Desaparezca el hambre no el hombre.

El U2 derribado sobre suelo cubano durante la crisis de octubre.
Foto de archivo tomada de Cubadebate

 Por Eduardo

Orlando:

El presidente de Yumilandia para ti es ¿nuestro presidente? Veo que cada día más estás Yumificado. Yo creo que lo que hizo Truman no tiene justificación ninguna, porque Japón ya no le aguantaba un round a la maquinaria yanqui de guerra. Tengo un conjunto de videos de una serie que se llaman “La Gran Batalla de Tanques” que recoge alguna de las mayores batallas de tanques de la historia. Dentro de los capítulos hay uno dedicado al enfrentamiento entre los tanques norteamericanos y los japoneses en las islas del Pacífico. Los japoneses contaban con Tanques ligeros Ha – Go Tipo 95 cuya arma principal era un cañón de 37 milímetros. Frente a ellos los norteamericanos opusieron el tanque medio M-4 Sherman con superior blindaje y cañón principal de 76 mm. 

En Saipán, 37 tanques japoneses realizaron un ataque Banzai contra las líneas de defensa norteamericanas. Los cañones de los Ha – Go de 37 mm no podían perforar el blindaje de los Sherman, sin embargo las ametralladoras Calibre 30.06 de los tanques norteamericanos traspasaban el blindaje de los tanques japoneses, matando a la tripulación en el interior. No quedó ninguno sano. 

En conclusiones que Japón, al final de la guerra no solo tendría que enfrentar a los Estados Unidos, sino que derrotada la Alemania nazi, la Unión Soviética podría arremeter, como de hecho lo hizo contra lo que quedaba de las conquistas japonesas en Manchuria, Corea e inclusive de no haber firmado la capitulación los japoneses en el acorazado Missouri, llegar al territorio de las islas japonesas. 

Ya Japón no tenía la gran flota del comienzo de la guerra, y su industria de guerra destruida por los bombardeos masivos de los B-29. El lanzamiento de la bomba en Japón no fue otra cosa que un alarde de fuerza dirigido principalmente hacia Stalin y la Unión Soviética. Y no solo contra la Unión Soviética sino contra el mundo entero. Las ansias mesiánicas del Imperio de imponer su ley más allá de sus fronteras, y autoerigirse gendarme mundial mediante el uso del puño militar, desató la carrera armamentística que nos llega hasta nuestros días. 

En un magnífico libro que leí hace algunos años sobre la Crisis de Octubre, se relata como los halcones del Pentágono presionaban al Presidente Kennedy para que lanzara el ataque aéreo sobre las bases coheteriles en la isla. Una de las razones de peso que esgrimían era que en 1962 Estados Unidos contaba con un arsenal nuclear muy superior al de los soviéticos. La respuesta de Kennedy fue: - Es verdad, los rusos pueden destruir el mundo solo una vez, mientras nosotros lo podemos destruir 5 veces. Esa irónica frase de un estadista del calibre de John Fitzgerald, revela lo tristemente peligroso que resulta para los que vivimos al decir del presidente Bush en “oscuros rincones del mundo”, el monopolio nuclear de las potencias miembros del selecto grupo de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Y si en esa época se podía destruir el mundo 6 veces, que no pasaría ahora tan solo con las más de 8000 cabeza nucleares que tiene regadas por todo el mundo la Nueva Roma. 

Cuando la Perestroika, los traidores al socialismo, encabezados por Mijaíl Gorbachov, firmaron un acuerdo con los Estados Unidos para el desarme bilateral, en el que solamente los ex soviéticos, con presencia de autoridades del Pentágono, desarmaron sus cohetes de ataque. Si el Presidente Obama desea realmente que se arreglen los problemas del mundo, que desvíe el dinero del presupuesto de defensa de los EEUU, que en el 2016 es de 607.000 millones de dólares, para invertir en el desarrollo de las naciones más pobres del planeta. Si los ricos de este mundo en vez de invertir dinero en armas cada vez más mortíferas, destinaran ese dinero a acabar con la miseria y la pobreza en este mundo, este sería mucho más seguro de lo que es hoy día. Como dijo Fidel en las Naciones Unidas: - Desaparezca el hambre, no el hombre.