La Universidad de Matanzas, reabre sus aulas.

Estudiantes de la Universidad de Matanzas

 Por Eduardo

Desde que culminé mis estudios universitarios, en el año 1986, solo he tenido un solo empleo; Profesor de la Universidad de Matanzas. Mi amor por la profesión es tan grande, que siempre he resistido la tentación de vincularme directamente a la producción como ingeniero, a pesar de que he recibido ofertas muy tentadoras de hacerlo. Las razones de mi cariño infinito por la enseñanza pudieran ser muchas, desde haber sido hijo de un profesor de la enseñanza politécnica y una maestra primaria, o la de haber tenido el inmenso privilegio de ser discípulo de alguno de los mejores educadores de la provincia de Matanzas, desde que estaba en la enseñanza primaria hasta la universidad. Pero creo que lo que más me hace aferrarme a mi condición de educador son mis estudiantes.

Llega el momento en que cada año, al comenzar las actividades docentes, uno recibe a esos muchachos de dieciséis o diecisiete años, con una expectativa solo comparable a la que se genera con el nacimiento de los propios hijos. Y es que en mi opinión, aquel profesor que nunca llegue a ver a sus estudiantes como vástagos de su propia estirpe, nunca podrá considerarse un verdadero maestro. El eminente educador cubano, José de la Luz y Caballero, lo expresó con una frase que vence el paso de los años: “Enseñar puede cualquiera, educar solo aquel que sea un evangelio vivo”.

A pesar de haber dado comienzo a mi curso veintiséis, la imagen de nuestra Alma Mater, cada primer día de clases, no deja de emocionarme. Como decía ayer nuestro Rector, en reunión con los principiantes, los que estábamos reunidos en el Teatro “Julio Antonio Mella”, comenzaríamos, a partir de ese instante, a recorrer juntos, 5 años de nuestras vidas.

El Rector en sus palabras de recibimiento les habló sin tapujos ni omisiones. Mencionó, por ejemplo, los problemas constructivos de nuestra beca, deteriorada por los años de explotación, pero que en estos momentos está siendo reparada con muchos esfuerzos por parte del Estado. Se refirió asimismo a la falta del personal necesario para mantener la universidad libre de malezas. Pero instó a su vez que la solución no era llorar por los rincones, sino que la solución a muchas de las dificultades con las que empezamos este curso estaba en las mentes y las manos de todos los miembros de la comunidad universitaria. Nuestra beca está deteriorada, pero no tiene porque estar sucia. Y los edificios recientemente reparados, deben ser cuidados con todo amor, para que en el futuro puedan recibir las nuevas hornadas de jóvenes educandos.

Pero no solo se habló en el día de ayer de las dificultades, porque como les recordaba el Rector a nuestros muchachos, ellos tienen el privilegio de ingresar como estudiantes, en una de las cinco universidades cubanas con la categoría de Universidad Certificada. Les mencionó la importancia del estudio, el cual constituye uno de los principales deberes de los estudiantes universitarios cubanos. Un dato interesante aportado en la reunión fue cuanto le cuesta al país formar un profesional universitario. Se conoció por ejemplo, que formar un ingeniero agrónomo le cuesta a la Educación Superior cubana 36000 pesos; o que el costo de un ingeniero mecánico es de 29500 pesos, y así sucesivamente fue señalando los costos de las diferentes carreras. Estas cifras según el Rector, no contemplan el costo del componente en divisas convertibles, que el país invierte en la Educación Superior

Es significativo el hecho de que a pesar del alto costo monetario necesario para formar un profesional universitario, nuestro país opte por mantener las matrículas universitarias totalmente gratuitas. Esta situación contrasta con lo que está sucediendo, por ejemplo en Chile, donde el gobierno neoliberal de Sebastián Piñera, pretende limitar el acceso de los niños y jóvenes chilenos a una educación gratuita y de calidad.

En nuestra universidad, se le garantizan también de manera gratuita a todos los estudiantes el acceso a Internet, la formación como artistas aficionados en cualquiera de las artes creadas por el hombre, la posibilidad de la práctica del deporte, la participación en la investigación científica, en fin, que cada uno de nuestros muchachos, podrá asimilar todo el conocimiento que sea capaz de alcanzar, poniendo en juego únicamente su empeño, y su dedicación. Los estudiantes becados tienen acceso también de manera gratuita, a los servicios de alimentación en el Comedor de la Universidad, así como a la atención médica y estomatológica en nuestro Hospitalito, el cual brinda también servicios a los profesores y estudiantes externos.

Como se señaló en el acto de bienvenida, un 22% del claustro cuenta con el Grado Científico de Doctor en Ciencias, y un 46% con el Título de Máster en Ciencias, lo cual influye notablemente en los resultados alcanzados por la Universidad de Matanzas en su desempeño, en el cual alcanzó el lugar tres en el ranking de las Universidades Cubanas. Este curso presenta además el aliciente de que se desarrollará durante el año en que la UMCC, arriba a sus 40 años de creada por la Revolución. Es un deber de todos los estudiantes, profesores y trabajadores de apoyo a la docencia, que alcancemos ese feliz onomástico con los resultados que espera de nosotros la sociedad matancera.

Culmino este post rindiendo tributo al compañero General de Cuerpo de Ejército Julio Casas Regueiro, quien falleciera el pasado sábado de un paro respiratorio. Otra vez los cubanos decimos adiós a uno de nuestros paladines queridos. Ayer en merecido tributo, el pueblo de la Habana, en nombre de toda Cuba pasaba frente a los restos mortales de uno de los soldados más fieles de la Patria. Feliz el pueblo que llora a sus Generales, y les rinde tributo porque pelearon en contra de la tiranía, y por el derecho de los hombres a vivir en una sociedad libre y soberana, sin explotadores, ni explotados. ¡Hasta siempre General Casas Regueiro!