Panamericanos de Guadalajara 2011. Seguimos en el segundo lugar.

Yipsi Moreno, orgullo de todos los cubanos

 Por Eduardo

Hubo alguien, que hace unos días me habló de la “franca decadencia del deporte cubano”. Mi respuesta fue: "Después de los Panamericanos hablamos".
Y ahora, clausurados los Panamericanos de Guadalajara, donde nuestro país conquistó 58 preseas de oro, y retuvo el segundo lugar por países en el continente Americano, me siento con el deber de escribir unas líneas.

Mi primer deseo es expresar mi agradecimiento como cubano, por el cúmulo de satisfacciones sin parangón, que las actuaciones de los atletas de Cuba, brindaron a todo el pueblo del verde caimán. Como son 58 nuestros campeones, tratar de reflejar en el corto espacio de un post de bitácora personal, la actuación de cada uno de ellos sería una tarea casi que imposible. Si a eso sumamos que durante estos días, un numeroso grupo de nuestros mejores periodistas deportivos, han estado comentando a través de todos nuestros medios los desempeños de nuestra victoriosa delegación panamericana, creo que poco podría agregar yo en este caso.

Nuestro deportistas alcanzan sus madurez competitiva en condiciones mucho más difíciles que sus homólogos del mundo desarrollado. El deporte cubano ha sido una de las esferas de la vida cubana más golpeadas por el injusto y cruel, bloqueo económico de los Estados Unidos en contra de Cuba. Si ahora nuestros garrochistas alcanzaron las dos medallas de oro en ambos sexos en los Juegos Panamericanos, fue gracias a que al fin se pudieron comprar las garrochas con la calidad necesaria, para poner a nuestros competidores al mismo nivel que sus homólogos extranjeros.

Cada día el deporte necesita más y mejores recursos. A veces son las bicicletas de competición, otras veces las canoas hechas de material compuesto, puede ser que no se puedan adquirir los fusiles y pistolas acorde a los nuevos estándares, o los petos electrónicos para los taewandokas. En esa espiral sin freno que incrementa la brecha tecnológica entre los países pobres y los ricos, Cuba y el estado revolucionario constituyen una excepción. Como la política deportiva cubana siempre ha considerado al deporte como un derecho del pueblo, donde los resultados deben venir de la masividad de la práctica deportiva, y no de el desarrollo de élites profesionales. Y como por sobre todas las cosas prima la voluntad política de considerar al deporte como un medio del desarrollo integral de los seres humanos, a pesar de los enormes esfuerzos, desde los juegos de Cali en 1971, hace ya cuarenta años, Cuba como país escaló el segundo lugar por países en los Juegos continentales; para solo abandonarlo, hace 20 años, cuando en los Juegos de la Habana en 1991, logramos quedar en Primer Lugar, por encima de los Estados Unidos.

Un año después, en 1992, conquistaron los deportistas cubanos el quinto lugar por países en las Olimpiadas de Barcelona. Esos dos años fueron la apoteosis de nuestro deporte, pero también fueron los del inicio del Período Especial. La caída del Campo Socialista, eliminó de golpe y porrazo la posibilidad de que nuestros atletas accediesen a topes de primer nivel. Pongo un ejemplo referido al boxeo, el que siempre ha sido considerado la “Nave insignia” de nuestro deporte. Cuando un boxeador cubano de los años 80 del siglo pasado llegaba a competir en las Olimpiadas o el Campeonato Mundial, había competido previamente en los torneos: Copa Química de Halle en la RDA, Strandzha de Bulgaria, Cinturón de Oro de Rumanía, Espartaquiada de los pueblos de la URSS, etc.

La situación económica del país permitía, por ejemplo, que los peloteros cubanos pudieran topar todos los años, en Japón con los peloteros profesionales nipones, y de las ligas semiprofesionales subsidiadas por las grandes empresas del país asiático. Esta situación a la que me he referido, sumado al éxodo de atletas, cuestión generalizada en estos tiempos de mercantilismo galopante, ha afectado seriamente la continuidad generacional de muchos deportes en la isla. Entre los más afectados se encuentran el béisbol, y el boxeo, los dos deportes que más seguidores han tenido en nuestra Patria a lo largo de toda su historia. Cuba ha sufrido, como pocos países, el robo descarado de muchos atletas en cuya formación ha invertido la sociedad cubana numerosos resultados.

Cuando los deportistas cubanos acuden a cualquier competición, un caterva de mercaderes, muchas veces vinculados a los más oscuros intereses, caen sobre ellos prometiéndoles “Villas y Castillos”. Algunos flaquean, pero la gran mayoría de ellos prefieren luchar por la bandera de la estrella solitaria, y dedicarles sus triunfos a Cuba, a su pueblo, a Fidel y a Raúl. Es por ello que los resultados de los Panamericanos de Guadalajara 2011, donde Cuba, pequeño país de 11 millones de habitantes, bloqueado y agredido, alcanzó mayor cantidad de medallas que países que nos superan ampliamente en número de habitantes y recursos, como Brasil, Canadá, México y Argentina por ese orden, tienen un valor incalculable. Como dijo Fidel, los cubanos son los mejores deportistas del Mundo.

Aunque anuncié que no haría referencia a ningún deportista en particular, el escuchar en la Radio Rebelde, la noticia de que la corajuda Yipsi Moreno anunció que los Juegos Olímpicos de Londres constituirán su última competición, me hizo recapitular mi decisión. En estos Panamericanos hubo 58 campeones cubanos que alcanzaron la gloria panamericana, pero la actuación de la sin par camagüeyana, fue como casi siempre me sucede, una de las que más disfruté.

Y es que en Yipsi admiro no solo su condición de cubana y mujer, sino además su coraje infinito, y esa espectacularidad competitiva que la iguala con ese otro grande del deporte cubano que responde al nombre de Víctor Mesa. Si no bastaran sus dos títulos y dos subtítulos mundiales, sus dos medallas de plata olímpicas, sus cuatro coronas panamericanas, sus 22 récords nacionales absolutos, y otros lauros deportivos; Yipsi es una cubana cien por ciento de los pies a la cabeza. Su simpatía personal, su amor a Cuba y a su pueblo, su risa inconfundible, y su calidad humana la convirtieron desde que creció ante nuestros ojos hasta llegar a ser la enorme atleta que es, en uno de las personas más queridas para el pueblo del verde Caimán. Muchas de nuestras mujeres han llorados cuando nuestra muchacha no consiguió el título Olímpico en Atenas y Beijing como todos esperábamos.

Pero creo, que como decimos en Cuba, a la tercera va la vencida. Estamos seguros que su aspiración es llevarse a casa la de oro en Londres. Pero aun en el caso de que no lo consiguiera, no será necesario un premio de tal naturaleza para nuestra muchacha. Ella lo ha conseguido todo en el aspecto competitivo, y también ha alcanzado el premio mayor, tiene el amor del pueblo de Cuba, que cuando le llegue el día de decir adiós a la competición, siempre la considerará una de sus hijas más ilustres.

Del deporte que más nos duele, el béisbol, y la medalla de bronce alcanzada cuando todos esperábamos la de oro, no digo nada ahora. Espero abordar con más calma, y mayor disponibilidad de tiempo ese asunto.

Yipsi Moreno, la bandera tricolor sobre los hombros y el nombre de Cuba sobre el corazón.