No lo digo yo, lo dice la UNESCO.

Ancianos, alumnos de la Cátedra del Adulto Mayor de la UM

 Por Eduardo

Orlando:

Pudiéramos decir que no comparto su visión de tales asuntos. Encuestas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), particularmente su Presidenta, la Doctora Margaret Chan, de la UNESCO, y otros organismos internacionales desmienten tales afirmaciones. Cuba sigue siendo a nivel de los países del Tercer Mundo uno de los países con mayores logros en todos esos frentes que él menciona, a pesar del férreo bloqueo y las enormes dificultades que este acarrea.

Los niveles de escolarización y educación de Cuba, con cobertura de casi el 100% en niños desde los 6 años hasta los 17 años no los tiene ni los propios EEUU. Mi hijo acaba de hacer sus exámenes de ingreso y va a estudiar la carrera de Agronomía. En enero le vamos a operar el tabique nasal, sencillamente porque su otorrino opina que hay que corregirle ese defecto de nacimiento, porque en un futuro podría ocasionarle otitis del oído medio o faringitis crónica. A mí que como a todos los cubanos el salario no le alcanza, no me preocupan esas dos cuestiones.

Acabo de leer que el ingreso promedio de una familia norteamericana es de 50 000 dólares al año, y que sin embargo el costo de un año de matrícula por estudiante en una universidad de tres por quilo es de 70 000 billetes verdes. Eso explica que sea tan difícil estudiar en una Universidad en Yumilandia si no te ganas una beca deportiva, o artística, o eres una mente brillante que entre por concurso.

Otro dato curioso es que en los 56 años de Revolución, solo el 1% de los emigrados cubanos que arribaron a costas floridanas pudieron alcanzar un título universitario. Eso quiere decir que el 99% de los profesionales cubano – americanos que se ganan el billete en el Yuma fueron formados por la Revolución. Eso te incluye a ti y al grupo de socitos y socitas de mi graduación en la Vocacional de Matanzas, que viajan a Cuba para encontrarse con los que nos quedamos aquí, y que nos reunimos todos los años para acordarnos de cuando éramos unos niños, estábamos becados en Jagüey Grande y soñábamos con crecer para comernos el mundo.

Hasta en eso ha ayudado esta Revolución, en formar los profesionales, artistas y médicos de la comunidad cubana de Miami. Claro que allá también fueron a parar miles de cubanos de todo tipo, como resultado de la persecución del sueño americano, que no eran profesionales, pero que eran técnicos de nivel medio y obreros calificados.

En cuanto a lo de la Industria antes del triunfo de la Revolución, con la excepción de la Azucarera, la del níquel, la eléctrica, las refinerías, y la empresa telefónica casi todas de propiedad yanqui, conjuntamente con los hoteles y garitos de la mafia en La Habana, no sé de qué habla este señor. Tendría que leer los datos de lo que se encontró el Che cuando asumió el Ministerio de Industrias. Las llamadas empresas eran puros chinchales. Las grandes empresas que existen hoy día en nuestro país, como Planta Mecánica y la Inpud en Santa Clara, o Planta Mecánica de Camagüey, o las empresas del Cemento en Cienfuegos y Nuevitas son obra de la Revolución a través de la colaboración con los países socialistas.

Nada Orlando, que yo  me tengo que ir, y aunque quisiera seguir debatiendo, por ahora, no puedo seguir al desmemoriado comentarista que me “cortas y pegaste””. Estoy contento además. Acabo de participar en una Asamblea de la FEU y estoy cada día más convencido que la nueva generación de cubanos consolidará la Revolución en esta nueva etapa que comienza en relación con la reapertura de las embajadas en Cuba y Estados Unidos, y que serán mucho mejores revolucionarios de lo que profetizan los que tienen las maletas preparadas hace más de 50 años, y que van cayendo uno tras otro, derrotados por el tiempo.