América Latina no es un Patio Trasero.

La Guagua Bolivariana con Maduro en el timón

 Por Eduardo

Un suceso sobre el que deseo reflexionar es la resistencia de la administración de Obama a reconocer al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, mientras todos los países de la región han reconocido la legitimidad de las elecciones realizadas en la República Bolivariana. El presidente de la nación más poderosa no podía hacer otra cosa que alinearse con aquellos que le son afines, y responden a sus intereses de toda clase. En caso de ganar Henrique Capriles las elecciones presidenciales en Venezuela, todos los esfuerzos integracionistas de América Latina se hubiesen ido por el tragante de la bañadera de la historia. El representante de la MUD, hubiese dado fin a un proyecto de tanta importancia como Petrocaribe, y que favorece la consolidación de la unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe.

En estos días, en que la derecha mediática ha cuestionado la validez del resultado electoral en Venezuela, pocos han reparado en el hecho de que Obama alcanzó la silla presidencial del más poderoso imperio en la historia de la humanidad con un 51% de la votación popular, en unas elecciones donde votó el 58,9% de la población votante activa. En contraste, el Presidente Maduro ganó las elecciones con el 50,61% de los votos populares en unos comicios donde votó el 79,69% del padrón electoral de la República Bolivariana. 

En conclusión, el Presidente Maduro alcanzó un porciento mayor de votantes en el seno de la población venezolana, en comparación a la porción del pueblo norteamericano que votó por el Presidente Obama. Nadie en este mundo cuestiona sin embargo, la legitimidad del gobierno norteamericano, a pesar del obsoleto sistema del Colegio Electoral, y los altos niveles de abstención que se manifiestan durante las elecciones en Yumilandia. Dice un viejo refrán castellano que: “Quien tiene el tejado de vidrio, no debe andar tirando piedras al tejado del vecino”.

Evidentemente a Capriles, poco le importa si Haití, República Dominicana, o Cuba reciben precios preferenciales por sus importaciones de crudo, o si el costo de esas importaciones Cuba lo asume a través de los servicios de sus médicos o profesionales en las distintas misiones bolivarianas. El susodicho Capriles, que no vacila en pedir apoyo en alguien tan funesto a los intereses latinoamericanos como Álvaro Uribe; que con sus llamados a la violencia ya causó la muerte de varios de sus compatriotas, y quien reza por una intervención yanqui en Venezuela, lo que en realidad desea es entregar el petróleo venezolano a las transnacionales, para que paguen al estado venezolano un impuesto sobre la ganancia del 2% al estilo de la Cuarta República.

Poco le importan al candidato de la derecha, que el pueblo humilde venezolano no tenga atención médica, o educación o cultura gratuitas por la utilización de la renta petrolera en beneficio del pueblo. ¿Cómo es posible construir una urbanización para pobres como “La Limonera”, junto a las casas de la burguesía? ¿Quién necesita un pobre letrado? ¿Quién dijo que un pobre puede necesitar una casa digna, o recibir atención médica de primer nivel? Su mente de Neo Mantuano no concibe a un autobusero (guagüero en el argot cubano) Presidente de la República.

Las declaraciones del primer presidente negro en su apresurada gira por algunos países latinoamericanos, en relación con el proceso eleccionario en Venezuela, y la fortaleza y representatividad del Gobierno Bolivariano, solo indican que está dando su espaldarazo a la estrategia golpista de la derecha venezolana.

Cuando el Presidente de México, al participar en la Cumbre de Estados del Caribe manifestaba que: “Hoy he venido a decirles a los países de la región del Caribe que México quiere estar presente; que México quiere acreditarse como hermano de esta región con mayor cooperación y compartir las experiencias de éxito en temas que impulsen mayor desarrollo para la región", se estaba ganado una visita sorpresa del Presidente de su vecino norteño. Sus declaraciones de, "Por ello estamos decididos a reforzar los lazos de solidaridad, de amistad y de cooperación que nos unen con todos los países de la región caribeña y me refiero a todos sin excepción", no debieron gustarles mucho al Jefe del Imperio. Para nosotros está claro que las excepciones de Peña Nieto tienen nombre; Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Obama, raudo y veloz llegó a la capital mexicana con la maleta cargada de promesas dirigidas a la nación azteca, que como casi todas las que realizó durante sus campañas electorales, tampoco cumplirá (Remember Guantánamo).

Estados Unidos sigue observando a la América Latina en función de la Doctrina Monroe. Claro que el uso incorrecto del gentilicio “Americans”, entendido como que los Americanos son ellos, y nosotros seres de segunda clase, trae como consecuencia que la frase inglesa de “America for the Americans” debería traducirse al español como “América para los Americanos del Norte”. Más claro, ni el agua.

Las declaraciones del Secretario de Estado John Kerry de que: “América Latina es nuestro patio trasero (...) tenemos que acercarnos de manera vigorosa”,…“Trataremos de hacer lo posible para tratar de cambiar la actitud de un número de naciones, donde obviamente hemos tenido una especie de ruptura en los últimos años”; nos recuerda a los latinoamericanos todos, cual es la posición que nos asignan los halcones del imperio es su visión de “América, para los Americanos del Norte”. Pero la historia, a pesar de Fukuyama, no ha llegado a su fin, y como dijo el Presidente Chávez, “no somos el Patio Trasero de nadie”.