El NTV es una trinchera de la Revolución.

El pueblo de Cuba con cariño le llama Humbertico.
Es el Lic. Humberto López, periodista del Sistema
Informativo de la Televisión Cubana.
Foto: Mesa Redonda - Cubadebate.

 Por Eduardo

Yo siempre desde niño he sido un fanático de la televisión, y principalmente de la Televisión Cubana. Cuando me he encontrado fuera de la Patria, lo cual en mi caso particular siempre ha sido por razones de trabajo, he podido trazar paralelos de comparación entre nuestros canales y las televisoras de diferentes países. Sobre todo cuando nuestra programación informativa es atacada sin misericordia desde los medios mercenarios surgidos con financiamiento del gobierno de los Estados Unidos de América con el objetivo declarado de tratar de subvertir el orden interno y el sistema político existente en nuestra Patria, el cual fue refrendado en referendo constitucional por 86,8% de los ciudadanos cubanos con derecho al voto.

A mi mente acude el recuerdo de mi primera noche en la República Democrática Federal de Etiopía. Al quedarme solo en la habitación del Ethiopian Hotel, situado en el mismo centro de Addis Abeba encendí el televisor que había en la salita y mi sorpresa fue grande cuando al mover el selector de canales solo podía sintonizar un solo canal en amárico, que por suerte transmitía alguna que otra película en inglés, y al cierre de transmisiones, poco antes de las 12.00 de la noche un noticiero en el idioma de Shakespeare.

Después supe que el canal de televisión que describí anteriormente era Ethiopian Television, el canal propiedad del estado etíope, el cual era el único con señal al aire. También conocí que en ese hermano país africano, solo algunos profesionales y los ricos podían acceder a los canales de televisión satelital de las grandes transnacionales de noticias como la BBC o CNN. Cuando tuve posibilidades me tuve que comprar un DVD, para crearme mi propia parrilla televisiva a partir de películas que alquilaba cerca de mi vivienda. Un amigo, médico graduado en Cuba y casado con una enfermera santiaguera, de vez en cuando nos invitaba a ver los partidos de fútbol en su casa.

En caso contrario, mis compañeros y yo marchábamos a un bar cercano a nuestro alojamiento y rodeados de parroquianos etíopes seguíamos el fútbol, que era el único deporte que regularmente se transmitía en ese país. En Alemania sufrí lo indecible porque lo único que no doblaban al alemán en la televisión eran las canciones sobre todo de artistas norteamericanos e ingleses.

En Venezuela la transmisión de anuncios comerciales en los canales de televisión era inconmensurablemente desproporcionada. Un día antes de marcharme para mi clase habitual, y aunque ya la había visto en Cuba, por aquello de ser fanático a las novelas de Tolkien, volvía a disfrutar de la tercera parte de la Saga del Señor de los Anillos, “El regreso del Rey”. A las seis de la tarde partí para la Universidad, cuando ya la película andaba bien avanzada; estuve dando clases por dos horas y al regresar a la casa donde me alojaba y encender el televisor casi me caigo de bruces al encontrarme con Frodo y Gollum fajados por el anillo en la escena del volcán.

La causa de esa demora inexplicable de la transmisión de un solo filme, aunque este tuviese un metraje de tres horas, se debía a los casi 45 minutos de transmisión de comerciales cada media hora de película, algo realmente desesperante. De esa mala manía solo se salvan en Venezuela las transmisiones de Telesur y Venezolana de Televisión.

El único país donde he vivido por un tiempo fuera de mi isla querida donde me he sentido a gusto viendo la televisión es en Surinam, donde la parrilla televisiva cuenta con un balance de programación en mi opinión bastante adecuado. Quizás algo a destacar es la división de los canales en función de las diferentes etnias que pueblan ese país caribeño. La comunidad india, los indonesios y javaneses, los creoles, los maroons, y hasta los blancos de origen neerlandés, poseen sus propias televisoras, aunque el estado tiene sus propios canales televisivos.

Mi familia aunque muy humilde siempre poseyó un televisor. De mis primeros años de existencia, cuando vivía en el matancero solar de “La puntilla”, recuerdo estar sentado en la pequeña salita de la accesoria donde vivía con mis padres, rodeado de todos los chiquillos del solar que a las 7.00 pm me acompañaban en la transmisión de las aventuras de aquella época como “El Zorro”, “La Flecha Negra”, “Robin Hood”, “Enrique de Lagardere”, “Los mambises”, y muchas otras producidas en Cuba, donde actuaban una pléyade de grandes actrices y actores cubanos como Cristina Obin, Yolandita Ruiz, Susana Pérez, Coralita Veloz, Irela Bravo, Mario Limonta, Julito Martínez, Carlos Gilí, Enrique Almirante, Edwin Fernández, Armando Soler “Cholito”, Jorge Villazón, Alden Knight, y tantos otros que llenaron de fantasía nuestra infancia.

Yo pudiera referirme también a los programas humorísticos, o los grandes musicales, las telenovelas como aquella “Doña Bárbara” protagonizada por Raquel Revuelta, Manolo Gómez y Cristina Obín, que paraba prácticamente a Cuba a las 9.00 pm. Sin embargo al final de este post quiero hacer un homenaje a nuestro Noticiero Nacional de la Televisión Cubana.

Para la mayoría de los cubanos el noticiero y sobre todo sus conductores y presentadores resultan entrañables. Sin embargo los medios mercenarios y los lacayos que trabajan en ellos al servicio del imperialismo, en su afán de contrarrestar la verdad que enarbolan como bandera y premisa los periodistas cubanos tratan de contrarrestar el mensaje de la Revolución con ataques personales a nuestros periodistas (estos ataques los engrandecen más a los ojos de nuestro pueblo), noticias falsas, tergiversaciones y mucha manipulación mediática.

Les duele sobre todo que todos los intentos de provocar en Cuba un “estallido social” en los últimos meses han fracasado. No soportan que el NTV desenmascare su discurso de odio y servil mercenarismo. El pueblo de Cuba, que es como ninguno celoso de su independencia y autodeterminación, ha podido ver en nuestro Noticiero a algunos de estos “pacíficos” luchadores por la “democracia” pidiendo el bloqueo naval total y una invasión del ejército de los Estados Unidos a Cuba, sin reparar que en ese caso morirían millones de cubanos, quizás algunos de los seguidores de Trump y la ultraderecha yanqui. A otros les ha visto expresar con desparpajo que cuando participan en una de estas falsas, una persona X les toca la puerta para entregarle 200 dólares americanos, una cifra bien exigua por cierto por el servicio infame que prestan a los enemigos de Cuba.

A los mal llamados influencers les da carcoma que a través de nuestro noticiero se exponga como a pesar del recrudecimiento del bloqueo yanqui, las agresiones de todo tipo, las cuales de manera alevosa se recrudecieron en medio de la pandemia, los cubanos no nos rendimos, y seguimos batallando. Se les revuelven la bilis cuando nuestros científicos exponen los resultados de las pruebas de nuestros cuatro candidatos vacunales con los que Cuba se ha convertido en el único país pobre del Tercer Mundo que podrá contar con su propia vacuna para enfrentar la pandemia de la COVID - 19.

Y que conste que nuestros periodistas nunca han comulgado con lo mal hecho en el proceso revolucionario. Algunos como Thalía González y Lazarito Manuel Alonso no paran de enfrentar con sus reportajes a los coleros, revendedores, burócratas, y todos aquellos que violando la ley provocan sufrimientos al pueblo cubano.

Y es que en estos tiempos hasta el español se tergiversa. Los supuestos periodistas “independientes” en realidad son asalariados del imperialismo. Los que supuestamente acuden a una institución del estado cubano como el Ministerio de Cultura a “dialogar”, no dialogan sino que se limitan a proferir ofensas y tratar de provocar un show que les permita seguir recibiendo financiamiento para vivir como Judas de las monedas de la infamia. Activistas “pacíficos” que son amiguitos de los que desde Miami mandan a quemar círculos infantiles, escuelas, tiendas e inclusive asesinar a policías y funcionarios estatales cubanos. A la defensa de los trabajadores del Ministerio de Cultura de su derecho a trabajar en paz y proteger su institución de los enemigos de las Revolución, lo llaman “represión brutal”. Yo quisiera ver a esos mercenarios tratando de “protestarle” en Santiago de Chile a los Carbineros al servicio de la oligarquía.

El pueblo de Cuba cree en lo que se expone en el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana, porque en todos estos años no ha transmitido otras cosas que los logros y adversidades que tiene que diariamente vencer el pueblo cubano, así como los principales acontecimientos mundiales, siempre partiendo de la verdad como premisa. Y como los medios que le tratan de hacer la contrapartida no hacen otra cosa que mentir y tergiversar, y eso lo sabe la mayoría del pueblo cubano revolucionario, ni gozan de ninguna credibilidad, ni son capaces movilizar en Cuba a otras personas que no sean sus estadísticamente poco significativos asalariados.

Desde esta humilde trinchera de la Revolución les transmito a las compañeras y los compañeros del Noticiero Nacional de la Televisión Cubana y de todos los espacios del Sistema Informativo, un abrazo solidario y el homenaje que este militante revolucionario de filas les quiere hacer llegar. Como ustedes no mienten jamás, ni violan principios éticos, todos los días cumplen con el legado de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.