viernes, 2 de septiembre de 2011

Carlos Acosta. Premio Nacional de Danza.

Carlos Acosta
 Por Eduardo

El domingo en la tarde encendí el televisor, para escuchar las noticias transmitidas por el Noticiero Nacional de Televisión. Hacía media hora que había comenzado la transmisión, e Isabelita Fernández entrevistaba al gran bailarín y coreógrafo cubano Carlos Junior Acosta. Fue de esa forma que accedí a una noticia que me alegró mucho. El para muchos, mejor bailarín cubano de todos los tiempos, acababa de recibir el Premio Nacional de la Danza.
Como he sido aficionado desde pequeño a estar informado acerca de todo lo que pasa en Cuba y en el Mundo, y gracias también a mi buena memoria, a veces me ha sucedido, que la lectura de alguna información aparentemente intrascendente, se convierte en uno de los primeros vestigios de lo que posteriormente, con el paso de los años, llegará a ser un hito histórico. Corría el año 1990 cuando en la página cultural de Granma se publicaba una noticia en la que reparé debido a la foto que acompañaba la publicación. Abusando de mis neuronas, creo recordar que el título de la nota decía algo similar a: “Recibe el joven bailarín cubano Carlos Junior Acosta medalla de oro en el Grand Prix de Lausanna, Suiza”.

Hasta ese momento, el único bailarín cubano negro que había visto bailar durante una de las presentaciones del Ballet Nacional de Cuba en nuestro Teatro Sauto, era Andrés Williams. Es por ello que la figura delgada de aquel muchacho con cara de adolescente, que adoptando una postura de ballet, sonreía a la cámara, me llamó la atención inmediatamente. Al leer la entrevista me enteré que había llegado a la danza casi a rastras, cuando su padre, que temía porque sus locuras de juventud le llevaran por mal camino, siguió los consejos de una vecina y lo inscribió en la Escuela de Ballet de L y 19. Que después de varios percances en los cuales inclusive tuvo que defender su honor con los puños, cuando sus amigos de los Pinos insultaban su dignidad de hombre por su práctica danzaria, fue a parar a la Escuela de Ballet de Pinar del Río, donde terminó el Nivel Elemental, y pudo regresar a la Habana. Durante los exámenes para ingresar en la Escuela Nacional de Ballet, alcanzó la puntuación de 100 puntos, calificación muy difícil de alcanzar en esas pruebas. 
Fue ya como alumno de la Escuela Nacional de Ballet, que preparado por la gran maestra cubana Ramona de Saá, acudió al Grand Prix de Lausana, con solo 16 años. Ese fue solo el comienzo. Posteriormente el joven cubano creció como artista, lo que le ha permitido ser parte del elenco, como Primer Bailarín, de algunas de las más grandes compañías de Ballet del mundo como Ballet del Teatro Nuovo de Turín, el English National Ballet, el Houston Ballet, el Ballet Nacional de Cuba, y el Royal Ballet de Londres, donde ha alcanzado su máxima consagración. Ha sido además artista invitado del Teatro Teresa Carreño de Caracas, del Ballet de Santiago de Chile, del Ballet Kirov de San Petersburgo, así como de la Gala de Estrellas del Ballet Mundial, presentado en las más importantes plazas teatrales del mundo.
El Premio Nacional de la Danza, que le ha otorgado nuestro país ha sido la culminación de una gran cantidad de lauros y galardones que ha recibido a lo largo de su fructífera carrera. El artista manifestó que de todos ellos, el otorgado en Cuba es sin dudas el más importante, debido a que es, el que ha recibido de su propia gente. A los 38 años, se ha convertido en el bailarín más joven en recibir el galardón, que le otorgó el Consejo Nacional de las Artes Escénicas por sus aportes a la danza y el ballet. Dedicó el Premio al recibirlo a Fernando, Alberto y Alicia Alonso, fundadores del Ballet Nacional de Cuba, del cual surgió y a los bailarines que le sirvieron de guía e inspiración en sus inicios como Jorge Esquivel, Lázaro Carreño y Andrés Williams, "príncipe de los príncipes".
Pero si algo me gustaría resaltar de Carlos Acosta es su patriotismo y sentido de la cubanía. A diferencia de otros integrantes del Ballet Nacional de Cuba, los cuales al partir a distantes riveras, prácticamente se han desentendido de los destinos de su país y de la Compañía que les permitió llegar a ser lo que son hoy día, Carlos Junior nunca ha dejado de respirar, sentir, amar y trabajar por su tierra y por su pueblo.
El domingo anunciaba la continuación de su gira por toda la isla, para que su pueblo lo pueda ver bailar lo mejor de su repertorio, cuando aun está en plenitud de facultades. Su apoyo a los Festivales de Ballet de la Habana, en los cuales no solo participa como bailarín, sino que arrastra a muchos colegas de diferentes compañías a bailar en ellos. Su gestión para que los cubanos tuviesen la oportunidad de ver el desempeño de la compañía donde se ha cubierto de gloria, el Royal Ballet, y sobre todo, su amor infinito a la Patria que lo vio nacer, hacen del excelso artista, un hijo entrañable de Cuba.
En una entrevista concedida al sitio digital Cubarte declaraba:

“Lo que soy y lo que he logrado se lo debo a la enseñanza artística cubana. Durante estos años fuera de Cuba, siempre he dejado claro, en Miami y donde sea, que gracias al sistema de la Isla he podido llegar tan lejos. Creo que uno de los sentimientos más puros del ser humano debe ser el agradecimiento. Si no fuera cubano y viviera en Miami con mi papá camionero y una familia tan numerosa, jamás hubiera podido pagar mis estudios. Para ser bailarín o tener cualquier otra profesión allá, hay que tener dinero. Mi familia nunca hubiera adquirido el presupuesto necesario para pagar mis estudios. Ni el tan "misterioso" talento de mi infancia me hubiera servido.
Una vez casi me fajo en Miami, en el 91: Voy a comprar una chaqueta y alguien me pregunta si era cubano de los de aquí o de los de allá. Cuando le dije que era cubano de Cuba, me ofendió y casi nos vamos a las manos. El ambiente de Miami en este sentido es muy agresivo. Pero por lo demás no he tenido problemas. Vengo a Cuba cuando el trabajo me lo permite y se me ha respetado mi punto de vista respecto a la Isla.”

Yo, cubano amante del Ballet, nacido como Carlos Acosta en un barrio pobre, y que también de no haber sido por la Revolución Cubana, que me permitió formarme como profesor universitario, no hubiese otro destino que ingresar en la files de la marginalidad, entiendo y apoyo sus palabras. Carlos Junior Acosta, no es solo una gloria de Cuba, es una gloria del arte latinoamericano, y del arte mundial. Como decía el Apóstol, “honrar, honra”, y es por ello que desde esta humilde trinchera en defensa de nuestra identidad, nos congratulamos del merecido galardón alcanzado por el querido artista, y le deseamos que siga cosechando éxitos en su ya fructífera carrera.

4 comentarios:

  1. Mayre
    Sobre Carlos Acosta

    La primera vez que oí su nombre fue con el éxito de su espectáculo Tocororo, aclamado en escenarios cubanos y extranjeros. En casa nos alegró mucho la noticia de este reconocimiento y realmente se lo merecía no!!! Como tu bien dices hay muchas diferencias entre algunos de las principales figuras del Ballet Nacional de Cuba.
    Convivo con personas de una alta cultura, que en muy poco tiempo han inculcado en mi la pasión por el ballet y por las cosas maravillosas que hace la escuela cubana, de una técnica impecable como muy pocas en el mundo. Sin embargo, a la largo de los años muchos bailarines al convertirse en los principales emprenden un viaje en otras compañías y se olvidan de aquellos que lo formaron y donde fueron aclamados por primera vez. A mi memoria llegan los nombres de Xiomara reyes, Haydee Carreño y sus primos o hermanos Carreños (no estoy muy segura). uno de ellos, Jose Manuel ha recibido homenajes por su reciente retirada de las tablas y en Cuba que!!!!
    Carlos ha demostrado lo contrario. Como tu comentas la visita del Royal Ballet en 2010 fue extraordinaria y la gira que esta realizando es acogida por un público cubano que sabe de ballet y reconoce a sus principales figuras (se dice que estará en Cárdenas, y en casa será un acontecimiento para toda la familia).
    Ojalá las figuras de ahora, Sadaise arencibia, Viensay Valdes, Javier Torres, Anette Delgado, Bárbara Garcia, Alejandro Virelles, Yanela Piñera, y el cuerpo de baile en general del ballet que creo nuestra querida Alicia Alonso no pierdan su identidad y sigan ofreciéndole a Cuba lo mejor del ballet mundial.

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  2. Hola Mayre:
    Yo sé que tú te cuentas entre mis más fieles lectoras. Y como eres mi amiga en lo personal, eso me complace sobremanera. Coincido contigo en todos tus planteamientos. La Carreño que mencionas en realidad se llama Alihaydeé, y es una más. La lista de bailarines cubanos regados por el mundo es grande. Uno de los primeros en abandonar la compañía y el país fue Jorge Esquivel, quien marcó toda una época en la historia del ballet en Cuba. Andrés Williams, el primer gran bailarín negro cubano, hoy vive y tiene una academia en España. Rosario Suárez, está radicada ahora en los Estados Unidos. También es significativo el caso de Lorna Feeijó. José Manuel Carreño, no es de los que más ha perdido el vínculo con Cuba. Él, por lo menos ha venido a bailar en los festivales de Ballet. Ahora su hermano menor, Joel Carreño, también se marchó de Cuba a trabajar en el exterior. Mira, que los bailarines sean contratados en el extranjero para mí no es un problema, sino un estímulo a su talento, y un reconocimiento a la Escuela Cubana de Ballet. El problema está, cuando esas personas que fueron formadas por la Escuela Cubana de Ballet, se olvidan de sus orígenes, o lo que es peor, reniegan del país que los vio nacer. En la entrevista del NTV, Carlos Acosta hablaba de la necesidad de que todos los cubanos lucháramos por mantener las conquistas que hemos logrado. Mayre, que una persona que se haya pasado tanto tiempo fuera del país, que no es un bailarín más, sino alguien que lo han colocado los críticos a la altura de Nureyeev, que se sabe que no le falta nada en lo material, diga eso, sin miedos y de frente, es un ejemplo de lealtad a los suyos y de patriotismo, más allá de cualquier desacuerdo que él pueda tener con las cosas que pasan en Cuba, como de hecho todos tenemos alguna que otra inconformidad y es por ello que luchamos sin descanso por mejorar todo lo que esté mal en nuestra Patria.

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  3. Mayre:
    Te cuento una historia triste. En Matanzas había una muchacha que era hermana de un amigo de mi hermano. Se llama Aymara Cabrera. Desde que empezó a estudiar el nivel elemental en Matanzas, sus profesores y algunos maitres de la Escuela Nacional de Ballet, decían que esa niña iba a llegar a ser tan grande como las Cuatro Joyas. Entró a la Escuela Nacional con lauros. Se graduó con honores el mismo año que lo hizo Lorna Feijoó. Integró la Joven Guardia del BNC, donde le asignaron protagónicos todo el tiempo que estuvo en la sección juvenil. Llegó a Primera Bailarina, cuando la Feijoó todavía era Bailarina Principal. Al final emigró de Cuba, para Miami, cuando empezaba su carrera, y las últimas noticias que tuve de ella es que había tronchado su prometedora carrera, por el espejismo del sueño americano, en su versión miamera. Quizás ella pensó que ese paso le abriría las puertas del estrellato, pero sé por mi familia, que conoce a la suya, que cuando llegó los contratos no llegaron, y su carrera artística se frustró. Mientras te escribía estás líneas, busqué en Internet, acerca de su ruta de vida actual y encontré esta noticia:

    http://www.elnuevoherald.com/2010/12/22/856950_p2/un-embajador-britanico-en-la-isla.html

    Tú que eres una muchacha inteligente juzga por tí misma. Imagínate que protagonizó La fille mal gardée a los 15 años. Ahora según el artículo quiere recurvar al Ballet, pero pudo ser alguien inmenso y simplemente no fue nada cuando abandonó la compañía, que básicamente es un producto de la Revolución Cubana y su política cultural. Yo que la ví bailar varias veces desde que era una niña, me duele que alguien con tanto talento se haya frustado de esa manera. Ella en la entrevista dice que la causa principal fueron sus hijos, pero en realidad fue que no se le abrieron las puertas. Imagínate, en Miami el Ballet no tiene precisamente una de sus plazas más fuertes.

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  4. La dignidad le da a su talento altísimas dimensiones.Responsable, amable caballero y y la jodedera cubana. Exelente personaje. ¡Bravo¡

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