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Vapor la Coubre después del sabotaje. Foto de Cubahora |
Por Eduardo
Desde hace algunos días, mi amigo Tatu, cada vez que se acerca alguna fecha de recordación Patria me solicita un post. Quizás por aquello de que he vivido el doble del tiempo que la mayoría de ellos, y que a pesar de mi condición de ingeniero, he dedicado mucho tiempo al estudio de la historia. Y tal es el caso que a primera hora de la mañana me sugirió realizar un breve recuento de uno de los primeros y más brutales actos de terrorismo realizados contra el pueblo cubano, la voladura en el puerto de la Habana, del vapor francés la Coubre.
A las pocas horas de llegar Fidel a la Habana, se personó en
el entonces Palacio Presidencial, el agregado militar de la Embajada de EEUU, y
solicitó una audiencia. Al recibirlo Fidel le preguntó acerca del motivo de su
visita, a lo que el yanqui respondió, – Comandante, el Gobierno de mi país, me
ha comisionado para que en esta nueva etapa, nos pongamos de acuerdo acerca de
cómo debemos abordar la asesoría militar a su gobierno. Cuentan testigos
presenciales, que Fidel mordiscando su tabaco le respondió, – Mire señor, al
ejército que ustedes asesoraban, acaba de ser derrotado por el nuestro. Y
agregó señalándole la salida, – Así que ustedes no tienen nada que enseñarnos.
Según los historiadores, ese fue el primer encontronazo registrado
históricamente entre el comandante en Jefe y el Gobierno Yanqui.
Ahora bien, la Dirección de la Revolución sabía, que todos
los esfuerzos dirigidos a garantizar el cumplimiento del programa contenido en
“La Historia me Absolverá”, conduciría a un enfrentamiento directo con la
oligarquía criolla, y afectaría seriamente los intereses norteamericanos en la
isla. Si hasta pocas horas antes de su precipitada huida, el gobierno
norteamericano, había apoyado con suministro militar abundante a la dictadura
de Batista, con el triunfo de la Revolución, usando el pretexto de los Juicios
Revolucionarios, y la aplicación de la justicia popular a los esbirros de la
dictadura, cortó de plano la posibilidad de compra de suministros bélicos en
territorio norteamericano al entonces incipiente Gobierno Revolucionario.
La necesidad de defender el territorio cubano, en los días
iniciales de 1959, no partía solamente del hecho de que una agresión a la soberanía
cubana proviniese de un ataque directo del Ejército de los EEUU. En el mes de
Agosto de 1959, fue derrotada la llamada “conspiración trujillista”, que se
proponía invadir nuestro territorio con fuerzas mercenarias reclutadas y
organizadas por el tirano dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
La posibilidad real, de que Cuba recibiera una agresión
armada directa, desde el exterior y la necesidad de armar al pueblo
revolucionario, agrupados en las Milicias trajo consigo que la Dirección de la
Revolución comenzara a realizar gestiones para la adquisición en el exterior
para la compra de armas y municiones.
A pesar de que aún no se habían roto las relaciones
diplomáticas con Cuba, y que engendros jurídicos como el Bloqueo, no habían
aparecido todavía; el Gobierno de Estados Unidos, torpedeó sistemáticamente las
negociaciones cubanas para la adquisición de armas en los países de Europa
Occidental, signatarios casi todos, de la Organización del Tratado del
Atlántico Norte, y supeditados en política exterior a los designios de
Washington. Téngase en cuenta, que en aquel momento histórico, los contactos
entre el Gobierno Revolucionario Cubano, y la URSS, eran prácticamente
inexistentes, por tanto, la política de tratar de destruir la capacidad
defensiva de la Revolución Cubana, comenzó, cuando ni siquiera el primer
soviético había posado sus plantas en la Habana.
Uno de los casos más significativos fue el boicot
norteamericano, a la gestión de los diplomáticos cubanos en el Reino Unido, de
adquirir piezas de repuesto para los anticuados Sea Fury de las Fuerzas Aéreas
Revolucionarias, y la posible sustitución de sus aviones de combate por otros
más modernos. No obstante, por mucho que se esforzaron el cónsul y otros
diplomáticos yanquis en presionar al Ministerio de Relaciones Exteriores de
Bélgica, se firmó un importante contrato que permitió la compra en ese país, de
los modernos Fusiles FAL, superiores en aquel entonces a todos los que empleaba
la infantería norteamericana. Cumpliendo ese contrato, en octubre de 1959,
partió hacia la Habana un envío de armas, embarcado en el vapor francés La
Coubre.
El 4 de marzo de 1960, después de la llegada del barco a la
Habana, los obreros portuarios se dedicaban a la descarga. Muchos de ellos,
pertenecientes a los diversos juegos Abakuá de Jesús María, Belén, Cayo Hueso,
Atarés, y otros barrios humildes de la Habana, habían hecho el pacto de
silencio ñáñigo de que “Lo que usted vea aquí, lo que usted haga aquí, lo que
usted oiga aquí, cuando usted se vaya de aquí, déjelo que se quede aquí”. Para
esos hombres, la indiscreción en cuanto a lo que se descargaba de ese barco, no
solo era una traición a sus sagrados preceptos de religión, era sobre todo
traición a la Patria, y un verdadero Abakuá, no traiciona, su condición de
hombre, ni traiciona la tierra donde nació.
En horas de la mañana se descargaron del buque los
“Rompetroncos”, los FAL, que después batieron el cobre en la Limpia del
Escambray y en las arenas de Playa Girón. Quedaban por descargar 44 toneladas
de granadas y 31 de municiones. Alrededor de las 3:10 p.m., una explosión
sacudió el puerto. Destrozó la popa del barco, y arrancó de cuajo los techos de
los almacenes.
Cuando soldados rebeldes, policías, bomberos, y el pueblo en
general, acudieron a prestar ayuda, una segunda explosión se ensañó con
aquellos que, en desafío al peligro arriesgaban su vida por salvar a sus
hermanos. Según se ha sabido posteriormente, la segunda explosión contaba, que
de acuerdo a la costumbre del Comandante en Jefe de afrontar los peligros en primera
línea, al personarse este u otros altos dirigentes del Gobierno Revolucionario,
el fogonazo salvaje acabara con sus vidas. El saldo doloroso resultó en, un
centenar de muertos, que incluyeron 34 desaparecidos, y aproximadamente 400
heridos o lesionados. Alguno de esos heridos, quedaron incapacitados de por
vida. Dentro de la tragedia, decenas de mujeres cubanas quedaron viudas y más
de 80 niños, perdieron sus padres.
Al momento de la explosión el Che, quien trabajaba en el
edificio del Instituto Nacional de Reforma Agraria, al sentir la detonación y
apreciar las columnas de humo y polvo ascendiendo sobre el cielo habanero,
acudió de inmediato hasta el lugar del atentado terrorista. Pasó las horas
siguientes, prestando atención médica a los heridos. De manera rápida se
personaron también en el lugar de los hechos nuestro Comandante en Jefe Fidel
Castro, Raúl Castro, Juan Almeida, Ramiro Valdés y Efigenio Ameijeiras, el entonces
presidente Osvaldo Dorticós, entre otros dirigentes revolucionarios.
Todo parece indicar, de acuerdo a las investigaciones
realizadas por los entonces incipientes órganos de la Seguridad del Estado, que
el salvaje ataque terrorista estuvo organizado por la CIA, quien puso al mando,
del macabro plan a su oficial de operaciones encubiertas, William Alexander
Morgan. Durante la investigación, se identificó que la explosión inicial tuvo
lugar en el interior del compartimiento superior de la bodega número 6, donde
se descargaban las cajas de granadas. Se demostró asimismo que el lanzamiento
en caída libre de una caja de granadas desde alturas considerables, no
provocaba la explosión de las mismas. Se llegaron a efectuar lanzamientos de
los embalajes de granadas desde una aeronave en vuelo, sin que esto provocara
el más mínimo accidente. Quedaba descartada de esa forma la hipótesis de un
error por mala manipulación de las cajas de granadas. Se trataba de un alevoso
plan, un sabotaje criminal preparado fuera de Cuba.
El hecho histórico, adquirió al día siguiente una relevancia
adicional para la historia cubana. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el
sepelio de las víctimas, pronunció por primera vez nuestra inmortal consigna de
¡Patria o Muerte! En este acto además, fue tomada por el fotógrafo Alberto
Korda la célebre foto al Comandante Che Guevara que ha recorrido el mundo.
A pesar de los grandes destrozos que el sabotaje le causara,
el vapor La Coubre, fue conducido a un dique seco, para ser reparado. Regresó a
servicio activo con la compañía francesa Compagnie Générale Transatlantique
hasta 1972, cuando fue vendido a una compañía naviera en Chipre siendo
rebautizado Barbara. El dossier completo de la investigación de la armadora
francesa CGT, sobre el atentado terrorista al vapor La Coubre, se encuentra
clasificado como secreto absoluto, en la caja fuerte de una fundación marítima
francesa, con prohibición de comunicar, fijada en 150 años, por los servicios
jurídicos de los últimos dueños del buque.
Es difícil resumir en apenas tres páginas todo el dolor y la
tragedia que se encierran en este hecho doloroso de la historia de Cuba, solo
comparable por su criminalidad con la voladura del avión de Cubana, por Posada
Carriles y sus secuaces en Barbados. Pero decía el Apóstol que “honrar, honra”,
y con estas breves líneas pretendemos que el recuerdo de nuestros hermanos a
quienes se les arrancó la existencia de manera brutal, no quede en el olvido.
Tampoco deben quedar en el olvido la memoria de los marineros franceses que
perecieron en el atentado. Para aquellos humildes portuarios abakuá,
cristianos, o no creyentes, que con su sangre regaron el camino por el que hoy
transitamos, y el resto de los compatriotas sacrificados en esa tarde luctuosa,
lleguen las palabras del Maestro:
“Del semillero de las tumbas levántase impalpable, como los
vahos del amanecer, la virtud inmortal, orea la tierra tímida, azota los
rostros viles, empapa el aire, entra triunfante en los corazones de los vivos:
la muerte da jefes, la muerte da lecciones y ejemplos, la muerte nos lleva el
dedo por sobre el libro de la vida: ¡así, de esos enlaces continuos invisibles,
se va tejiendo el alma de la patria!”
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El Guerrillero Heroico. Foto original de Alberto Korda, tomada en el entierro de las víctimas de la Coubre |
Edu. La vanidad es uno de los siete pecados capitales, digo yo.
ResponderEliminarPero esta frase me gusta.
“De vez en cuando hay que sacar estos jugueticos que tenemos en Casa”.
Por eso, yo llevo a restaurantes a las chicas que pasan por mí apartamento. Jajaja.
La diferencia es que no tuve la suerte de nacer en cuna de oro y lo hago con dinero duramente ganado.
Edu
ResponderEliminarNo he escuchado ninguna de las dos canciones en pugna. No me gusta ese género. Pero
?Es verdad que la canción respuesta, Patria o muerte planificada por el gobierno, suena demasiado forzada?
Voy al cumpleaños de Melanie por la tarde
ResponderEliminarMe escribió.
Melani: Si me ba a comprar las presas
Y él wisky.
No. De ayer para hoy, me entró tacañeria. Jajaja.
Si , amor. En eso quedamos. Tengo palabra
tu estas diciendo que edu, es un vanidoso revolucionario? o un revolucionario vanidoso? hay una diferencia abismal.
ResponderEliminarUna amiga:
ResponderEliminarCómo pasaste el día?
Yo:
Nada especial. Caminé una barbaridad con mí mochila a la espalda. Extenuado, dormí un montón de horas. Lo más interesante es que jajaja , soñé , mis sueños parecen realidad, que estaba invitado a una actividad festiva en Mar de Lago y Donald Trump se sentó a conversar conmigo. Jajaja.
Nada . Es que a mí edad de 68 años tener una "noviecita" de 24 años y llevarme a la cama a dos hermanitas jóvenes y bellas, me pone ideas raras en el subconsciente. Je je
Le escribí a un gringo:
ResponderEliminarGuidooo!
Estás cogiendo cajita. Otro cheque de estimulo.
Respuesta: Yes.
Yo:
Jeje. I don't enjoy too much any amount of money. It Is transfers right away from my wallet to the prepaid girls' bags