Las izquierdas latinoamericanas y el sectarismo.

Investidura de Lenín Moreno, a su lado Rafael Correa.
Foto: @Presidencia_Ec.

 Por Eduardo

Este comentario lo escribí en mi cuenta de Facebook, cuando leí unas declaraciones de la dirección del Partido Comunista de Venezuela, que rechazaba los pedidos de unidad de acción para las organizaciones que componen el Gran Polo Patriótico para las elecciones regionales en la República Bolivariana de Venezuela.

Por estar perdiendo el tiempo en sectarismos, cuando se tiene delante a un enemigo tan poderoso como el imperio norteamericano, es que la izquierda latinoamericana no acaba de levantar cabeza.

Es por ello que es tan grande el legado de unidad que Fidel nos legó a nosotros los cubanos. Todas las organizaciones revolucionarias que lucharon contra la dictadura de Batista, es decir: el Movimiento 26 de julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo, el Partido Socialista Popular (los comunistas subordinados a la Internacional), se fusionaron en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), que posteriormente se transformaron en el Partido Unido de la Revolución Socialista, cuyo nombre en 1965 pasó a ser Partido Comunista de Cuba.

¿Que no fue un proceso fácil? Claro que no lo fue; pero si alguna lección aprendimos los cubanos de nuestra historia es que cuando nos dividimos frente a los enemigos de la Patria sufrimos dolorosas derrotas, como la claudicación conocida como Pacto del Zanjón, en la cual la República de Cuba en Armas, rindió sus armas ante la metrópoli española sin haber obtenido el pueblo cubano su independencia nacional, y la abolición de la ignominiosa esclavitud, por las cuáles se había combatido en la manigua redentora. En mi opinión estas declaraciones del Partido Comunista de Venezuela no ayudan en nada al proceso revolucionario en Venezuela, y sí fomentan la desunión de las fuerzas revolucionarias.

Como estoy acostumbrado a la unidad de acción que el centralismo democrático permite garantizar a la política de nuestro Partido Comunista de Cuba, no acabo de entender las broncas sin sentido y los embeleques que arma las diversas organizaciones que componen la izquierda latinoamericana. A veces se llega a un caso tan triste como el del Ecuador, donde el Presidente Lenín Moreno, que a su vez ocupa la Primera Magistratura de esa hermana república elabora un plan de aparente consulta popular con el objetivo expreso de desmontar las conquistas de la Revolución Ciudadana, liderada por el ex presidente Rafael Correa Delgado a cuyo lado ocupó la Vicepresidencia del país del centro del mundo. La pugna ha dividido y fragmentado al Partido del Movimiento Alianza País, lo cual ofrecerá sin dudas grandes réditos políticos a los partidos de la oposición, algunos de cuyos líderes se han apresurado a manifestarse a favor de las reformas pensadas por Moreno.

Si algún día, mis adversarios políticos comenzaran a alabar mi accionar, de seguro me preocuparía. Pero parece que a Lenín Moreno en su retórica anti Correa, eso no parece molestarle mucho. Por cierto que en todos los medios insisten en llamarle Lenín, con tilde sobre la i. Yo casi imagino que su padre debió ser comunista, y acabó asignándole el nombre del gran líder del proletariado mundial, y fundador del Primer Estado Socialista de la historia, hace ya 100 años, quien se llamó verdaderamente Vladimir Ilich Ulianov, pero que partiendo del nombre del río Lena, asumió como seudónimo de lucha Lenin, cuya pronunciación de acuerdo al idioma ruso no lleva acentuación en la i, sino en la e.

Me resulta extremadamente sospechoso, que alguien que sabe que su nombre es Lenin, y prefiera que le llamen Lenín. Pudiera parecer una nimiedad, pero en cuestiones de principios revolucionarios, cualquier síntoma de esta naturaleza, podría ser un indicio de flojera ideológica.