas, las primeras que tecleo en casi un mes, lo hago motivado por los últimos acontecimientos, que casi sin interrupción van teniendo lugar en nuestra ciudad, vinculados a la respuesta revolucionaria que el pueblo de Cuba viene dando a los macabros planes elaborados por el imperialismo norteamericano y sus secuaces desde el norte revuelto y brutal que nos desprecia al decir de nuestro Héroe Nacional y Apóstol de nuestra independencia José Martí. Como un humilde soldado de la Revolución Cubana he podido participar en toda esta contraofensiva patriótica, donde los mercenarios al servicio de la potencia extranjera que nos bloquea y agrede, han mordido humillantemente el polvo de la derrota.

Como reza el viejo proverbio castellano: Vinieron por lana y salieron trasquilados. Los 6 millones de dólares del contribuyente norteamericano entregados a la contrarrevolución para llevar a cabo la fracasada operación del 15 de noviembre, en la que un grupito de contrarrevolucionarios que petulantemente se adjudican la propiedad de hablar “en nombre del pueblo de Cuba”, simplemente se escurrieron como el agua en una canasta. Si sumamos esos 6 millones a los 20 que a principios de 2021 se canalizaron a través de la USAID y la NED, sinceramente pienso que la administración Biden debería ejecutar una auditoría o una revisión exhaustiva de los destinos de los fondos de los contribuyentes estadounidenses que se dilapidan por los que supuestamente luchan por el “cambio de régimen en Cuba”.

Algunos de los que desde Miami braman en las redes sociales pidiendo el “estallido social”, explican detalladamente como ejecutar acciones terroristas en suelo cubano, y en el colmo del oprobio exigen al gobierno norteamericano que intervengan militarmente en Cuba, se compran ranchos, autos caros de último modelo, mansiones millonarias y hasta yates. En el colmo de la hipocresía se rasgan las vestiduras porque según ellos están preocupados por el pueblo cubano y al minuto siguiente piden más bloqueo y sanciones contra nuestra gloriosa Patria, inclusive cuando el país libraba una recia batalla por controlar el rebrote de la COVID – 19.

Es evidente que las campañas mediáticas, que incluyen a los principales medios de desinformación en propiedad de los grandes monopolios de la comunicación, no conocen realmente al adversario al que se enfrentan. A veces pienso que de tanto desear la derrota de la Revolución Cubana, y de tanto mentir descaradamente, terminan por vivir en un mundo de fantasía. El 11 de julio como a Maceo en Peralejo el enemigo nos tomó por sorpresa, pero de esa primera escaramuza nos reorganizamos, y nos preparamos para dar la batalla, en todos los escenarios incluyendo las redes sociales. Y aunque todo el mundo sabía en Cuba que el 15 de noviembre en Cuba los mercenarios no iban a poder llevar a cabo los planes que les organizaron y financiaron desde Estados Unidos, el que leía la prensa extranjera podía inferir que a la Revolución le quedaban horas de vida.

En esa Cuba distópica que diariamente fabrican los encargados de tergiversar y mentir sobre la realidad nuestra, supuestamente el personaje que lideraba el movimiento opositor contaba con un abrumador “apoyo popular”. Más allá de la sorpresa que se llevaron los que apostaron por el supuesto “líder”, y sobre todo por sus heroicos seguidores a quienes en buen cubano, los embarcó y los dejó tirados en la cuneta, las explicaciones que dan los que tratan de explicar el descalabro, siempre basadas en mentiras como la supuesta “brutal represión de régimen”, lo único que muestran, aún aquellos que nacieron en Cuba, es una incapacidad intelectual soberana para interpretar el alma de la nación cubana.

En uno de los más importante ensayos sobre la formación de la nacionalidad cubana; “Por el camino de la mar o Nosotros los cubanos”, del escritor y profesor universitario cubano Guillermo Rodríguez Rivera, este importante autor expresa:

“«Comemierda» lo pongo en el modo en el que él lo dice, y que resulta muy grosero para un extranjero es acaso lo peor que, para sí mismo, pueda ser considerado un cubano…

…El «comemierda» es un «perdedor» no por sus defectos intrínsecos, sino por ser manipulado, porque alguien lo usa para su beneficio. El «comemierda» no lo es esencialmente, sino que «lo cogen de comemierda». Hay un error en su apreciación, una tonta ingenuidad en la conducta que el otro le induce a ejercer o que el otro utiliza para aprovecharse de ella. Ser «cogido de comemierda» implica una derrota que daña hondamente la autoestima del cubano.

Tal vez a ello se deba que en Cuba ha sido prácticamente imposible asumir una jefatura o mantenerla sin «marchar delante», sin asumir el mayor riesgo en la lucha, pues el «canalla rumbero», el «cabrón de la vida» que es o quiere ser el hombre de Cuba, el hombre hondamente disfrutador de los placeres de la existencia, no va a permitir que «lo coja de comemierda» quien no esté dispuesto a hacer los mismos sacrificios, a pasar por los mismos trabajos que le pide.

… No falta, sin embargo, un grano de certeza en la globalizadora apreciación: todos los líderes raigales de los cubanos han tenido que realizar, para asumir la conducción de ellos o mantenerla, actos que han implicado un muy alto peligro para sus vidas, aunque ese riesgo no siempre concluyera en la muerte.

Podría ser Carlos Manuel de Céspedes, quien, en pugna con la cámara de representantes de la República en armas (que lo había destituido del cargo de presidente) asumió permanecer en la manigua sin ninguna protección y allí fue muerto por las tropas españolas; podría ser el arrojo sin límites del mayor general Ignacio Agramonte, un joven y rico abogado de Camagüey quien renunció a su fortuna, al ejercicio de su profesión y al amor compartido, para luchar por la independencia de Cuba, por la cual murió en plena juventud; podría ser el genio de José Martí, cuyo sentido del deber lo condujo a combatir, sin experiencia ni aptitudes bélicas, en una guerra convocada por él, y quien murió en el campo de batalla a menos de dos meses después de haber regresado a Cuba; podrían ser la huelga de hambre de Julio Antonio Mella o la desatendida tuberculosis de Rubén Martínez Villena, el poeta que organizó la huelga general obrera que determinó la caída del régimen de Gerardo Machado; podría ser Antonio Guiteras, clandestino, perseguido, tratando de mantener hasta su asesinato una revolución ya perdida; podría ser Eduardo Chibás, virtual presidente del país en unas elecciones que habrían de efectuarse un año después, disparándose un balazo tras una transmisión radial, cuando no pudo mostrar las pruebas de la malversación de un ministro.

…Mientras los líderes políticos tradicionales participaban en elecciones en las que los burlaban o para las que se tramitaban; pregonaban batallas que no daban, o traficaban armas costosísimas que les ocupaban o les robaban impunemente, la mayoría de la juventud cubana, que ansiaba la caída del régimen de Batista, decidió seguir a Fidel Castro, a José Antonio Echeverría, a Frank País, única manera de no dejarse «coger de comemierda» y de, a la inversa, arriesgar la vida con líderes que habían probado estar dispuestos a entregar las suyas.”

En conclusión, que en Cuba, en cuestiones de liderazgo la parada está muy alta para cualquiera que pretenda conducir inclusive a un reducido grupo de mis compatriotas. Y todo parece indicar que entre los que apuestan por plegar los intereses de la Patria a los de la potencia extranjera que insiste en derrotar a todo un pueblo con un bloqueo económico, comercial y financiero genocida no hay calidad humana. Sencillamente por mucho dinero que gasten en fabricar un “líder”, no podrán, porque como dicen nuestros guajiros, una mata de corojos no pare guayabas.

Nunca aparecerá entre ellos alguien como el Titán de Bronce Antonio Maceo, o alguien como Fidel, porque todos nuestros grandes líderes, se han opuesto a la entrega de nuestra soberanía a un poder extranjero, y coincidentemente todos han sido, salvando las circunstancias temporales, opuestos a la anexión de Cuba a los Estados Unidos de América.

A los que no entienden por qué Fidel continúa siendo el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, a pesar de su partida física hace ya 5 años, les regalo para finalizar el post este fragmento de un discurso del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara sobre nuestro líder:

“[…] si nosotros estamos hoy aquí y la Revolución Cubana está aquí, es sencillamente porque Fidel entró primero en el Moncada, porque bajó primero del Granma, porque estuvo primero en la Sierra, porque fue a Playa Girón en un tanque, porque cuando había una inundación fue allá y hubo hasta pelea porque no lo dejaban entrar […], porque tiene como nadie en Cuba, la cualidad de tener todas las autoridades morales posibles para pedir cualquier sacrificio en nombre de la Revolución”.