lunes, 27 de junio de 2011

Ileana Ross Lethinen, ¿Defensora de la ecología o abanderada anticubana?


Dios los crió, y el diablo los unió en contra de Cuba
 Por Eduardo

Desde hace algunos días deseaba redactar algunas líneas acerca de una noticia que escuché en la sección “La Esquina”, del programa “Mesa Redonda”, conducida por el popular y reconocido periodista cubano Reinaldo Taladrid. Pues resulta nada más y nada menos, que la claque de batistianos cubano americanos del Congreso de los Estados Unidos, pretende sabotear la extracción petrolera por parte de nuestro Estado en las aguas territoriales cubanas. La iniciativa fue presentada por la flamante Jefa del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara, Ileana Ross Lethinen.
La “Loba Feroz” defendió una propuesta que propone sanciones para todas aquellas compañías o gobiernos que desarrollen proyectos de perforación y o extracción petrolera en la llamada zona exclusiva de Cuba en el Golfo de México. El proyecto de Ley que pretende que la Cámara de Representantes y el Senado discuta es un clon de la Ley Helms Burton, pero dirigido a sabotear que Cuba acceda y saque beneficios económicos de estos recursos, a los que legal y soberanamente tiene derecho. El paquete de medidas coercitivas incluye, prohibición de viajar a los Estados Unidos, realizar transacciones bancarias y petición de créditos en bancos norteamericanos, congelamiento de fondos relacionados con estos negocios situados en sucursales bancarias norteñas y sus filiares en el exterior, multas exageradamente millonarias, etc. Como dirían los jóvenes cubanos de la generación de mi hijo, “más de lo mismo, con lo mismo”. 

Pues lo mejor del caso es que ahora la señora Ross Lethinen se ha metido a ecologista. Increíble pero cierto. El proyecto de ley, abusando de mi memoria trata acerca de la “Protección de los Arrecifes Coralinos y el Medio Ambiente de la Península de la Florida y los cayos e islas adyacentes”. O sea que la dama está preocupada por un posible derrame de petróleo que desde las aguas territoriales cubanas afecte el ecosistema del poderoso vecino del norte. Si se tiene en cuenta la historia de la explotación petrolera en Cuba, se verá que nunca ha habido un derrame de crudo o sus derivados que haya afectado el medio ambiente de la isla. Por una casualidad de la naturaleza, en el litoral norte de la zona occidental de Cuba coexisten, sin problemas hasta el momento, la explotación petrolera, y la industria turística.
La Señora Ross, como muchos descendientes de los correligionarios de Batista debe haber salido de Cuba muy pequeña, por tanto de Cuba no debe recordar ni el cantío del gallo, ni el trinar del sinsonte, y mucho menos el color azul de las aguas de la Playa de Varadero. Si ella hubiese visitado Varadero, hubiese podido apreciar que a la vera de la Autopista en la entrada a la Ciudad Balneario existen sendas vallas llenas de anuncios comerciales, que cumplen la doble función de ejercer la publicidad, y ocultar las torres de perforación y explotación petroleras. De la misma forma los sitios turísticos de Puerto Escondido, Bacuranao, Jibacoa y otros se encuentran ubicados en una zona donde se extrae el 35% de toda la producción petrolera del archipiélago. En los años que tengo de vida, y ya me estoy acercando a los cincuenta años, nunca he visto una mancha de petróleo en Varadero, a pesar de que entre la península y la ciudad de Cárdenas se producen un millón y medio de toneladas de crudo al año como promedio.
Cuando en la década de 1980 se decidió construir la base de Supertanqueros en la Bahía de Matanzas, muchos matanceros, entre los que me incluyo, sintió preocupación porque la colocación en nuestro puerto de aguas profundas, de los muelles de atraque para buques tanques de 150 000, 250 000 y 350 000 toneladas, así como las baterías de tanques para su almacenamiento, provocara en algún momento un daño ecológico irreparable. Sin embargo han pasado más de 30 años desde que nuestra base comenzó a operar, y nunca ha habido un derrame petrolero, a pesar de que por Matanzas se han recibido y se han embarcado, miles de millones de toneladas de petróleo y sus derivados. No existe en todo el territorio estadounidense un puerto menos contaminado que la Bahía de Matanzas, cuyas aguas bien azules son el orgullo de todos los matanceros de pura cepa. Cuando uno camina por los muelles de aguas profundas de la Base de Supertanqueros, y dirige la vista hacia abajo puede apreciar a través de aguas muy cristalinas y transparentes, numerosos cardúmenes de peces, cual si se tratara de un singular acuario natural. Toda la zona norte de Matanzas está cubierta de oleoductos y gasoductos, y tampoco ha existido jamás un accidente.
Por haber trabajado muchos años muy de cerca con los colegas del petróleo en Matanzas, conozco que tanto los ingenieros, como los técnicos y obreros son profesionales de una alta calificación. Por ejemplo, para trabajar en los pozos, tanto en la perforación como en la explotación, nuestros compañeros son sometidos a un riguroso proceso de capacitación y certificación por varios organismo internacionales, como el Well Control Forum y el Buró Veritas. Todos los procesos relacionados con la industria petrolera cubana están certificados por las normas ISO 9000, sin lo cual nuestro Ministerio de la Industria Básica, no permite su ejecución. La Universidad de Matanzas ha formado un numeroso grupo de Doctores, Másteres y Especialistas en “Perforación y Extracción” así como en “Transporte y Almacenamiento de Petróleo y sus derivados”.
Entonces, con todo el respeto que la señora Ross se merece, Cuba quizás esté, a pesar de no poseer una producción de petróleo de las mayores del planeta, en capacidad de brindarle su ayuda a los que perforan en las aguas territoriales yanquis, y provocaron el mayor derrame de la historia en las aguas de esta región. Téngase en cuenta además que el sistemático incumplimiento de las normas técnicas que precipitaron la catástrofe en meses recientes, estuvo propiciado por violaciones de las Leyes Federales de la Unión, hecho facilitado por funcionarios de alto nivel del gobierno yanqui. Si se toma en consideración estos antecedentes, la ejecutoria de la Representante de la Mafia de Miami, puede resultar muy cuestionable, y resultaría un ejercicio de doble moral, solo destinado a la realización de la cruzada anticubana de la cual la señora de marras es alabardera furibunda.
La plataforma de perforación que se construye en China, para comenzar en breve la prospección en las aguas cubanas del Golfo de México, se está fabricando de acuerdo a los estándares noruegos, que según todos los expertos, son los más avanzados en este campo. Entre las ventajas tecnológicas que presenta, es que posee un mecanismo de sellaje automático del pozo en caso de un accidente. En la concreta, hablando en buen cubano, es una plataforma mucho más avanzada que la que provocó la catástrofe del Golfo, que mantuvo en vilo a todos los vecinos caribeños del Imperio.
Si no fuera algo tan serio, quizás movería a risa que la más anticubana de las cubano americanas no mueva un dedo para que sancionen a la British Petroleum, empresa que si puso seriamente en riesgo la ecología de la costa norteamericana del Golfo de México, incluyendo a la Florida. Y habría que preguntarse, ¿Si el derrame provocado en las costas yanquis hubiera afectado a Cuba, el Gobierno de los EEUU hubiese indemnizado a nuestro país? Por supuesto que no. Los pataleteos de la Señora Ross en el Congreso de la Nueva Roma son una muestra más de que los norteamericanos siguen viendo el diferendo Cuba – Estados Unidos, en función de tratar por todos los medios de ahogar a la Revolución, mediante la disminución del bienestar y el incremento de las penurias del pueblo cubano.
A estos hipócritas no les interesa para nada que Cuba logre su soberanía energética y que la economía cubana crezca. Los enemigos del pueblo cubano, que eso precisamente es lo que son la señora Ross y sus compinches, desean que no tengamos energía, que no podamos producir alimentos, que Cuba siga en el subdesarrollo, y van a toda costa a tratar de torpedear cualquier posibilidad de desarrollo económico de la nación. Es repugnante ver como después se rasgan las vestiduras hablando de su preocupación por el bienestar de nuestro pueblo.
Algunos de mis compatriotas dentro de la isla, inclusive no desean que Cuba llegue a poseer una producción importante de petróleo a pesar de que son seguidores de la Revolución. Temen a la voracidad del imperio yanqui, y su sed petrolera, que ha provocado ya varias aventuras bélicas en lo que va del siglo XXI. Pero yo soy de la opinión de que si queremos avanzar debemos asumir los riesgos, y enfrentar el reto enorme de la producción petrolera en aguas profundas. Nuestro pueblo, que ha luchado tanto por lograr su independencia, y ha batallado sin tregua durante más de cincuenta años frente a las apetencias de los imperialistas norteamericanos por eliminar cualquier vestigio de la soberanía nacional, merece alcanzar su desarrollo económico y su bienestar social.

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