Bloguear es una necesidad espiritual.

Blogosfera Cuba con el Héroe de la República de Cuba, René González.

 Por Eduardo

El debate político ha estado en la historia de Cuba desde finales del siglo XVIII. Nosotros ahora, los cubanos que amamos realmente a Cuba, y algunos que dicen amarla, estamos repitiendo salvando las lógicas distancias, los enfrentamientos entre las tendencias de Arango y Parreño, El Lugareño, o José Antonio Saco en la Sociedad Económica de Amigos del país, o entre Céspedes y Agramonte en la Asamblea de Guáimaro, o entre Martí y los Autonomistas durante la preparación de la guerra del 95, o entre Martí y Maceo en la Mejorana. Todos ellos pensaban que hacían lo correcto, y se defendían como gatos boca arriba en sus posiciones, sin embargo en lo personal, mucho de aquellos grandes hombres nuestros, inclusive aquellos que estuvieron equivocados o enfrentados, llegaron a ser grandes amigos.
Casi no comento en otros blogs que no sean el mío propio y La Joven Cuba. Ya ni siquiera participo en La Joven Cuba, sencillamente porque a mí no me alcanza el tiempo para todo lo que tengo que hacer. En el Blog de mis amigas Rouslyn, Bárbarita y Yirmara, en ocasiones introduzco baza en algún post que me interese, pero apenas una o dos participaciones. 

Yo, a diferencia de otros blogueros, no necesito bloguear para obtener reconocimiento profesional. Soy un profesor de la Facultad de Ingenierías, con suficiente currículo para poder no dedicar tiempo a escribir en la blogosfera. Es más, pocos saben en la Universidad de los trajines míos en este giro. Como tampoco vivo del teclado, sino de la docencia y la investigación, bloguear para mí es una necesidad espiritual. Cuando blogueo lo hago única y exclusivamente para darme gusto, y matar un gorrión que llevo desde pequeño, que es el de la literatura.
Además de todo lo anteriormente expuesto, tengo 50 años, y soy hijo de la generación de los muñequitos rusos, las botas Centauro, las fotos en blanco y negro tiradas en cámaras Smena de 28 mm, los Televisores Krim 218, los radios VEF 206, la carne rusa, etc; que nos criamos en un país que a pesar de las dificultades y el bloqueo, gracias al comercio justo que existía entre los países socialistas llegó a vivir una bonanza económica que las nuevas generaciones, como las de los jóvenes nacidos en los 90 o la de mi hijo nunca disfrutaron. ¿Cómo hablarle a un niño criado en Período Especial acerca de las bondades del socialismo cubano si nunca las vivieron, y algunos de los que las disfrutaron ni siquiera las rememoran?
Aunque en la Cuba Revolucionaria siempre existió la corrupción y los vicios que debilitan el ideal socialista, el Período Especial, con todo el desbarajuste que trajo consigo en la gestión económica, y sobre todo por la introducción en la isla de los tráficos de influencias, cobros por comisión, sobornos, y otras prácticas comunes en las relaciones entre las empresas capitalistas que llegaron a la Isla, fue el ciclón que trajo muchos de los lodos que ahora lastran nuestro andar.
Y es que desgraciadamente, el socialismo en Cuba, con el antes mencionado Período lo que recibió fue un batacazo tan grande, que apenas hoy, con las nuevas aperturas que crea la aplicación de los lineamientos se nos permite ver una luz al final del túnel. Sin embargo, yo que viví las ventajas del socialismo que llegamos a tener en los 80, y que veo el desastre que el capitalismo provoca a nivel mundial, me reafirmo cada día en el ideal socialista y comunista. Ese convencimiento me sustenta, y me alienta a ver el futuro con optimismo, a pesar de que tengo tantos problemas como el más común de los cubanos.
Cuando comencé en La Joven Cuba, a petición de Tatu, lo hice porque este me solicitó que lo ayudara con post que estuviesen relacionados con la historia de Cuba, que es una de mis aficiones más permanentes. Y andando y andando me adentré por este camino. Si por algo abrí mi propio blog fue para alejarme del debate en La Joven Cuba, porque los muchachos defienden la idea de un blog beligerante, y yo la de un blog de reflexión, donde el diálogo de sordos que se origina a veces en el caso de los blogs cubanos de todas las tendencias, ni llega como buena nave a buen puerto, ni en ellos prima mucho la reflexión.
Partí del hecho de que en el tiempo que dedicaba fajarme con la claque gusana de LJC, podía escribir dos o tres post, y sobre todo atender mejor a mi trabajo, que es el que me permite mantener a mi familia. El ritmo de publicación de La Joven Cuba, también era demasiado duro para mí. Mi blog es una bitácora muy personal, donde lo mismo escribo sobre la Biblia, que una versión de un cuento de Tagore hecha para mis hijos, que preparo un post sobre energía renovable, o sobre las viandas en el agromercado. Nunca he reproducido post que no sean míos propios, y si participé en el Blogazo, es porque consideré que no debía hacerles el feo a los muchachos. Después, confieso que aprendí mucho en el evento, y sobre todo establecí contacto con muchas personas, con las que ya voy estrechando amistades.
A Tatu le estuve metiendo curva hasta el final, en relación a mi participación en el conclave, hasta que me convenció. Pero siempre traté de mantener un perfil bien bajo, porque yo no pertenezco a ningún grupo en particular. Si alguno pertenezco es a La Joven Cuba, pero hasta de ellos me diferencio, más por intereses generacionales que por principios políticos. Si me preguntasen en lo personal a quiénes considero mis hermanos de trinchera; respondería que a los anteriormente mencionados y entrañables “Tres Mosqueteros” y al resto del piquete de la recién constituida “BlogosferaCuba”, que reúne a unos cuantos veteranos de mucha juventud, como mi admirada “PolillaCubana”, con una mayoría de muchachas y muchachos, cada uno de los cuales en su estilo y con su enorme diversidad en el decir y en el hacer, defienden el proyecto político y social que los formó, el Socialismo Cubano.
Yo, como Martí pienso que los revolucionarios verdaderos deben luchar como decía él, “en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes”, y dejarse de tantos embeleques. ¿Para qué desgastarnos en farandulerías y protagonismos, y en petulancias de “aldeano vanidoso, que cree que el mundo entero es su aldea”, si el verdadero enemigo de la Revolución Cubana es el único beneficiado de nuestras divisiones? Mi condición de aficionado a bloguear me deja fuera de las clasificaciones que andan rondando por acá por el verde Caimán. Los gusanos, sí me tienen bien clasificado, pero lo que piensen esos personajes de mí, me importa un pepino.