El arte no tiene Patria, pero los artistas sí.

La gran cantante cubana Haila María Mompié
viste los colores de nuestra bandera.
Foto de la cuenta en Instagram de la artista.

 Por Eduardo

En días recientes, un personaje esperpéntico, cuya única vocación es desbarrar en contra de nuestra Patria, al punto de pedir a gritos un bloqueo naval a nuestro país; entregó al magnate inmobiliario que ahora ocupa la Casa Blanca una lista, según él de color rojo, donde relacionaba a grupo de artistas y otros cubanos ilustres como el Doctor José Rubiera, para que fuesen sancionados por el Presidente Donald Trump.

Según este émulo de Judas Iscariote, el supuesto delito de esos compatriotas era apoyar al legítimo gobierno de nuestra nación, nacido de nuestra institucionalidad democrática y socialista. Esta acción es el colofón de un grupo de acciones viles realizadas por este señor, en las cuales no deja de atacar a nuestros artistas, desbarrando, chantajeando y atacando cuanta medida favorezca la normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y el bienestar de los cubanos a ambos lados del Estrecho de la Florida.

Se llama a sí mismo “influencer” a pesar de que sus desbarradas para nada influyen en la población de la isla, la cual mayoritariamente patriota y revolucionaria, con un elevado nivel de preparación política, nunca apoyará las burdas manipulaciones mediáticas diseñadas siguiendo las pautas del conocido manual de los golpes suaves, primaveras árabes, o revoluciones de color aplicadas en muchas regiones del planeta.

En el ensayo del importante poeta y profesor cubano Guillermo Rodríguez Rivera “El Camino de la Mar”, el autor refiere que un cubano en cuestiones de liderazgo, lo que nunca soporta es que lo quieran coger de comemierda. Es por ello que para ser líder en Cuba, el jefe debe ser el primero en la línea de combate, y estar dispuesto a dar la vida si fuese necesario por la causa que se defienda. Debido a esta característica nacional, en nuestras guerras de independencia murieron en combate muchos de nuestros principales Jefes, como Céspedes, Agramonte, los Maceo, Serafín Sánchez, Flor Crombet y muchos más; mientras que solo dos generales españoles, Santocildes en la Batalla de Peralejo, y Vara del Rey en la toma del Caney, cayeron durante la contienda. En conclusión que a este insignificante ser humano le falta lo que le sobraba al General Antonio o a nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, inteligencia, valores humanos, principios y coraje, para que un cubano digno se digne siquiera a tomarlo en consideración.

Como era de esperarse, muchos de los incluidos en la espuria lista, en las redes sociales han posteado respuestas muy dignas, dejando claro que no todos los artistas cubanos están dispuestos a traicionar a la Patria y a sus compatriotas a cambio de sucios contratos, y la residencia en el cubil de la mafia contrarrevolucionaria.

En las celebraciones por el Día de la Cultura Nacional se presentó un nuevo disco de la Musicalísima Beatriz Márquez que recogió en nuevos arreglos, éxitos de la artista galardonada con el Premio Nacional de la Música que se escucharon en los años 70 y 80 del pasado siglo XX. Al hacer referencia a la artista, el destacado intelectual cubano Miguel Barnet expresó:

- Beatriz Márquez, nuestra Musicalísima, pertenece a una generación de grandes cantantes cubanas muchas de las cuáles marcharon fuera de Cuba a tratar de conquistar otros públicos. De esas ya casi nadie se acuerda. Beatriz decidió quedarse en la Patria y compartir la suerte de los cubanos aún en los momentos más difíciles. Es por ello que goza del inmenso cariño que le profesa nuestro pueblo, que la considera uno de sus tesoros más preciados.

Cuando pensé en escribir estas líneas quise titularlas “Que me pongan en la lista”, rememorando aquella frase de la generación de mis padres que expresaba: - Dicen que Fidel es comunista, pues que me pongan en la lista. Pero resultó que mi amigo Raúl Antonio Capote escribió en Granma un artículo con ese título referido al mismo tema de la lista que ya no es negra como en la época del tristemente célebre Joseph Mac Carthy, sino roja. Así que elegí para el título esta frase que la oí por primera vez en boca del inolvidable Eusebio Leal en una sesión de nuestra Asamblea Nacional.

¡Qué bueno! que el bufón de opereta seleccionó ese color para incluir a tantos cubanos de bien. La lista es roja como el triángulo de nuestra bandera, roja como las banderas del proletariado, y roja como la sangre derramada en los campos de Cuba Libre.

Post Scriptum: No es la primera vez que me refiero a estos temas. Hace 8 años publiqué un post titulado “De donde son los cantantes” donde hacía referencia a las actitudes de los artistas cubanos en relación a Cuba y a la Revolución.