Tanque T-34 destruido por la artillería mercenaria en Girón |
Por Eduardo
Orlando
También te digo que las pérdidas nuestras
fueron muy superiores a las de los mercenarios. No sé si has estado en la Ciénaga , pero yo que me la
conozco como la palma de mi mano te digo que la ofensiva de los milicianos
tenía que ser casi de uno en fondo. En la ciénaga ambos lados de la carretera de
Jagüey a Playa Larga solo hay tembladera. A los mercenarios se les aflojaron
las patas en Playa Larga y Pálpite.
A los T-34, que no les quedaba más remedio
que avanzar en columna, y no podía desplegarse bajo riesgo de hundirse en la
ciénaga. En Pálpite, cuando trataron de avanzar, bajo el mando del fallecido
General Néstor López Cuba, lo que le pusieron los mercenarios con los cañones
sin retroceso de 75 mm
fue coquito con dulce de guayaba.
Pusieron el pelotón de vanguardia con sus
tres tanques fuera de servicio en unos minutos. La infantería no podía proteger
a los tanques porque los mercenarios habían emplazado cinco calibres 50 en
nidos separados a 50
metros y chapeaban todo el frente del avance
revolucionario. ¿Tú sabes lo que hace un calibre 50 cuando tira rasante?
Arranca piernas, brazos, cabezas y todo lo que se le ponga por delante. Esos
hombres que avanzaban sobre ellas, con su camisita azul cielo, lo que tenían
eran unos, eso mismo, como pocos en el mundo.
En la historia de la Revolución Cubana ,
hay un ejemplo de heroísmo donde un solo hombre tirando con una calibre 50
frenó el avance de un batallón que avanzaba desde Bayamo hacia Guisa. Se
llamaba Braulio Coroneux, y años antes vistiendo el uniforme del Ejército de
Batista, fue uno de los que tirando con una 50 desde la azotea del cuartel
Moncada, le puso la cosa mala a los asaltantes encabezados por Fidel. Es decir
que los mercenarios el día 18 cuando abandonaron Pálpite primero, y luego Playa
Larga, porque se arratonaron, le echaron a perder el plan Mangosta a los
yanquis, que no eran bobos, ni verracos.
Los americanos contaban con que una tropa bien
entrenada, como aquella, el escenario propicio, podían resistir los dos o tres
días que demoraría traer a territorio cubano a Miró Cardona, armar el
"Gobierno Cubano en Armas", solicitar la intervención de la OEA , y después los marines. Un
viejo conocido mío, el difunto Coronel Adán, combatiente de Playa Girón, me
contaba que a su cargador, le tuvo que enseñar como cargar el cañón, en el
trayecto entre Managua y Girón. Y en medio de la candanga, dice que se da
cuenta que apuntaba, disparaba y no explotaban los proyectiles rompedores
explosivos, y era que el guajiro que iba de cargador, se olvidaba de armar las
espoletas. Es decir que para matar un mercenario, tenía que apuntar con el
cañón como si fuera una pistola, cuando lo lógico es cuando tu dispares un
rompedor contra una fortificación no quede ni el pipisigallo.
Los artilleros de las cuatro bocas eran niños
cinco picos de entre 15 y 16 años, y se fajaron con los aviones como Héroes
(hoy se les conoce como los niños Héroes de la Base Granma ).
Mencionas a dos traidores. Yo te puedo mencionar a otros pilotos que no
cambiaron su gloria por el dinero del enemigo de su pueblo: el mejor piloto de
Cuba de todos los tiempos, orgullo de mi barrio de Versalles, el Héroe de la República de Cuba, Enrique
Carreras Rolás, el que hundió el Houston, el Río Escondido y derribó cuatro
B-26, el Chino Fernández, el Negro Bourzac, y los mártires Luis Silva Tablada y
el internacionalista Carlos Ulloa.
El caso del Del Pino es patológico. Se creyó
Dios, y nadie está por encima del pueblo. Y hoy sobreviven cientos de Héroes de
Girón, que tú ni siquiera conoces, pero que van a las escuelas a contar las
historias de aquellos días en que aplastaron al enemigo como cucarachas. Hay
uno muy querido para mí, el Teniente Coronel Retirado Pablo Valdés, de quien
menciono su nombre, porque estoy autorizado, profesor de nuestra Universidad,
combatiente de Girón y de tres misiones internacionalistas. Orlando, lo que se
sobra en Cuba son Héroes.
El General de División Néstor López Cuba |
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