Cuito Cuanavale, y defensa de la Patria

Tanque Olifant sudafricano destruido por nuestras tropas

 Por Eduardo

Orlando:

Contra los defensores cubanos de Cuito Cuanavale, que no contaban en ese momento con tanques ni artillería, los Sudafricanos lanzaron un ataque de varias compañías de sus tanques Olifant, muy similares al M1 Abrams y al Centurión inglés. Cuando avanzaron en orden combativo, aquellos carros de combate de 80 toneladas volaban por los aires como si fuesen helicópteros, como resultado de las explosiones de las trampas explosivas que les pusieron nuestros zapadores. Tal fue el impacto, que los tanquistas sudafricanos se bajaron de los tanques y los dejaron intactos en el campo de batalla, porque algunos fueron destruidos cuando se retiraban.

Nuestras trincheras fueron sistemáticamente bombardeadas con artillería reactiva de lanzacohetes múltiples Valkiria, y con la artillería de largo alcance, de los cañones G-5 y G-6 que nuestros soldados no podían destruir porque los cubanos no tenían ninguna pieza de artillería similar. ¿Sabes como le decían nuestros soldados a la preparación artillera? El aguacero, y se repetían una y otra vez, - Siempre que llueve escampa. De la misma manera que el 75% de nuestras medallas de oro en olimpiadas se corresponden con deportes de combate, la vida demuestra que el cubano en una guerra, es de los bichos más incómodos para el enemigo que se busque bronca con nosotros. Y no es que queramos la guerra, es que cuando nos metemos en ella, solo hemos salido, con la victoria o con los pies por delante. 

Está claro que avanzar en columna de tanques por el medio del desierto, no les hizo el trabajo muy difícil a la aviación yanqui en el caso iraquí. En mi opinión, los árabes desde las guerras contra los israelíes, con la excepción del paletazo de Hezbollá en la última agresión al Líbano, no han demostrado ser muy duchos en el arte de la guerra que digamos.

La guerra de los 6 días es solo un botón de muestra. Moshe Dayán llegó a decir que el resultado de la misma no se debió tanto a lo buenos soldados que eran los judíos, como a lo mal preparados que estaban los ejércitos árabes. La destrucción de la Fuerza Aérea Egipcia en tierra es el clásico ejemplo. Yo te aseguro, que los cubanos nunca seríamos tan torpes.

Orlando:

Yo nunca le pediré a mi hijo que no defienda a su Patria. La historia de la Crisis de Octubre debiera indicarte que los Revolucionarios cubanos sabemos que todos nos vamos a morir algún día, y que como dice el Himno de la Patria, “en cadenas vivir es vivir, en afrenta y oprobio sumidos”, y que “morir por la Patria es vivir”, o que Martí dijo que “La muerte no es verdad, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”. Pero Orlando, como siempre te digo, el día que vendiste tu alma “al diablo”, por el plato de lentejas, te olvidaste de lo que implica “ser cubano”.

Viet Nam no es solo un síndrome, porque en definitiva, los tres millones de vietnamitas muertos representan mucho más en todos los órdenes, que los 50000 yanquis, que nada tenían que ir a buscar en esa tierra hermana, sino la demostración de lo que puede hacer un pueblo humilde del Tercer Mundo, frente al imperialismo con tal de defender su suelo patrio. Sadam Hussein, nada tiene que ver con Ho Chi Minh, y mucho menos con Fidel, ni sus generales vendidos a los yanquis con nuestros militares. Ojalá nunca se les ocurra aplicar la fórmula Libia en el caso de Cuba, porque tendrían que tirarnos la bomba atómica, no tendrían otro remedio. Sus sofisticadas armas convencionales, no les resultarían suficientes.

Orlando:

Por la televisión a cada rato, sale el armamento cubano modernizado por nuestra industria militar. Muchos ministerios del país, y muchas industrias han trabajado en la “Tarea Triunfo”, que ha permitido modernizar el nuevo armamento a partir del antiguo armamento soviético, y obtener nuestro propio armamento. Nuestro Fusil Mambí (http://seccionsegunda.blogspot.com/2011/06/fusil-de-francotirador-mambi-de-origen.html), en manos de un soldado bien entrenado, puede derribar cualquier helicóptero por sofisticado que este sea. Imagina que un fusil de infantería, que no imagino cuanto pueda vale, pero que su precio no debe sobrepasar lo mil dólares, derribe un sofisticado helicóptero de combate Cobra o Apache.

Las FAR no son los Marines, ni el Ejército de los EEUU. La doctrina militar cubana, que es la Guerra de Todo el Pueblo, está basada en la defensa de este pedacito de suelo donde nacimos. Si hiciera falta, como dijo Fidel, cada cubano tendría un arma, y un medio para defender la tierra que lo vio nacer, contra cualquier agresor, toda vez que ahora los poderosos se ponen de acuerdo para agredir a los países de la llamada “periferia”. Ya no hacen falta ni soldados nacionales, acuden a los contratistas, eufemismo moderno para llamar a los mercenarios, como en el caso sirio.

Cuba no necesita armamento ofensivo, ni va a invadir ningún país, por tanto, no necesitamos portaviones ni grupos de batalla, ni tropas de desembarco. El armamento de las FAR, garantiza la defensa de este país, y la invulnerabilidad de Cuba en el campo militar. Nuestros soldados no se entrenan en otro teatro de operaciones que no sean nuestros campos, mares, ciudades y el cielo azul que nos enorgullece. Dicen los guajiros cubanos que cada gallo cacarea en su patio.

Lo fundamental en una guerra es el hombre. Los drones yanquis solo matan fundamentalmente civiles, mientras los talibanes siguen golpeando a sus tropas, prueba que no siempre la tecnología decide. A veces el soldado con peor armamento, con una mejor preparación combativa, y sobre todo la razón de su parte, que es lo que se tiene cuando se defiende la Patria de una agresión extranjera, pesan mucho más que los millones invertidos en armamentos, y como decimos aquí a los guapos de barrio, - No somos mancos, y no nos vamos a quedar daos. 

Combatientes cubanos junto a un tanque Olifant abandonado intacto en el campo de batalla.

El General Leopoldo Cintra Frías, Jefe del Frente Sur en Angola, y actual ministro de las FAR, aborda uno de los tanques capturados.