Nuestra Juventud en la primera línea del combate a la COVID – 19.

Mi sobrino José Luis, el cuarto de derecha a izquierda, con sus compañeras y compañeros.

 Por Eduardo

Este es un post que quise escribir para el día 4 de abril de 2020, en que se conmemoraron los aniversarios 59 y 60 respectivamente de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Organización de Pioneros “José Martí”. Y no es que no lo haya escrito porque me haya alcanzado la modorra o la inactividad, sino que como parte de este pueblo he tenido que dedicar parte del tiempo a tareas relacionadas con el enfrentamiento a la pandemia en mi comunidad.

No obstante, hoy tengo un pequeño espacio de tiempo y saldaré la deuda que tengo conmigo mismo y para con esas dos organizaciones nuestras a las que pertenecí con mucho orgullo, y a las que sigo queriendo hasta el fin de mis días, porque en su seno aprendí a amar a la Patria, a la Revolución, a nuestros líderes históricos encabezados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y me convertí en el militante comunista que hoy vive orgulloso de esa honrosa condición.

Algunos en las redes me llaman comunista como si con ello me ofendieran, y eso me enaltece el alma, porque los comunistas en Cuba siempre fueron decisivos en la historia patria. Comunistas cubanos fueron Carlos Baliño, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena, Pablo de la Torriente Brau, Blas Roca, Lázaro Peña, Juan Marinello, Jesús Menéndez, Aracelio Iglesias, Carlos Rafael Rodríguez, Raúl Roa, el Che, Raúl, Fidel y muchos más compatriotas, que sin haber llegado a poseer el liderazgo de los héroes que antes mencioné han entregado día a día su vida a la consolidación del proceso revolucionario cubano.

La contrarrevolución cubana y sus amos nunca tendrán una pléyade de paradigmas humanos como los que antes mencioné, porque sencillamente la condición de militante comunista implica una actitud ante la vida que conlleva el supremo convencimiento de entregar la misma al servicio del pueblo y de la Revolución; como lo han demostrado a lo largo de la historia miles de mujeres y hombres formados en las ideas martianas, marxistas, leninistas, guevarianas y fidelistas, en Cuba y en otras tierras hermanas del mundo. 

A pesar del bloqueo económico, comercial y financiero y todo tipo de agresiones por la principal potencia capitalista en el mundo, los Estados Unidos de América; los comunistas cubanos, junto a la mayoría revolucionaria del pueblo de Cuba, lograremos algún día construir la nación que queremos para las futuras generaciones de cubanos; una nación que sea: soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.

Y si hablásemos del papel jugado por la UJC y la Organización de Pioneros “José Martí” en la formación de generaciones de revolucionarios cubanos durante estos años de Revolución; podemos afirmar que el actual liderazgo revolucionario, representado en la figura del Presidente de la República Miguel Díaz - Canel Bermúdez, heredero y continuidad de la Generación Histórica de la Revolución encabezada por Fidel y Raúl, tuvieron su escuela de revolucionarios como miembros de ambas organizaciones.

Pensando en cómo rendir homenaje a la juventud cubana en estos días duros y difíciles por los que pasa la humanidad, decidí que en vez de referirme a la historia de ambas organizaciones acudir a dos ejemplos de jóvenes cubanos que conozco de cerca y que hoy están poniendo su inteligencia y su vida al servicio de la Patria. 

Al primero de ellos lo quiero con el afecto que da haberlo visto nacer, crecer a mi lado y ser siempre uno de mis orgullos. Se trata de mi sobrino José Luis Vázquez Guerrero, estudiante del quinto año de la carrera de Medicina. Acompaño el trabajo con una foto de él con su grupo de compañeras y compañeros, sus profesoras y miembros de la Campaña Antivectorial, quienes están jugando un papel muy importante en esta lucha.

Desde el primer día del enfrentamiento está realizando pesquisas entre la población que se corresponde con el Policlínico de Contreras. Cada día al llegar de la pesquisa y quitarse el atuendo de batalla y darse una ducha reparadora y descontaminadora coge el teléfono e informa el parte de la pesquisa diaria a un puesto de mando situado en la Dirección de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. Esto lo cumple porque funge como Jefe de Brigada de la FEU, lo cual se traduce también en el liderazgo de las muchachitas y muchachones que con la dirección de sus profesores realizan la pesquisa en la comunidad que les ha sido designada.

Aunque mi cuñado y su esposa, sus padres, viven a lado nuestro, desde niño viene a ver la televisión a mi sala, quizás por la afinidad que tiene conmigo y con su tía, mi esposa. Ya es costumbre por estos días, que si llega de la pesquisa antes de las 11.00 am que venga a ver el parte sobre la COVID – 19 que emite el Ministerio de Salud.

Acabo de verlo partir con su bata blanca y su nasobuco y pienso en lo grande que es mi país y la Revolución, que permite que un niño proveniente de una familia humilde como la nuestra, llegue a convertirse en uno más del ejército de batas blancas que hoy son el orgullo de la Patria. Estoy seguro de que un día, una vez que se gradúe, Jochito, como le decimos en la familia, cumplirá cualquier misión que la Revolución le encomiende.

El segundo joven al que quiero referirme se llama Adrián Villa Lavín, y en estos momentos está trabajando de voluntario en el Centro de Aislamiento habilitado en el hotelito de la Universidad de Matanzas. A este valioso joven lo conocí mientras yo ocupaba el cargo de Secretario del Comité del PCC en la Universidad. Adrián era el Secretario del Comité Primario de la UJC en la Facultad de Ciencias Pedagógicas, donde estudiaba la carrera de Licenciatura en Psicología Pedagogía (a los que llamamos habitualmente psicopedagogos). Durante esos años recibió con solo 22 años la condición de militante del Partido, lo cual se tradujo en la doble militancia en la UJC y el PCC.

Al graduarse como Licenciado pasó a formar parte del claustro de la Universidad de Matanzas, y pasó a ocupar el cargo de Secretario del Comité de la UJC en nuestra casa de altos estudios. Hace aproximadamente un año y medio, y a solicitud del Buró Provincial del PCC, este valioso joven comunista pasó a formar parte del claustro permanente de la Escuela Provincial del PCC “José Smith Comas” de Matanzas.

Si algo siempre he apreciado en Adrián es su disposición a cumplir cualquier tarea que la Revolución le demande. Siempre ha practicado la idea guevariana de predicar con el ejemplo personal. Ahora mismo, como demanda la situación, y al llamado del Partido a la juventud, su tarea consiste en atender a los cubanos alojados en ese centro sospechosos de haber contraído el nuevo coronavirus. Al final del trabajo incluyo una foto de Adrián con un grupo de voluntarios, todos profesores de la Universidad de Matanzas, quienes a riesgo de sus propias vidas ayudan al personal de salud a librar esta batalla por la vida.

Esta es la verdadera juventud cubana, la que como Adrián y mi sobrino José Luis están allí donde la Patria y la Revolución los necesite, y no esos desclasados que desde las redes sociales difunden mentiras acerca de la gestión de nuestro gobierno ante la pandemia.

Uno de ellos, un traidorcito que un día pidió visitar la tumba del Che en Bolivia, y que todo parece indicar que ese anhelo suyo se le olvidó, planteaba que el Coronavirus en Cuba sería el Chernobil de la Revolución Cubana. Pobre infeliz, parece olvidar que ahora vive en el país que es el epicentro de la pandemia mundial y cuyas autoridades y su sistema de salud están demostrando una poca preparación rayana con la ineptitud. El colmo de los colmos es que ahora el señor del tupé rubio, dueño de rascacielos, aviones y cuanta cosa exista, está acusando nada y nada menos a la Organización Mundial de la Salud de la situación de la COVID – 19 en Yumilandia.

Veremos que dice si en la gran flota que ha decidido desplegar en el Caribe se desata un contagio entre los tripulantes, como ya pasó en el portaviones nuclear USS Theodore Roosevelt; a cuyo capitán Brett Crozier, el Pentágono licenció sin miramientos, por enviar una carta a distintas instancias oficiales, que fue captada por medios informativos, debido a recibir la negativa de esos mismos organismos a tratar en tierra a un centenar y medio de enfermos de los 5 mil miembros de la tripulación del portaviones.

En medio de esa gran incertidumbre, nuestro país se levanta como siempre hace. En la adversidad, todos los cubanos somos uno, y donde quiera que se salve una vida humana como resultado de la acción de nuestro personal de salud y de todos los que aportan en esta batalla, la Patria habrá ganado una nueva batalla. Fuerza Cuba, que seguimos combatiendo.

Adrián Villa Lavín al centro de un grupo de profesores voluntarios que trabajan en el centro de aislamiento habilitado en la Universidad de Matanzas.